Ambiente
3/11/2024
Córdoba: el silencio que habla, el “movimiento verde” y su falta de oposición al RIGI
Un proceso de cooptación que plantea una reflexión crucial.
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Pablo Rivero, vocero del Movimiento Verde (Foto: Javier Ferreyra/ La Voz)
La reciente aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) en Córdoba generó alarma entre quienes veían en esta medida una amenaza directa a los bienes comunes. En ese contexto, numerosas asambleas, organizaciones y defensores ambientales nos pronunciamos e incluso nos movilizamos, expresando nuestra oposición al RIGI de manera contundente.
Sin embargo, el movimiento verde cordobés y su principal vocero, Pablo Rivero, guardaron un silencio atronador. ¿Dónde estuvieron las denuncias? ¿Dónde las declaraciones públicas? ¿Por qué el denominado movimiento verde y su dirigente no alzaron la voz frente a un proyecto que permite la devastación ambiental, mientras tantas otras voces se levantaron en defensa del territorio?
La historia del movimiento verde y de Pablo Rivero revela las razones de este silencio. Desde sus primeros pasos, la organización mostró los límites que han ido moldeando su trayectoria. Durante la audiencia pública sobre la autovía de Punilla, Rivero, entonces jefe comunal, ordenó omitir cualquier crítica hacia el gobierno nacional, a pesar del papel desempeñado por éste, como garante de los créditos que financiaban esa obra ecocida.
La mencionada decisión de moderar las críticas marcó un punto de inflexión, y fue allí donde algunos activistas decidieron abandonar el espacio, denunciando una postura de autocensura que parecía más bien una sumisión al poder. Hoy Rivero no solo continúa al frente del movimiento, sino que ocupa un cargo en el área de Ambiente del gobierno de Martín Llaryora, quien lleva adelante políticas abiertamente extractivistas.
Así las cosas, lo que alguna vez se presentó como un espacio de resistencia ambiental, ahora se muestra integrado en una estructura de poder a la que debería enfrentar. De esta manera se produjo un proceso de cooptación del movimiento verde, lo que plantea una reflexión crucial: solo un movimiento ambiental absolutamente independiente de los gobiernos y sus partidos, puede desarrollar una lucha consecuente. Las experiencias de los movimientos subordinados al poder político han demostrado que los intentos de “reformar” el capitalismo desde dentro fracasan una y otra vez. Todo esfuerzo por adaptar la lucha ambiental a las limitaciones del sistema termina capitulando, absorbida en el juego de intereses que perpetúa la explotación y devastación de nuestros territorios.
La historia reciente de Córdoba y el silenciamiento del movimiento verde son ejemplos claros de esta tendencia: cada paso de cercanía con el poder político ha resultado en una claudicación de los principios. Hoy, el movimiento verde de Córdoba es incapaz de criticar al RIGI porque ha sido absorbido y cooptado, transformándose en un engranaje más del aparato de gobierno.
Es más, cuando el movimiento verde esbozó alguna denuncia sobre los recientes incendios en la provincia omitió la responsabilidad que le cabe al gobierno provincial y solo hizo mención al gobierno nacional. En este contexto, la única vía para que la lucha ambiental prospere es construir una organización de masas radicalmente independiente y combativa, una que no titubee en señalar que el verdadero enemigo es el propio sistema capitalista y sus intereses, y que luche por derrotar a los gobiernos que sostienen un sistema de explotación y saqueo ambiental.
Desde Tribuna Ambiental llamamos a la unidad más amplia de todos los defensores ambientales, asambleas y organizaciones que entendemos que la lucha por nuestros bienes comunes va de la mano con el destino de la clase trabajadora. Nos unimos con jubilados, estudiantes y trabajadores para preparar la huelga general hasta hacer realidad una sola consigna: ¡Fuera Milei y todos los gobiernos ecocidas! En ese camino invitamos a participar del acto que el Partido Obrero desarrollará el próximo 8 de noviembre a las 18 horas en la ex Plaza Vélez Sarsfield como parte de la campaña lanzada en todo el país bajo la consigna ¡Fuera Milei! Si el capitalismo destruye el planeta, destruyamos al capitalismo.