Un privatizador a la universidad


Acaba de ser desplazado de su puesto el secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, el radical Pugliese. En su lugar asumió el actual rector de la Universidad de San Martín, Daniel Malcolm, militante del justicialismo.


 


Pugliese ocupaba el principal cargo referido a la universidad desde el gobierno de Duhalde. Su designación fue pactada con Alfonsín, que entre otras cosas le dio el apoyo de la UCR al gobierno duhaldista y a cambio el duhaldismo le entregaba el manejo de las universidades al radicalismo. En definitiva, Pugliese era, como Lavagna, una herencia del gobierno anterior.


 


Todas las versiones periodísticas señalan que el desplazamiento de Pugliese se debió a su incapacidad para controlar la huelga docente de agosto y septiembre, que por su duración y profundidad se transformó en la principal huelga universitaria desde el año ‘87. También se le achacó el reciente escándalo en la Universidad de Formosa, involucrada en la emisión de títulos truchos mediante el mecanismo de la ‘educación a distancia’ en cursos impartidos en España.


 


De todas maneras, el cambio de funcionarios responde a una política más general de cerrar filas en torno a un gobierno de camarillas. Se viene la elección de rectores en varias universidades y en particular en la más importante, la UBA, y el gobierno seguramente querrá terciar en la disputa. Ya varios decanos se presentan como candidatos de Kirchner, y está por verse quién recibirá la bendición.


 


El nuevo funcionario tiene muchos antecedentes pero en ningún caso se vinculan con el progresismo. La Universidad de San Martín, y todas las que se crearon en la época del menemismo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, son la meca de la privatización, con cursos de ingreso, carreras cortas, títulos basura y en muchos casos aranceles importantes. Está claro, por lo tanto, el programa del gobierno para la universidad.


 


Si se tiene en cuenta la designación de Malcolm y que el presupuesto recientemente aprobado en el Congreso para el año 2006 mantendrá congelados los salarios y los fondos para la universidad, se puede concluir que el 2007 será un año de luchas importantes. La tarea, por lo tanto, es prepararla y organizarla para derrotar al gobierno y conquistar el conjunto de los reclamos.