Ambiente

14/5/2022

NEUQUEN

El fracking causa sismos en pueblos asentados sobre Vaca Muerta

Un nuevo caso en Sauzal Bonito. Ya hubo 350 desde 2015.

El sismo se produjo en Sauzal Bonito

A pesar que al principio de la actividad de fracking tanto las petroleras como el gobierno provincial trataron de desentenderse de la directa relación que existe entre el comienzo de los sismos y el inicio del fracking en Vaca Muerta, lo cierto es que la relación causa-efecto ya es imposible de ignorar.

Las petroleras mantienen un cerrado desentendimiento, pero el gobierno de la provincia debe fingir que se preocupa. A raíz de un fuerte sismo que afectó el pueblo de Sauzal Bonito el pasado 9 de mayo, se produjo el desprendimiento de grandes rocas en el poblado de Quili Malal (cercano al lugar donde se prevé construir la represa de Chihuido I), a casi 100 kms. en línea recta de Sauzal Bonito, pero alejado del epicentro de la actividad hidrocarburífera, lo cual demuestra del nivel de energía liberado.

Sauzal Bonito (por su parte en las cercanías de la presas de Portezuelo y la de Planicie Banderita), asentado sobre el yacimiento Fortín de Piedra de Tecpetrol, ha sufrido desde mediados de abril hasta el ocurrido el pasado 9 de mayo, unos 35 sismos. Si contabilizamos desde el 2015, son unos 350, lo cual indica una tendencia de acortamiento de los tiempos entre un sismo y otro. Hay viviendas agrietadas en el poblado de Sauzal Bonito y algunos sismos más fuertes se sintieron en otras localidades más alejadas como Añelo, Cutral Có y la propia capital provincial. Pero este último sismo estuvo acompañado del desprendimiento de grandes rocas desde las bardas vecinas a Quili Malal sobre la ruta que lleva al poblado, y esto le ha otorgado una visibilidad imposible de ignorar.

A pesar de tanta evidencia, el subsecretario de Defensa Civil, Martín Giusti, como toda medida manifestó en los medios que “vamos a hacer un estudio para que nos informe qué paso y cómo podemos actuar, y por qué fue ese corrimiento y caída de las rocas”. Es decir, circunscribió su “estudio” a la caída de rocas en Quili Malal, sin relacionarlo con el sismo de 4,5 grados de la escala de Richter que se produjo previo a la caída de las mismas en Sauzal Bonito.

La potencia de los sismos

Cada sismo libera una potencia energética que se mide en una escala. Para hacer una comparación, 4,5 grados en la escala de Richter liberan una energía equivalente a una bomba atómica de baja potencia. No se trata de algo que pueda ignorarse. Por eso, la actitud del subsecretario de Defensa Civil cuando concentra su preocupación en las rocas desprendidas y no en las razones, harto evidentes, que causan los sismos, es toda una definición de impunidad estatal hacia las petroleras.

Una impunidad que guarda coherencia con el hecho que es, precisamente, la subsecretaría de Defensa Civil la destinataria de la base que financia el Comando Sur del ejército de Estados Unidos en Neuquén; lo cual echa luz sobre las sociedades políticas y los intereses detrás de esa base “humanitaria” y que evidentemente guarda directa relación con los intereses yanquis sobre Vaca Muerta y la región.

Como las petroleras anuncian permanentemente más cantidad de hidrofracturas por pozo y ramas laterales (donde se ubican las fracturas), cada vez más largas (alcanzan miles de metros), es evidente que una hidrofractura del 2022 libera el doble o triple de energía que una de hace siete años atrás. Pero además, Tecpetrol -de cara al invierno y los precios del gas- ha acelerado sus perforaciones y fracturas precisamente en el yacimiento Fortín de Piedra.
En aras de ingresar dólares para pagar al FMI, están jugando con algo que no tiene remedio tan fácilmente: la naturaleza y el ambiente.

El control obrero y la nacionalización de toda la industria energética es la única salida que puede poner un límite a una actividad que hace caminar a toda una región por la cornisa de la tragedia.