Ambiente
13/2/2023
Acueducto Paraná: anuncios publicitarios que no resuelven la emergencia hídrica
Nos organicemos en defensa del Agua para enfrentar una nueva estafa gubernamental.
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Schiaretti y Perotti comenzarán el Acueducto Paraná con un préstamo de Abu Dhabi.
En enero del 2023 los gobernadores de Córdoba y Santa Fe abrieron los sobres de las empresas que se presentaron a la licitación de uno de los 8 tramos del acueducto que traerá agua del río Paraná. Juan Schiaretti y Omar Perotti, de Córdoba y Santa Fe respectivamente, se reunieron en clave electoral más que en clave de gestión. Pretendieron mostrar una alianza estratégica respecto de una obra que insumirá millones de dólares prestados por el Fondo Soberano de Abu Dhabi (Kuwait) que no resolverá el problema gravísimo de la crisis hídrica que atravesamos -aún más, lo profundizará- hipotecando por décadas las espaldas de cordobeses y santafesinos de a pie.
Para el financiamiento de las dos fases de la primera etapa se requieren más de 400 millones de dólares y hasta aquí se logró el préstamo de 50 millones. El primer tramo de la obra requiere la instalación de 6 estaciones de bombeo a lo largo de 144 km que separan la localidad de Coronda (Santa Fe) y la de San Francisco. La segunda etapa llevaría el agua hasta la ciudad de Córdoba.
Pero, de cabo a rabo, se trata de una obra “floja de papeles” ya que incumple toda la normativa ambiental existente tanto para la provincia de Córdoba como a nivel nacional: ni siquiera cuenta con estudios de impacto ambiental, lo que ha llevado a diferentes organizaciones ambientales a impulsar una presentación ante el Ministerio Público Fiscal pidiendo una investigación respecto del posible incumplimiento de los deberes de funcionario público, ocultamiento de la información pública y abuso de poder de los gobernadores y de los miembros de la Comisión ejecutora biprovincial del acueducto.
Es que, a simple vista, la idea de llevar el agua a contramano de la pendiente de escurrimiento contrasta con la crisis energética de nuestro país y con la propia realidad del Paraná, que atraviesa el estiaje más largo de su historia, fenómeno que afecta flora y fauna local, favoreciendo los incendios y poniendo en crisis la producción ictícola y las industrias ligadas al río.
Agua que no bebas, déjala correr…
Esta no es toda la cuestión desde el punto de vista ambiental. El periódico santafesino “La Capital” (6/2/23) publicó los resultados de investigaciones desarrolladas por la Universidad Nacional del Litoral, que detectó niveles alarmantes de plaguicidas en sábalos provenientes del Paraná. Otro tanto vale para el diario cordobés La Voz del Interior (4/1/23) respecto del hallazgo de atrazina en tambos de Villa María y en las napas de agua.
Ambos datos dan cuenta de las consecuencias dramáticas del uso indiscriminado de agrotóxicos sobre el suelo, que van a parar a los afluentes y a las napas, contaminando la vida que de ella depende. Se trata de investigaciones situadas en la zona más fértil del corredor Córdoba-Santa Fe, que reflejan una política de impulso a la exportación basada en el abuso de agrotóxicos para incrementar la productividad de la zona agrícola y ganadera.
Frente a esto es necesario pensar si el remedio -el acueducto- no es peor que la enfermedad -la falta de agua-, y, en ese caso, qué otra medida se impone como solución ambiental.
Anuncios que defienden los intereses de los sectores agrícolas
Tenemos una situación paradojal: nos encontramos inmersos en una crisis hídrica producto del calentamiento global, que se agudiza como consecuencia del desmonte realizado para ampliar la frontera cultivable, y, a la vez, necesitamos agua para garantizar la vida, tanto de la población como de los cultivos y la ganadería en la zona desmontada.
Esta paradoja se torna perversa considerando que quienes amplían la frontera cultivable son quienes se benefician con la exportación de estos productos, en las épocas de bonanza climática, y obtienen exenciones impositivas, condonaciones de deudas y créditos blandos en épocas de sequía. Es lo que demuestra el pedido realizado por la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria al Gobierno de Córdoba (La Voz, 31/1/23).
Mientras tanto, los anuncios publicitarios del acueducto pretenden mostrarlo como una obra necesaria para “desfragilizar” el esquema actual de fuentes de abastecimiento ante las amenazas del cambio climático.
Los trabajadores necesitamos otra salida
Para recuperar el agua que nos falta no es necesario traer agua contaminada de un río en bajante. Cordobeses y santafesinos necesitamos que dejen de contaminar el agua que tenemos y para ello se debe cesar de inmediato el desmonte, los incendios intencionales y reforestar con especies autóctonas, cesar la fumigación con toneladas de plaguicidas de efecto residual para semillas transgénicas que los requieren en su desarrollo. No hacerlo equivale a condenar a la enfermedad segura y a la muerte a nuestra población más vulnerable, mientras se sostienen las ganancias de un puñado de agroexportadores de manera irresponsable.
Por eso, la salida tiene que venir de la mano de otro régimen social, que eche a estos socios políticos ecocidas y devuelva a las asambleas locales el poder de veto frente a toda iniciativa que afecte el ambiente.
Para defender nuestra agua de la depredación capitalista, construyamos juntos una alternativa política. Súmate al Plenario Abierto de Tribuna Ambiental que realizaremos el próximo 22 de febrero, a un mes del Día Internacional del Agua, para organizar una gran marcha ese día.
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