Universidad

14/5/2020

Universidad Nacional de General Sarmiento: la reunión del Consejo Superior rechazó tratar los problemas de estudiantes y docentes

Se realizó la primera sesión de Consejo Superior de la Universidad Nacional de General Sarmiento (Ungs) en lo que va de cuarentena. En la misma, que duró unas 4 horas y media, no se trataron las problemáticas más acuciantes que atraviesan estudiantes y docentes a partir de la virtualización forzosa. Tampoco se debatió ni se fijó posición sobre la situación más general que atraviesa el país. A los proyectos presentados sobre tablas por les consejeres del Frente de Estudiantes de Izquierda (FEI), que ponían estos debates sobre la mesa, se les rechazó su tratamiento por la mayoría de les consejeres que responden a la gestión. El argumento esgrimido fue que es mejor que estos proyectos se traten en comisiones (dentro de dos semanas) para que ingresen, finalmente, en la próxima sesión del Consejo Superior (dentro de un mes). Pero el tiempo apremia. Cientos de estudiantes están abandonando sus cursadas por la virtualidad, mientras que los que aún se mantienen en carrera desconocen con qué criterios serán evaluados.


El actual rector de la universidad, Pablo Bonaldi, en su informe inicial planteó que los datos sobre la virtualidad que el Rectorado está verificando “no son tan negativos”. Sin embargo, no se atrevió, según sus propias palabras, “a simplificarlos en 4 cifras”. Planteó que en algunas semanas podrán brindar datos más específicos a través de la Comisión de Asuntos Académicos. No sabemos qué datos maneja el Rectorado, lo que sí sabemos es que el estudiantado en general a rechazado la virtualidad forzosa por ser excluyente y por las enormes dificultades que presenta.


Sobre el presupuesto universitario, Bonaldi informó que desde el Estado adeudan la acreditación de los fondos de marzo y abril en materia de gastos institucionales. Y que, desde ya, el presupuesto con que cuenta la universidad es insuficiente. Coincidimos con Bonaldi en esta apreciación. Pero el rector finalizó su intervención sobre este punto transmitiendo “tranquilidad”. Ningún reclamo al gobierno por el aumento del presupuesto. Recordemos que el presupuesto de este año fue homologado del de 2019, pero con un ajuste del 50% de inflación encima.


Informó, también, que la Ungs se encuentra en la primera tanda de licitaciones del plan nacional de infraestructura universitaria y que dentro de unos meses se desarrollarán obras sobre el módulo 10 (laboratorios). Les estudiantes debemos seguir muy de cerca todo este proceso de licitación y desarrollo de infraestructura, exigiendo que se abra una comisión de su seguimiento donde podamos participar. Por último, mencionó que la universidad, con sus propios recursos, financio más de 900 becas de ayuda económica para les estudiantes. Hablamos de becas que alcanzan los $800 mensuales, es decir $9.600 anuales: menos que el IFE. Sin lugar a dudas, un verdadero aumento presupuestario, y un tratamiento democrático y de conjunto por parte de la comunidad educativa de su aplicación, podrían elevar las becas a un monto que verdaderamente represente una garantía para no dejar la cursada.


El resto de la reunión se consumió en discusiones estériles sobre el funcionamiento virtual del Consejo Superior, algo que solo importa al mundillo de consejeres que asisten a las sesiones separados de las problemáticas profundas que viven les jóvenes y docentes de la universidad.


Les consejeres del FEI presentaremos ante las comisiones del superior importantes proyectos de defensa de la cursada y la universidad, como lo son la defensa irrestricta de la regularidad de les estudiantes en este contexto excepcional; que el Consejo Superior se pronuncie a favor del aumento de la beca progresar a $10.000 y que la universidad ponga a disposición sus computadoras y tablets para les estudiantes que las necesiten para poder cursar. Por último, que la universidad se pronuncie a favor de una ley que verdaderamente prohíba los despidos y suspensiones (que afectan brutalmente a la juventud que estudia y trabaja, como a sus familias trabajadoras) y que el Estado disponga de una ley que establezca un impuesto a las grandes rentas y fortunas en beneficio de los sectores populares y trabajadores más golpeados por la emergencia sanitaria y económica del país, y en defensa de la universidad pública.


Para conquistar las reivindicaciones estudiantiles necesitamos más que nunca la organización de les estudiantes y su movilización, en el formato que se pueda, para conquistarlas. De ninguna manera podemos avanzar confiando en un Consejo Superior que actúa a espaldas de la inmensa mayoría de la comunidad educativa, y en donde siempre, les estudiantes, somos minoría.


Que en todo este tiempo el Ceungs del Puente-Funyp no haya convocado a una sola reunión de Comisión Directiva habla de una conducción que no tiene el más mínimo interés por llevar adelante los reclamos estudiantiles y darle una salida a la agobiante situación que atravesamos. Su dependencia de las oficinas del Rectorado los convierte en una fuerza estéril, desde la óptica de los intereses del conjunto de les estudiantes.