Ambiente

13/7/2021

Crisis hídrica

Déficit de agua en Hurlingham, un recorrido histórico

El abandono de los gobiernos municipales, provincial y nacional.

La deficiencia en el servicio de agua corriente en el municipio de Hurlingham provoca año a año que centenares de vecinos deban acercarse al predio municipal en busca del insumo más elemental para vivir. La causa de esta situación crítica se encuentra en el abandono por parte de las autoridades regionales, provinciales y nacionales, y la falta de políticas ambientales integrales para solucionar el conflicto.

Hurlingham se ubica dentro de la cuenca del Río Reconquista, junto con otros 18 municipios. Esta es la segunda más contaminada del país después de la Matanza-Riachuelo. Una cuenca es un sistema hídrico interrelacionado, por lo tanto lo que suceda en uno de sus elementos afecta a la totalidad del complejo. La aplicación efectiva de políticas ambientales, sanitarias y sociales debe articularse entonces al nivel de toda la región involucrada.

En 2001 la provincia creó el Comirec (Comité de Cuenca del Río Reconquista) como un ente autárquico que busca prestar servicios, proyectos y capacitación para la gestión ambiental y la preservación de la cuenca. Pasados 20 años de su creación, los resultados son claramente negativos debido a la discontinuidad de obras, la falta de controles municipales para el cumplimiento de normativas ambientales, la vía libre a la contaminación y la inoperancia y lentitud del organismo.

En 2007 un informe presentado por la Defensoría del Pueblo expuso con detalles el ecocidio y la vulnerabilidad ambiental provocada por décadas de saqueo a los sistemas ecológicos presentes en la cuenca, así como el total desprecio por las comunidades asentadas en ella, ante una inactividad claramente cómplice de los gobiernos. En el informe se describe la existencia de niveles más allá de lo tolerable de concentraciones de metales pesados en agua (plomo, cadmio, zinc, arsénico) vertidos por las industrias, la presencia de pesticidas como el DDT utilizados por el agronegocio, y, como consecuencia, que más del 60% de la población de la región carezca de cloacas, se encuentran alarmantes niveles de efluentes cloacales sin tratamiento.

Esto tiene como resultado una verdadera bomba bacteriológica contaminante que no solo mata la biodiversidad en nuestro río y sus arroyos, sino que expone a nuestra comunidad a una extrema vulnerabilidad frente a enfermedades y afecciones graves por consumo o la sola cercanía de los cursos de agua superficiales como subterráneos.

Es lo ambiental, pero también lo económico

La crisis económica sumada al desarrollo de la pandemia, que agudizó las contradicciones de la primera, produjeron un doble impacto sobre el bolsillo de los trabajadores. Este factor económico es clave para comprender las largas filas para buscar agua que se repiten día a día. Si tenemos en cuenta que una familia tipo (cuatro miembros) consume entre cuatro y cinco bidones de 20 litros por semana (usados para beber pero también para cocinar, debido a los altos niveles de sarro presentes en todo el distrito), lo que representa un costo mensual de $4.000 a $5.400, dependiendo de las distribuidora.

En un contexto de desocupación, precarización y pérdida de poder adquisitivo, signado por una inflación interanual de casi el 50%, muchas familias se ven imposibilitadas o limitadas en su capacidad de compra. Si a esto le sumamos el costo del vaciamiento de pozos negros que implica entre $2.600 a $3.500 (dependiendo los m³) por la falta de cloacas, las familias deben asignar una buena parte de sus ingresos para suplir servicios básicos que el Estado debe proveer para garantizar el derecho humano al agua y saneamiento. La misma AySA (Agua y Saneamientos Argentinos) en 2006 estableció en su marco regulatorio el acceso al agua potable y saneamiento como derechos universales. Sin embargo, en el 2021 el 60% de la población de Hurlingham se ve privado de estos.

La responsabilidad política

En más de tres décadas de gobiernos comandados por el PJ, ninguno de ellos pudo dar solución a esta grave problemática. En el siguiente cuadro se observa como para el último censo del 2010 en Hurlingham el 67% de la población carecía de agua corriente y el 89% sin cloacas.

Extraído de Cartografías del conflicto ambiental en Argentina 2; compilado por Gabriela Merlinsky. – 1ra ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fundación CICCUS, 2016.

Lxs vecinxs nos hemos acostumbrado a las mentiras y a las falsas promesas de los que gobernaron durante décadas. El intendente Juan Horacio Zabaleta no es la excepción. En unos de sus recorridos de su primera campaña, en 2014, expresó: “el 50% de los vecinos de Hurlingham estarán conectadas a las cloacas a fines de 2015, y el otro 50% en 2016” (SM Noticias, 21/8/2014). Aunque la realidad actual de lxs vecinxs de Hurlingham dista mucho de esa declaración, no impide que Zabaleta siga prometiendo y apostando nuevamente al voto “cloaca” para las futuras elecciones.

En marzo, en una reunión con la actual titular de AySA, Malena Galmarini, volvió a las promesas y expresó que: “al final del mandato del presidente Alberto Fernández, Hurlingham va a tener cloacas y agua potable para todas y para todos, y eso es lo que vale la pena contar” (Hurlingham al Día, 25/3). El gran porcentaje de viviendas sin saneamiento y agua corriente (60% y 40% correspondientemente), la falta de conexión a red y la parálisis de obras durante la pandemia indican que será otra de las promesas incumplidas a las que nos tienen acostumbrados los dirigentes del PJ local hace años.

Desde El Partido Obrero de Hurlingham y desde Tribuna Ambiental vamos por la organización de asambleas en cada barrio para exigir el derecho al acceso al agua potable y cloacas, el saneamiento del Río Reconquista y Arroyo Morón, la conexión y puesta en marcha en los barrios sin habilitación de servicios básicos, la puesta en marcha de todas las obras para que haya servicios de agua corriente y cloacas en todos los barrios de Hurlingham, el suministro de bidones de agua potable para los vecinos más vulnerables y el acceso libre y actualizado de las obras en el distrito.