“O entran todos o no entra nadie”

Las autoridades de la Escuela de Psicología (dependiente de la Facultad de Filosofía) resolvieron postergar el comienzo de las clases invocando la resistencia de los docentes a dictarlas por la falta de aulas y la saturación de alumnos, y poner en marcha el proyecto para convertir a la Escuela en Facultad. El director de la Escuela ha expresado que toda la política educativa del gobierno “es un huracán que nos trasciende y sólo podemos administrar sus efectos”, y un consejero del claustro docente explicó que la ‘comisión’ que se encargará de “negociar el nuevo status jurídico” de Psico lo hará “directamente con el ministro de Educación”. El proyecto es la “jibarización” de Psico, por eso viene acompañado de propuestas tales como instrumentar un curso eliminatorio de ingreso o cerrar la matrícula de ingreso a partir de 1997 y por el término de un año, para luego imponer un cupo o restringir la entrega de títulos.


Esta fue la pantalla de un ataque inmediato. Aprovechando la postergación del comienzo del ciclo lectivo, la mayoría del Consejo Consultivo propició suspender el dictado de clases por todo el semestre para permitir el “trabajo intensivo” de los profesores abocados al estudio del proyecto ‘Facultad’. Con esto se pretendía mantener a la gran mayoría de los estudiantes fuera de la escuela, para evitar cualquier deliberación sobre el proyecto y promover la deserción. Pero los docentes resolvieron por mayoría no apoyar estas iniciativas y el director de la Escuela y sus aliados perdieron una primera batalla.


El capítulo más importante, de todos modos, lo están escribiendo ahora los estudiantes. El inicio de clases se ha hecho en condiciones deliberadamente caóticas y limitativas, con cursos sobresaturados y se ha suspendido el dictado de la materia “Introducción a la Psicología” para los ingresantes. Esto ha llevado a una sucesión de asambleas, un petitorio firmado masivamente exigiendo aulas, docentes y el cursado de “Introducción”, y una movilización que se resolverá en las próximas horas. La UJS plantea un programa que contiene varias reivindicaciones ya votadas por las asambleas: partida presupuestaria de emergencia, habilitación de cátedras paralelas y de espacio físico —terminar el edificio inconcluso de la Escuela de Psico— para garantizar el dictado de clases a todos, renuncia inmediata de toda autoridad universitaria que no garantice los reclamos. Esta batalla contra el limitacionismo está planteada en la mayoría de las facultades, porque el ingreso superó ampliamente los cálculos previos y es una batalla contra la ley y el Banco Mundial en la Universidad. La conducción del Centro de Estudiantes (Grupo de Trabajo, ‘socio’ de Franja Morada) brilla por su nula presencia en el conflicto, esperando una ‘concertación’ entre la dirección de la Escuela, el decanato (que se opone al proyecto ‘Facultad’) y el propio Centro.