Universidad

16/5/1995|447

Ocupación de facultades en Buenos Aires y Comahue

La masiva marcha universitaria del 28 de abril (20.000 estudiantes, docentes y no docentes) abrió una etapa de ascenso de la lucha de la Universidad.


La consigna que unifica esta lucha nacional es el retiro del parlamento del proyecto de Ley de Educación Superior, que plantea la arancelización y privatización universitarias, la reducción de los planteles docentes, la flexibilización de los no docentes, la restricción del ingreso, la liquidación de la autonomía y la regimentación de los centros de estudiantes. Algunas facultades (Sociales y Filo de la UBA, por ejemplo) fueron más lejos y votaron también por el retiro de las leyes “alternativas” del Frepaso y de la Fua-Conadu, las cuales reproducen en líneas generales las características reaccionarias de la ley menemista y cuyo objetivo es llegar a un “consenso”  con el menemismo. O como dice “Chacho” Alvarez, convertir la política universitaria en “una política de Estado”.


Las direcciones oficiales —la Fua y la Conadu— han pretendido “congelar” la movilización con el argumento de la cercanía electoral. Pero la lucha universitaria pegó un nuevo salto, con dos enormes movilizaciones allí donde los rectores quisieron pasar a la aplicación práctica e inmediata de los “principios” de la ley: la huelga y la ocupación del rectorado por los no docentes de Buenos Aires y la toma y huelga general por los tres claustros de la Universidad Nacional del Comahue.


Buenos Aires: huelga y ocupación del rectorado


El rector de Buenos Aires, el radical Shuberoff, pretendió imponer la quita del presentismo que cobraban los trabajadores no docentes, lo cual significaba una reducción de hasta el 25% para trabajadores que, en sus categorías más bajas, cobran apenas 200 pesos mensuales.


Una inmediata y masiva huelga general no docente —en el curso de la cual se eligió un comité de lucha— y una combativa toma del rectorado de la UBA puso rápidamente las cosas en su lugar. Shuberoff fue obligado a dar marcha atrás y a reponer —bajo otros conceptos— el pago del presentismo e incorporar a planta permanente a los compañeros contratados. La huelga, además, reclamó contra los proyectos de privatización de un sector (rayos) del Hospital de Clínicas y “cualquier otra forma de privatización de la Universidad”.


Los intentos de Franja de carnerear la huelga fracasaron (montar “mesitas” para reemplazar a los no docentes en huelga), fueron repudiados por los estudiantes y debieron ser levantadas.


Comahue: ocupación y huelga general


En diciembre pasado, el Consejo Superior de la Universidad del Comahue, a propuesta del rector Bohoslavsky, votó la reducción de 200 puntos docentes del presupuesto, lo que significó el despido de 50 docentes: se trataba de la primera “experiencia piloto” de la aplicación de la nueva ley menemista. En respuesta a ello, una masiva asamblea estudiantil, en Neuquén, votó el jueves 4 la ocupación de la Universidad y la huelga general. En los días siguientes se sumaron a la toma los asentamientos  de Río Negro. Franja Morada, Venceremos y hasta el Mas se opusieron a la toma.


La toma se caracteriza por su elevado nivel de organización —los estudiantes han formado un conjunto de comisiones que actúa, de hecho, como dirección del conflicto— y por una gran determinación, lo cual ha hecho fracasar varios intentos de quebrarla. Dos asambleas generales de los docentes y no docentes resolvieron sumarse a la huelga, con lo que la paralización de la Universidad del Comahue es total.


El rector Bohoslavsky inició una causa penal contra los estudiantes y docentes con la excusa de la “usurpación” de la Universidad y se ha negado a convocar al Consejo Superior … El rector ha abandonado la Universidad y, junto con su comitiva, ha ocupado la sede de la Calf (cooperativa de Luz y Fuerza), donde no ha tenido empacho en agredir a un compañero que pretendía filmar la reunión que allí mantenía con sus subordinados.


Las asambleas y las manifestaciones —algunas muy masivas, como la de 2.000 compañeros del martes 9 de mayo— dan la tónica de la ocupación. En una de estas asambleas se produjo una importante novedad en relación al juicio que el rector Bohoslavsky le ha iniciado a la dirigente docente y del PO provincial Silvia Mansilla: tres testigos estudiantes —que fueron presentados por el rector para testimoniar contra Silvia— manifestaron que no lo iban a hacer porque la querella se basaba en hechos completamente falsos. La asamblea votó el reclamo de que el rector retire la denuncia penal contra Silvia Mansilla y otros compañeros de la dirección del gremio.


La toma y la huelga se mantienen después de más de una semana gracias a una importantísima lucha política. El miércoles 10 de mayo, la Franja Morada y la Juventud Universitaria Peronista montaron una campaña de intimidaciones contra los estudiantes e impusieron —por un muy escaso margen de 130 a 112— el levantamiento de la toma en Derecho (asentamiento de General Roca). Cuando pretendieron hacer lo mismo en la facultad de Económicas, fracasaron.


Es necesaria una lucha de conjunto, nacional, para derrotar la ley menemista de destrucción de la educación superior.