Universidad

21/5/2021

Universidad de Buenos Aires

La UES pacta con Mera la fecha electoral a medida de las camarillas profesorales 

La crisis política que atraviesa la facultad de Ciencias Sociales de la UBA y que se ha recrudecido en los últimos meses con la fractura total del Consejo Directivo pareció cerrarse de repente el día miércoles en la nueva sesión del Consejo Directivo. Naturalmente esto no fue para denunciar la falta de presupuesto, para solucionar los problemas del campus virtual, para garantizar condiciones para una virtualidad que ya lleva año y medio, etc.; sino que por el contrario, el Consejo tuvo quórum para votar unánimemente el cronograma electoral propuesto por la decana Mera. Aquel que fue tan “criticado” por las fuerzas ligadas al rectorado (UES + radicales de Alternativa Académica). Un verdadero escándalo, sobre todo después de denuncias cruzadas de violentar la democracia, esgrimidas por Mera, y de intentar votar en medio de la pandemia para auto-beneficiarse, del lado de La UES y el rectorado.

Ahora bien, ¿De qué democracia habla Mera? ¿Por qué de un momento para el otro hay “un acercamiento entre distintos actores” como expresó el consejero Diego Blanco de La UES? Quienes meses venían vociferando contra la decana Mera, ahora se dan vuelta y votan con ella ir a elecciones. Veamos.

Pacto espurio contra toda la comunidad de sociales

Ocurre que los sectores en disputa responden a sus jefes y a sus propios intereses de camarilla, no a los problemas que atraviesan a la facultad y su comunidad académica. Por eso, este acuerdo se cerró “por arriba” entre los bloques políticos en disputa (Mera y el rectorado de Barbieri) y solo les importó el claustro de profesores. Es decir, aquel que implica una elección de padrón, donde en general todes se conocen y saben a quién va a votar cada cual. Lo más interesante de todo es que para estos sectores, les estudiantes, quienes somos la gran mayoría de la facultad, parecemos no existir. En efecto, no estuvo en debate en ningún momento el calendario de nuestra elección al Consejo. ¿Por qué son posibles semejantes imposturas y maniobras sin principios ni programas políticos? Sigamos.

Régimen antidemocrático y antipopular

Toda esta situación solo puede ser posible por el sistema de gobierno profundamente antidemocrático que posee la UBA. En sociales, por ejemplo, un padrón harto conocido de aproximadamente 300 docentes titulares eligen la mayoría del Consejo Directivo (8 representantes). Por el contrario, alrededor de 15 mil estudiantes votan solo 4 representantes, quedando claramente subrepresentados en el órgano de gobierno. Ocurre algo similar con el claustro de graduades. Los miles de docentes que efectivamente sostienen las clases día a día en la facultad, pero no poseen la titularidad de sus cargos, votan en el claustro de “graduades”, es decir, que su voto se disuelve entre miles de egresades. A esto se le suma que les no docentes no tienen ni voz ni voto en el Consejo Directivo. Es este régimen el que permite que un grupo de camarillas profesorales gobierne por encima de todes quienes construimos de verdad y día a día la facultad y su funcionamiento.

La salida es democratizar

La salida a estas maniobras espurias y sin ningún tipo de principios ni programas políticos es avanzar hacia una democratización de la facultad. Esto implicaría que les no docentes tengan su representación en el Consejo, que les docentes voten en un único claustro donde no tengan voto diferenciado con quienes ejercen titularidad en su cargo, sino que puedan igualarse en sus derechos políticos. Esta medida democrática elemental impediría el manejo discrecional de los presupuestos y pondría a la facultad y el conocimiento que genera al servicio de les trabajadores del país para una transformación social. Esto implica todo lo contrario a lo que ocurre hoy, donde el presupuesto está manipulado en función del interés de estas camarillas que manejan el padrón como se les da la gana y realizan múltiples negociados privados.

Convocamos al conjunto de las fuerzas políticas de Izquierda e independientes de las gestiones y del gobierno nacional, como también a la asamblea autoconvocada de sociales a desarrollar un fuerte debate en este sentido, una importante campaña por la democratización de la facultad, y, por lo tanto, también una lucha consecuente contra el ajuste en la educación pública que las camarillas profesorales adictas al status quo son incapaces de enfrentar. En esta dirección, agregamos, corresponde poner todas las fuerzas en recuperar nuestro centro de estudiantes (CECSo) para separar a nuestra herramienta gremial de estas internas camarillescas que paralizan al centro como tal.

Si nos organizamos, les trabajadores y estudiantes de sociales podemos gobernar la facultad y dejar sin acción a les funcionaries ajustadores que se pelean y se reconcilian en función de la caja de la universidad pública.

Manos a la obra.