Ambiente

25/10/2012|1245

Cuenca Matanza-Riachuelo: contaminación y corrupción

La Corte Suprema convocó a la Acumar a rendir cuentas del plan de saneamiento propuesto en 2006. Ante la imposibilidad de demostrar avances en la gestión ambiental por parte de la institución, la Corte llamó a cuarto intermedio y, transcurridos 15 días no se ha reanudado la audiencia.


Hace seis años, a raíz de una demanda de vecinos y de trabajadores, la Corte ordenó sanear la cuenca del Riachuelo, que comprende catorce partidos, desde Cañuelas hasta Avellaneda. Para ello, se constituyó la Autoridad de la Cuenca (Acumar), entre la Nación, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Al frente de ella colocaron al Secretario de Ambiente, Mussi, ex intendente de Berazategui. Seis años después, hay sólo 54 empresas reconvertidas sobre más de 1.000 registradas como contaminantes. Siguen los basurales a cielo abierto y la mitad de los niños de Villa Inflamable sufren problemas de desarrollo psicomotor. No se ha inaugurado una sola Unidad de Salud Ambiental para atender a la población, ni se dan a conocer los resultados de los estudios epidemiológicos.


Aun así, Mussi tuvo el descaro de decirle a la Corte que los problemas de salud de la Cuenca no están vinculados con la contaminación, sino al poco tiempo que las madres dedican a sus hijos. La relocalización de 200 familias de barrios lindantes con el Riachuelo se hizo a viviendas sin terminar -sin gas, luz ni agua-, en barrios cuyos servicios de salud y escuelas estaban colapsados de antemano.


Por su parte, el municipio aliado de Mussi -Avellaneda- mantiene a la población de Villa Inflamable en un estado de completo abandono: no invirtió hasta ahora ni un solo ladrillo para reducir la exposición de los chicos a los contaminantes del suelo y prohíben a las familias el ingreso de materiales para reparar las viviendas o para realizar contrapisos.


Esas tierras -expropiadas sin aviso- se regalaron a la empresa Exologística y Exolgan, a cambio de un terreno de la mitad de tamaño, que los vecinos de Villa Tranquila y de Isla Maciel reclaman para sus propios proyectos de urbanización. Las internas del gobierno arrojaron revelaciones sobre el entramado de corrupción que envuelve a Acumar.


El periodista Verbitsky reveló que el juez Armella -colocado por la Corte para verificar la ejecución de las tareas- digitó la adjudicación de las obras a favor de empresas con las que sostiene vínculos familiares. Armella es el mismo juez que encarceló a nuestros compañeros ferroviarios Hospital y Merino, falsamente acusados por Garré.


La Acumar fue, en definitiva, una plataforma de cooptación política y de desvío de recursos del Estado. Ahora, el "ajuste" presupuestario ha liquidado los recursos que, durante estos años, se repartieron entre intendentes, punteros y seudopiqueteros, sin resultados en términos de saneamiento de la cuenca.


En ese cuadro, ha estallado una interna que se conecta con la crisis política general: los cristinistas de Unidos y Organizados van por la cabeza de Mussi, más ligado al aparato de intendentes pejotistas del conurbano.


El Partido Obrero apoya la movilización de los vecinos de Villa Inflamable y de Villa 21-24, entre otros -víctimas de la contaminación y ahora sujetos a las arbitrariedades de los gobiernos locales y nacional-, y exige la efectiva puesta en marcha de un plan de saneamiento que, en el corto plazo, garantice la salud de los cuatro millones de habitantes de la Cuenca.


Estamos por una atención sanitaria pública, indemnización y tratamiento médico a las personas afectadas, viviendas para todos, plantas depuradoras bajo control de comisiones obrero/vecinales, elección de comisiones de seguridad e higiene ambiental en las industrias, y porque la crisis del Riachuelo la paguen los que la causaron: las empresas contaminantes.