Universidad

20/3/2019

Movilización en la Fadu-UBA contra la designación de un acosador

El fracaso del “Protocolo contra violencia de género” de la UBA.

Reunión de la Comisión de Enseñanza de la FADU.

El pasado miércoles 13 la comisión de mujeres de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Fadu) y la Asociación Gremial Docente copamos la Comisión de Enseñanza del Consejo Directivo de la facultad, contra el intento de las autoridades de darle una nueva cátedra de la carrera de Imagen y Sonido a Fernando Madedo, un docente con múltiples denuncias de acoso.


Testimonios del accionar misógino de Madedo recorren desde 2015 a la Fadu, a la Universidad Nacional de Artes (UNA) y a la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc). Sin embargo, las autoridades jamás separaron al docente ni iniciaron ningún tipo de investigación, amparándose en que no hay iniciada una denuncia formal en la Justicia ni en los mecanismos institucionales.


Se trata de una falacia para exculpar y encubrir a Madedo. En primera instancia, en la UNA hubo denuncias, que fueron desestimadas por las autoridades, y que finalmente las estudiantes se vieron forzadas a retirar tras recibir cartas documento por parte del denunciado, acusándolas de difamación y persecución política.


En segundo lugar, en los últimos meses distintas estudiantes han acercado su testimonio a la Unidad de Género (UG) de la Fadu, un organismo creado siguiendo “Protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual” de la UBA. Pero la respuesta que obtuvieron es que la UG solo hace un “seguimiento”, y en todo caso organiza una primera entrevista con una abogada (que luego tiene que pagar la estudiante) para iniciar un proceso legal en la Justicia.



Protocolo con(tra) la violencia de género


¿Cómo pueden decirnos que no hay denuncias si a las denunciantes se las ha hostigado con acciones legales? ¿No debiera bastar con el testimonio de las alumnas para que el denunciado sea apartado preventivamente? ¿Qué proceso legal puede iniciar una estudiante que no pueda afrontar los honorarios de unx abogadx, sabiendo que el violento va a contar con uno de prestigio? ¿Acaso la Universidad de Buenos Aires no puede poner a disposición unx abogadx especializadx para asesorar a la denunciante en su proceso legal?


El fracaso de las “políticas de género” de las autoridades de la FADU y de la UBA es total. El “Protocolo contra la violencia de género” de la universidad es el subterfugio para, mediante la designación a dedo de una funcionaria, pintarle la cara de feminismo a la gestión de la facultad que encubre, mantiene y promociona a docentes denunciados por violencia. El vicedecano de la Fadu señaló que la Unidad de Género no le brindó argumentos para que el denunciado no esté al frente de una nueva cátedra.


En el fondo, el funcionamiento del protocolo terminó siendo una traba más para lxs estudiantes que desean hacer una denuncia y están en una situación de vulnerabilidad frente a docentes, titulares, jefes de cátedra o incluso autoridades que lxs violentan o acosan. Es que al mismo tiempo que nos dice que no puede hacer nada sin una denuncia judicial, la UG se ocupa de disuadir a las compañeras para que no continúen con la denuncia.


Por último, se pone en juego la diferenciación social que existe al interior de la Facultad. ¿Es lo mismo, en esta unidad de género, denunciar a un “perejil” que a un docente con una larga trayectoria en la industria audiovisual? Evidentemente no. La responsable de la Unidad de Género forma parte de la camarilla de profesores que dirige la Fadu y ahí está su límite insalvable. La inviabilidad del Protocolo contra la Violencia, de Género de la UBA radica en que deja la manija en manos de quienes detentan el poder en la universidad.


Vamos a seguir avanzando


Gracias a la movilización de estudiantes y docentes, las autoridades postergaron el inicio de la cátedra para el segundo cuatrimestre. Se trata de una pequeña primera victoria. Las autoridades no rechazaron la resolución del decano que le otorga la cátedra y mucho menos separaron a Fernando Madedo de sus actuales cargos docentes. Pero las estudiantes organizadas marcamos un camino.


Cada vez somos más las que nos organizamos contra la violencia hacia la mujer dentro de la facultad y no vamos a parar hasta que se separe preventivamente a Fernando Madedo y a todos los docentes denunciados, y hasta que las compañeras tengan asistencia y acompañamiento real.


Lo que puso en el orden del día esta experiencia es la necesidad de contar con una Unidad de Género electa democráticamente por estudiantes y trabajadoras, para que sea realmente una herramienta para nosotras y no un cajón para nuestras denuncias.