Ambiente
15/3/2023
Avellaneda: peces muertos en la laguna La Saladita Sur
Resultado de la depredación ambiental. Acumar, Kicillof y Ferraresi responsables.
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La Saladita Sur.
Cientos de peces muertos aparecieron flotando en la laguna La Saladita (Sarandí, Avellaneda) el pasado domingo 12 de marzo. Desde el municipio responsabilizan por el hecho a la fuerte sequía y la ola de calor que azota desde hace semanas al país. Pero, ¿es solo responsabilidad de las altas temperaturas? ¿Cuánto interviene la contaminación?.
El cauce acuífero forma parte de una reserva ecológica (La Saladita Sur). Vecines y trabajadorxs próximos a la rivera denuncian olores nauseabundos, que en las últimas horas se acrecentaron.
Ubicada a cien metros de la cancha del club Arsenal, la laguna se encuentra rodeada de industrias y curtiembres. A escasos metros se ha montado un fenomenal shopping que sumado al mercado del Abasto (frutas y verduras) inundan de desechos, sin control y algunos de ellos altamente contaminantes.
La aparición de animales muertos en las orillas no es novedad. Desde 2015, habitantes de la zona denuncian sucesos similares. “El color verde flúor del agua, en momentos previos a que los peces aparecieran muertos a orillas de la laguna, es lo que se busca desentrañar. Sospechan que algún veneno poderoso puede haber sido el motivo para matar gran parte de la fauna de La Saladita” (Clarín, 22/03/2015).
Tanto el puerto de Dock Sud como el Arroyo Sarandí y la laguna La Saladita son creaciones humanas, con el fin de canalizar las aguas del Riachuelo. “A diferencia de la mayoría de las cavas, que son producto del trabajo de las tosqueras o fabricas de ladrillos, esta en particular tiene un origen más técnico, y se remonta al proyecto del ingeniero Luis Huergo, a quien por 1888 le fueron encomendadas las obras portuarias, canal de cabotaje, dársena y muelles del Dock Sud. Las obras de la primera y segunda sección de ese proyecto se llevaron a cabo y fueron puestas en funcionamiento, no así la tercera sección del canal, que llega casi hasta la actual estación Sarandí del ferrocarril Roca, quedando en 1910 el proyecto definitivamente abandonado a la altura de la calle Suárez, y las lagunas resultantes al sur pasaron a formar parte de un pequeño sistema que evolucionó gradualmente hasta llegar a ser declarada reserva ecológica urbana, por la ordenanza municipal número 9676 del año 1994” (Sarandí Citi, 22/03/2016).
El paso del tiempo y el avance de las aguas han provocado humedales: ámbito ideal para la desarrollo de la flora y fauna autóctona, herramienta natural para controlar y mitigar inundaciones, ayudando al control ambiental. La de La Saladita es una de las pocas que aún la gestión de Jorge Ferraresi (Frente de Todos – PJ) no ha entregado a la explotación capitalista. Muy próximas a ella, el intendente peronista regaló un gran terreno a Exolgan (empresa logística multinacional monopólica) que de forma veloz y feroz transformaron en playa de estacionamiento y maniobras de contenedores, llenando de cemento y anulando su riqueza y utilidad natural.
Tanto desde la Agencia Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) como desde la Municipalidad de Avellaneda informan haber analizado muestras de superficie, y en sus resultados no se observan sustancias contaminantes. Ni en el Riachuelo, ni en los arroyos ni lagunas. A lo que no hacen referencia es que elementos como el plomo, zinc o el mercurio, altamente presentes en dichas aguas, no flotan. Su mayor densidad provocan que se alojen en sus profundidades. Es necesaria la toma de muestras del fondo. Solo la laguna La Saladita tiene una hondonada de 7 metros.
La reserva ecológica La Saladita, ubicada a pocas cuadras de Villa Inflamable, recibe de forma diaria los venenos que descargan las plantas del Polo Petroquímico más grande del país.
La amenaza no culmina en los peces y patos que aparecido muertos. Son miles las familias que sobreviven pegadas a estas aguas pútridas. Ausentes de agua potable, cloacas, redes pluviales, asfalto y eléctricas seguras. Alojándose en casillas en serio peligro de desmoronamiento, donde el hacinamiento es moneda corriente. Y el nivel de pobreza y marginalidad se incrementan. Pese a existir una ordenanza municipal que lo prohíbe, lugareños pescan mojarras, morenitas, panzudos, dientudos, canchitas, bagres y viejas de agua contaminadas, que terminan llevando a la mesa como único alimento. A este panorama se le suma quienes utilizan las orillas de la laguna (o la propia laguna) como medio de esparcimiento y de actividades deportivas.
La respuesta del Ejecutivo provincial y municipal sigue siendo ajustar y ajustar, incrementando la precarización en las condiciones básicas de supervivencia del pueblo trabajador. No existe ningún tipo de control por parte del Estado. Sumado que las contaminantes reciben como regalo de la gestión “nac & pop” a Rizen-Shell el perdón impositivo municipal. la misma que viene contaminando con metales pesados las aguas, aire y tierra, provocando pibxs con linfomas y leucemias.
La solución a la contaminación no vendrá de la mano de los Kicillof, Ferraresi. Tampoco de los Vidal, Bullrich, Larreta. La salida a esta crítica situación no vendrá de gobiernos que fomentan e incrementan las fortunas multimillonarias de las patronales contaminantes, sobre la base de ajuste y tarifazos al pueblo trabajador. Son responsables de la depredación y barbarie ambiental. Se requiere la conformación de comités ambientales independientes de vecinos y trabajadores con poder de control y paralización de las actividades de las empresas lindantes que contaminen. Y reforzar a la izquierda que lucha por esto reclamos, como lo hace el Partido Obrero en el frente de Izquierda Unidad.
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