El gobierno de Alberto Fernández finalizó el año habilitando la exploración petrolera en el Mar Argentino frente a las costas de la ciudad de Mar del Plata. Allí, la multinacional noruega Equinor, en asociación con YPF y Shell, buscan instalar sus plataformas para avanzar en la explotación hidrocarburífera, un emprendimiento de alto impacto ambiental. El rechazo popular no se hizo esperar y ya tuvieron lugar dos jornadas nacionales de lucha en reclamo de #UnMarSinPetroleras.

El epicentro de las movilizaciones fueron la ciudad de Mar del Plata y CABA, precedidas por asambleas, donde se leyeron documentos responsabilizando al Ejecutivo y al ministro de Ambiente, Juan Cabandié, por el desastre ambiental al que asistimos y por pavimentarle el camino a este tipo de negociados extractivistas, tan dañinos para los ecosistemas. A su vez, más de 300 artistas y personalidades de la cultura se pronunciaron en rechazo a la exploración off shore y se multiplican las acciones de difusión sobre las consecuencias de dicho proyecto.

Sobran ejemplos en el mundo que evidencian los peligros que acarrea la actividad petrolera mar adentro. Tanto los bombardeos que implica la exploración sísmica como las perforaciones posteriores y los potenciales derrames configuran un cuadro catastrófico para la fauna marina. Por otra parte, en caso de prosperar el emprendimiento, otras actividades productivas como la pesca se verán perjudicadas.

El pueblo marplatense reclama la realización de un estudio de impacto ambiental de carácter imparcial, puesto que solo existe un informe elaborado a instancias de la empresa interesada en instalar las plataformas petroleras. Fruto de la movilización, la Justicia unificó todas las cautelares presentadas para que se suspendan las operaciones en un amparo colectivo y le exigió al ministro de Ambiente que presente toda la documentación por la que se tramitó el procedimiento de evaluación de impacto ambiental. Sin embargo, depende exclusivamente de acción callejera detener esta avanzada.

Lejos de significar un puntal para el desarrollo energético del país, como sostienen de manera falaz los voceros oficiales, el emprendimiento en cuestión le concede una serie de prerrogativas a Equinor, como la reducción de retenciones y regalías, además de gozar de mayor disponibilidad de divisas. Y, como sucede con el conjunto de la explotación petrolera del país, este proyecto de ninguna manera supone una planificación de los recursos hidrocarburíferos al servicio de las necesidades de la población, sino que estará direccionada a ensanchar los bolsillos de las corporaciones involucradas mientras las mayorías pagaremos los platos rotos del desastre ambiental en puertas.

Ocurre que el gobierno habilita este saqueo a manos de un puñado de multinacionales ya que prioriza incentivar a las ramas de exportación, generadoras de divisas, en función de obtener los dólares necesarios para pagarle la deuda al FMI. Es el retrato de una gestión entreguista, atada de pies y manos al imperialismo, que no tiene nada que ofrecerle al pueblo trabajador, solo más penurias.

Necesitamos profundizar el #Atlanticazo, para que, como en Chubut, sea posible derrotar este ataque contra la fauna marina y el ambiente en general. No a las petroleras en el Mar Argentino, nacionalización de la industria energética bajo control obrero, fuera el FMI, no al pago de la deuda.

https://prensaobrera.com/ambiente/la-lucha-de-las-comunidades-pesqueras-contra-la-explotacion-petrolera-en-el-mundo/