Presupuesto “re-corto” de la UBA

El ajuste en la universidad

delegada gremio No Docente (Apuba)


El Consejo Superior de la UBA, con el voto favorable de la mayoría -a excepción de dos consejeros graduados por la minoría, dos estudiantiles por la minoría y del decano Reboreda, de Exactas-, aprobó un presupuesto que, según han informado, alcanza apenas para funcionar hasta agosto. Dos decanos kirchneristas se abstuvieron: Glenn Postolski, de Sociales, y Graciela Morgade, de Filosofía y Letras.


El decano de Exactas ofreció una explicación técnica de su rechazo que, obviamente, fue más que contundente. El rubro “Fortalecimiento edilicio” cae en un 60% -o sea no se hará ninguna obra-, los gastos en funcionamiento serían de unos 15 millones menos que en 2015, el pago de servicios totales de la UBA rondaría los 200 millones, hay 140 asignados, habiéndole aplicado a “Servicios centralizados” un incremento del 45%, el promedio de incremento en inciso 1, salarios docentes, no docentes y de funcionarios, ronda el 30%, pero en la distribución interna de la UBA, el Rectorado retiene para sí un incremento del 45% en este rubro, sin explicar el motivo.


El decano ofreció una comparación ilustrativa de la situación de la que venimos y de la profundización del hundimiento presupuestario que implica la actual orientación: en 2011, el 85% del presupuesto aprobado en el Rectorado era destinado a salarios y el 15% al resto de las funciones que tiene una universidad. Es claro que con estas proporciones la universidad funcionaba sobre la base de una semiprivatización. En este presupuesto, las proporciones se profundizan: 92% va para salarios y apenas el 8% al resto de las funciones. El decano no hizo ningún aporte a la comprensión política de esta situación a la que se ha llegado.


¿Hasta agosto tiramos?


A partir de esta intervención se sucedieron diferentes alocuciones que intentaban soslayar la orientación del voto concreto de cada orador, sí sí o sí no al presupuesto ajustador, para puntualizar en una serie de obviedades sobre la difícil situación que atraviesa la UBA.


El ex decano de Sociales y actual Consejero Superior, Federico Schuster, señaló que iba a votar en contra, mandatado por sus representados. Así, se convirtió en ejemplo de este modelo de intervención: nada que reprocharle a nadie, sólo mencionar en general que todo es muy grave.


Quizás el momento más alto de estas intervenciones la protagonizó el secretario general de Apuba, Jorge Anró, quien señaló que la situación es muy difícil, que se estaba mezclando una cuestión “técnica” y una “política”, pero que la política había que dejarla para afuera del Superior (sic) protagonizando un momento de surrealismo extremo, y que, por supuesto, reclamó el voto a favor del presupuesto.


Mientras el secretario general del Gremio No Docente referenciaba su militancia en favor del gobierno anterior, remarcaba que él sabía que había habido inflación en el pasado, que las últimas dos paritarias cerraron a la baja (el año pasado, la paritaria que debió cerrar él, fue 0%), que las deudas de “Gastos en funcionamiento” se arrastran de la gestión anterior, y que las medidas de Apuba no iban a quedar en el paro del viernes. Pero el presupuesto de ajuste, que se apruebe.


Representante gremial defiende a funcionario ajustador


El momento más alto fue al principio, cuando se desvivió en elogios a las gestiones de Hacienda de Rectorado con el Ministerio de Educación: o sea cuando defendió sin fisuras la gestión de Emiliano Yacobitti, secretario de Hacienda de la UBA, y aliado político del PRO, denunciado por las compras directas en el Hospital de Clínicas a empresas de su titularidad. Dijo que desde que había asumido, nunca había visto una gestión más prolija, que la UBA era un ejemplo desde el punto de vista financiero (o sea, en el arte de administrar los pocos recursos que hay).


En su informe de situación, Barbieri explicó que se había reunido con políticos y funcionarios de todo tipo, y dijo que tal como había señalado Anró, aprobar el presupuesto era un trámite técnico.


El tándem Postolski- Morgade refirió a la lucha contra el gobierno actual, y al igual que el resto, absolvió de la orientación macrista en el trato presupuestario de la Universidad a los propios ajustadores, el rector Barbieri, y el secretario de Hacienda, Yacobitti. Refirieron a la marcha del viernes como una instancia fundamental de esta lucha, pero nadie se animó a presentar un pedido de adhesión de la UBA a dicha jornada, porque, claro, no iba a ser aprobada, por los compromisos que funcionarios kirchneristas y macristas quieren anudar con el Gobierno nacional. 


El consejero estudiantil del Partido Obrero denunció el presupuesto, anunció también su rechazo y denunció la orientación ajustadora del presupuesto que se aprestaban a votar. Reivindicó la lucha por el Boleto Educativo y criticó a la mayoría estudiantil por apoyar un presupuesto que no responde a las necesidades y expectativas de los propios estudiantes a los que dicen representar.


Bajo el imperio de la despolitización completa de la discusión, argumentando sandeces sobre el carácter técnico del presupuesto votado, que por ejemplo, no incluye el pago de la ART según la denuncia del decano de Exactas! se aprobó ajustar a toda la UBA, empezando por sus trabajadores y por los estudiantes.


Los que debieran ser los popes de la academia ya que dirigen la institución educativa más grande y prestigiosa de alcance internacional, dejaron en claro que cualquier prestigio que esta institución pueda tener no procede de estos burócratas, cuidadosos de sus privilegios y alejados de la defensa de cualquier criterio de educación pública que hasta el menos entendido pueda tener.


La lucha contra el presupuesto de hambre y la orientación privatista sobre la educación hay que darla organizándonos en asambleas y marchando para derrotar el ajuste.