Ambiente

14/2/2023

El acaparamiento capitalista del oro y la destrucción del ambiente

Más de la mitad del oro del mundo ha sido acaparado por cuatro países y el FMI.

Mina de oro en Finlandia.

Según un informe publicado en Ámbito Financiero, más de la mitad del oro del mundo ha sido acaparado por cuatro países y el Fondo Monetario Internacional, mientras que solo diez países poseen el 74%. Bajo el sistema capitalista, el oro se utiliza principalmente para la producción de joyas y lingotes, y su extracción tiene efectos nocivos sobre el ambiente.

En el mundo existen 53.000 toneladas de oro, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Este metal precioso se utiliza para la fabricación de joyas y productos electrónicos, y como reserva de valor. Solo el 15% del oro extraído se utiliza para la industria, el resto se destina a la producción de joyería, lingotes y monedas, algo completamente improductivo. De acuerdo a expertos, todavía quedan alrededor de 50.000 toneladas de oro por extraer en el planeta. Al ritmo de extracción actual, se estima que se agotarían en 20 años.

Los métodos que se utilizan para extraer oro del suelo son dañinos para el ambiente. Algunos de ellos son la minería a cielo abierto, mediante la cual se destruye la capa superficial de la tierra para acceder a los minerales que están debajo de ella; el uso de mercurio, que sirve para separar el oro de otros minerales; y el de cianuro, utilizado para separar el oro de la roca. La extracción de oro ha traído consigo la destrucción de hábitats naturales, contaminación del agua, problemas de salud para las personas que viven cerca de minas de oro, pérdida de biodiversidad y la emisión de gases de efecto invernadero.

En algunas regiones del mundo, el impacto ambiental de la minería de oro ha sido devastador. En Argentina, por ejemplo, la mina Veladero, en la que opera la empresa canadiense Barrick Gold, derramó en 2015 agua con cianuro en al menos cinco ríos de la provincia de San Juan, causando daños renales en parte de la población de las zonas aledañas. En Colombia, la cuenca del río Coello fue contaminada por empresas como Anglogold Ashanti (Sudáfrica) y Continental Gold Ltda (Canadá), lo que provocó la muerte de numerosos peces.

Asimismo, en Indonesia, la extracción de oro en la mina de Grasberg por parte de la compañía norteamericana Freeport-McMoran contaminó tanto el agua como el suelo, ocasionando enfermedades en las comunidades locales y daños en el ecosistema acuático. En Perú, empresas como Pluspetrol o Repsol están destruyendo regiones de alta biodiversidad como la Amazonia. Hay muchísimos ejemplos más de casos de este tipo (Estados Unidos, Rumania, Australia, Finlandia, Siberia, etcétera).

La política de destrucción del ambiente que están desenvolviendo las mineras, con la complicidad de los gobiernos capitalistas, ha detonado movilizaciones populares en varios lugares del mundo. En Argentina, en San Juan, se han producido grandes protestas contra la Barrick Gold. En la provincia de Chubut, en 2003, la población rechazó en un plebiscito la explotación de un yacimiento de oro y plata, lo que dio lugar a la creación de la ley 5.001, que prohibió la actividad. El intento de derogar esta ley por parte de los gobiernos ha desencadenado otras luchas en la provincia. En Coello, Colombia, también se llevaron a cabo movilizaciones en repudio a proyectos mineros.

Detrás de todo esto se encuentran algunas de las principales potencias capitalistas y sus empresas. Los mayores poseedores de oro son Estados Unidos (8.134 toneladas), Alemania (3.355 toneladas), el FMI (2.814 toneladas), Italia (2.452 toneladas) y Francia (2.437 toneladas). A estos les siguen Rusia, China, Suiza, Japón, e India.

La industria minera es una de las más grandes del mundo y está conformada por empresas de gran poder. La norteamericana Newmont encabeza el ranking mundial de mineras de oro, produjo más de 5,8 millones de onzas en 2020, y opera en África, Australia, Estados Unidos y Sudamérica. En segundo lugar se encuentra Barrick Gold, que también realiza sus actividades en esas regiones, y en 2019 se unió a Newmont para crear Nevada Gold Mines, el mayor complejo minero de oro del mundo. Otras empresas importantes son Anglogold Ashanti (Sudáfrica), Polyusy (Rusia) y Kingross Gold (Canadá).

Por otro lado, en distintos puntos del planeta se desarrolla la extracción ilegal de oro. En América Latina, esto tiene lugar en países como Bolivia, Colombia, Ecuador y Panamá. La minería ilegal trajo aparejados problemas graves, como desplazamientos forzados, la violación de derechos humanos, y la aparición de bandas mafiosas ligadas al negocio de los capitalistas. Según la ONU, en 2016 la minería ilegal generó hasta US$48.000 millones en beneficios ilícitos.

En muchos lugares del mundo, asimismo, las compañías mineras explotan mano de obra ultrabarata, como ocurre en países de América Latina y África. En Perú, por ejemplo, en la región de Madre de Dios (Amazonia) hay más de 31.000 obreros informales y más de 9.000 ilegales que trabajan en las minas de oro. En otros países como Bolivia, Colombia y México, muchos obreros también ejercen sus labores en condiciones deplorables y por salarios bajos. En África, en países como la República Democrática del Congo, Zimbabue y Ghana, la superexplotación inhumana de trabajadores es muy frecuente.

El capitalismo es incompatible con la preservación del ambiente y el cuidado de la vida de las personas. Los trabajadores tenemos que reemplazarlo por un sistema social superior.

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