Ambiente

6/1/2022|1635

El Chubutazo contra la megaminería impulsa la lucha ambiental en todo el país

Con puebladas, paros y movilizaciones masivas, el pueblo de Chubut logró la derogación de la ley de zonificación que permitía la megaminería en la provincia. Este triunfo alimenta la lucha en todo el país contra la política del gobierno, Juntos por el Cambio y el FMI, que fomentan los negociados contaminantes para generar las divisas para el pago de la deuda externa. Mientras los incendios se multiplican sin respuestas del Estado, mostrando el alcance de la crisis ambiental, las movilizaciones crecen. En Mar del Plata y todo el país es masivo el rechazo a los proyectos de exploración petrolera en la costa bonaerense.

Chubut: un triunfo popular de enorme alcance

El 21 de diciembre, la Legislatura de Chubut aprobó el proyecto de derogación de la ley de zonificación minera, que permitía la megaminería en la meseta, y que había sido votada días antes por todos los bloques patronales de la provincia (tanto el del gobierno de Arcioni como Juntos por el Cambio y el Frente de Todos). La derogación fue el resultado de una enorme movilización de todo el pueblo de Chubut.
Desde la sanción de la ley de zonificación, entre gallos y medianoche, fueron creciendo las movilizaciones bajo la convicción de no abandonar las calles hasta la derogación de la ley. La organización dentro de las asambleas fue determinante para la poner en pie las medidas, evitar el desgaste del movimiento y, sobre todo, incrementar los cuidados frente a un Estado que buscaba amedrentarnos bajo la represión y persecución. Así, la movilización logró quebrar el intento represivo del gobierno de Arcioni, una tarea que ahora continúa en la lucha por el cese de toda la persecución judicial montada por el gobierno.

Con los métodos de la clase obrera, la organización independiente asamblearia, cortes de ruta y movilización, se logró articular un movimiento de masas que no dejó lugar de la provincia sin expresión. A lo largo y ancho de Chubut se vivieron con intensidad las grandes jornadas de lucha del Chubutazo, siete días haciendo frente a la represión, a la cacería nocturna, a la criminalización y persecución política del movimiento ambiental.

El papel de las asambleas ambientales fue fundamental en el Chubutazo, se convirtieron en la referencia de las masas y desde allí se organizaron las acciones que garantizaron el triunfo del pueblo contra el lobby minero. La Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut (UACCH) agrupó a las asambleas barriales, que en cada plaza, comenzando por Esquel, comenzaron a organizarse contra el gobierno y el lobby minero. Fue a través de esta organización asamblearia que en 2003 se conquistó la primera Iniciativa Popular contra la zonificación minera, iniciativa que luego sería corrompida en la Legislatura. Fue a través de estas asambleas que se impulsó también la iniciativa popular de 2020, que entre medio de la pandemia del Covid logró juntar más de 30 mil firmas de adhesión, pero que luego fue cajoneada y desestimada por la Legislatura, que meses más tarde, el 15 de diciembre de 2021, votaría la zonificación minera.

Si bien las asambleas tienen un funcionamiento permanente, así como sucedió en 2001, durante el Chubutazo la participación en las mismas se masificó, siendo realmente un espacio de organización popular. La organización de las asambleas dio un salto traccionando a nuevos sectores -sindicales de la pesca, educación, independientes de la cultura, comunidades originarias- a la participación activa en las jornadas de luchas. Es así como el movimiento asambleario tuvo un salto en su organización, tomando cada vez mayor carácter de revuelta social con la exigencia y necesidad del llamado a un paro general. La bronca contra el poder político quedó plasmada en la quema de la Casa de Gobierno, entre otros edificios públicos.

Fue clave el frente único con el movimiento obrero y el movimiento desocupado de los barrios. El paro de los pescadores fue definitorio en los últimos días de la lucha, impulsado por el rechazo a la megaminería y al proyecto de ley de pesca de Arcioni. Los trabajadores de la pesca salieron masivamente a la ruta 3 y cortaron en el Puerto de Rawson. A pesar de las maniobras desmovilizantes de las burocracias sindicales, fueron las bases las que pujaron para sostener las acciones directas, como cortes de rutas y paro.
Los alcances de esta victoria no se limitan al plano ambiental. La lucha contra la megaminería dejó al descubierto un régimen que actúan mancomunadamente contra el pueblo a fin de garantizar sus negociados capitalistas. Son responsables de este avasallamiento al pueblo, el gobierno provincial de Arcioni, la Legislatura chubutense y todos los bloques que la integran, el gobierno nacional de Fernández, junto con los grandes grupos empresariales y la burocracia sindical, porque todos forman parte activa de un plan que busca saciar las necesidades fondomonetaristas a costa de traer mayor hambre y miseria.

Es por esto que el Chubutazo es un horizonte de lucha para todas las luchas en curso. Fue un cierre de oro para este año de intensa lucha en la provincia, pero el Chubutazo no es un punto de llegada, sino de partida, es el impulso necesario para agrupar a las bases y organizar una salida de la clase obrera. El triunfo mostró una experiencia importantísima: luchar sirve y la única forma de derrotar a este régimen de hambre y saqueo es en las calles. ¡Vivan los métodos de la clase obrera! ¡Que viva el Chubutazo!