Este viernes 31 se realizó la Audiencia Pública, convocada por la bancada del Frente de Izquierda Unidad, para reafirmar el reclamo de justicia por las 89 víctimas de la inundación de La Plata acaecida entre el 2 y 3 de abril del 2013. La Audiencia, que contó con la presencia y palabra de representantes de las Asambleas de Inundados, sirvió para reforzar la convocatoria al festival, acto y movilización que se realizará el próximo domingo al cumplirse 10 años de este crimen social que tuvo como responsables al exintendente peronista Pablo Bruera, al exgobernador Daniel Scioli y a la propia expresidenta y actual vicepresidenta del gobierno del Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner.

Como destacaron los oradores del Partido Obrero, y todos los integrantes de los partidos del FIT Unidad, lo que ocurrió el 2 de abril en La Plata y los hechos posteriores -incluido un juicio trucho y abreviado que excluyó de la imputación penal a los responsables políticos de las 89 muertes- retrata un modelo de impunidad. En esta década transcurrida sólo se condenó a un funcionario de cuarta línea con la inhabilitación para ocupar cargos públicos por un año y una multa ridícula. La impunidad ha sido una política de estado de toda la clase capitalista.

Diez años de impunidad

El empeño puesto en dar vuelta la página de la inundación más grave y dolorosa que vivió la Argentina contrasta con las muertes que posiblemente sean más que las registradas por los ocultamientos y datos fraguados en la morgue, y con las 200.000 personas afectadas directamente por la destrucción de sus casas y bienes que quedaron literalmente bajo las aguas durante más de doce horas. En la tarde del 2 y en la madrugada del 3 de abril, el Estado desapareció de la escena dejando a los vecinos librados s su suerte, para reaparecer con la llegada de la Gendarmería a los barrios para reprimir las protestas que acusaban al gobierno de negligencia criminal.

Con el surgimiento de las asambleas de inundados se organizó la solidaridad popular y la primera gran manifestación de 10.000 personas que marchó en mayo del 2013 encolumnada detrás de un gran bandera que decía "Bruera, Scioli y Cristina son responsables". El Partido Obrero estuvo en la primera línea de la organización y puesta en pie de las Asambleas que nacieron en distintos barrios. Esa marcha histórica reclamó por las obras hidráulicas y por la Derogación del Código de "Ordenamiento" Urbano (COU) de Bruera y el peronismo hecho a la medida de los especuladores con las tierras y la vivienda. Fue la organización popular la que puso en jaque al gobierno y la que levantó un programa alternativo que está vigente hasta el día de hoy porque en el 2021 Julio Garro impuso su propia versión del Código que es tan o más lesivo que la anterior de Bruera.

Un régimen de especuladores capitalistas

Todos los gobiernos comunales platenses gobernaron para el capital inmobiliario y habilitaron el crecimiento especulativo de los edificios de altura en el casco urbano de La Plata. Esta concentración de construcciones de lujo y caras favoreció la expulsión de los trabajadores a la periferia y zonas inundables. La "metástasis de cemento", que creció con los permisos especiales a los grandes buildings y grupos inmobiliarios que dominan el mercado, impidió e impide la absorción de las aguas y permeabilidad de los suelos amenazando con nuevas inundaciones. Este peligro se agrava por por el sistema obsoleto de cañerías que tiene ya 70 años y colapsa los desagües cloacales.

La inundación del 2013 no puede reducirse a una catástrofe natural por los 400 mm llovidos cuando fue una tragedia "avisada" y adelantada por otras grandes inundaciones previas en los años 2002, 2005, 2008 y 2010 que llevaron s sucesivas advertencias de los especialistas. Fueron los gobiernos del capital inmobiliario los que las desoyeron privilegiando el lucro y los negocios capitalistas.

La paradoja de una ciudad inundada e inundable y el presente de La Plata con decenas de miles de platenses sin agua durante todo el verano de este 2023 son dos caras del ajuste, la falta de obras y de inversiones en Absa (Aguas Bonaerenses), y de la depredación ambiental y especulación capitalista. Sin agua y amenazados por nuevas inundaciones- porque las obras se pararon en el 2019- y con más de 200 asentamientos precarios, la capital de la provincia es la evidencia del agotamiento de un régimen político y de la necesidad de reorganizar la ciudad, la provincia y el país bajo el control y la dirección de los trabajadores.

Control popular

Destacado especialmente por las Asambleas de Inundados, hay una alianza militante entre la izquierda y los vecinos de los barrios que se organizan por sus reclamos; esto exige más que nunca un Frente de Izquierda comprometido con las luchas populares. El domingo 2/4 marcharemos a la Gobernación en La Plata por Justicia, contra la Impunidad, por la derogación del COU de Garro y para que el Plan de Obras Hidráulicas sea controlado en sus plazos, ejecución y fondos por las Asambleas y organizaciones populares. Fuera los políticos capitalistas, que gobiernen los trabajadores.

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