Nueva pastera en el Uruguay: El gobierno “a la orden” de las multinacionales
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La autorización del Parlamento uruguayo para que comiencen las obras para la construcción de una pastera en Colonia -a 50 kilómetros de Buenos Aires- con un costo de 2.000 millones de dólares, consolida un cambio definitivo en la tradicional estructura económica del Uruguay, que ha decidido jugar una parte de los recursos estatales al monocultivo de eucaliptos.
La pastera que se instalará en Conchillas es una de las multinacionales más importantes del mundo. La sueco-finlandesa Stora Enzo ha constituido el consorcio Montes de Plata con la chilena Arauco para el armado de esta planta, la cual tendrá una producción estimada en cinco años de 1.300.000 toneladas anuales, 200.000 más de las que produce Botnia. La producción de pasta celulosa en Uruguay será cinco veces la totalidad de la producción de las papeleras argentinas. El abastecimiento de la materia prima que requiere esta enorme producción estará asegurada por las inmensas plantaciones que tiene Arauco en Argentina, Chile y Uruguay.
La construcción de esta pastera cuenta con la complicidad del gobierno argentino, pues implica un trabajo común de ambos países para el dragado y profundización del canal Martín García, clave para el ingreso y egreso de la producción de la nueva planta.
Depredación
El Tratado del Río de La Plata, a diferencia de su similar del Río Uruguay, no requiere estudios ambientales comunes.
La instalación será un enorme salto en la depredación ambiental. La contaminación de Botnia es cada vez mayor. La participación argentina en los actuales controles de Botnia es hoy cartón pintado. La misma cancillería ha tenido que denunciarlo: “La Cancillería advierte ‘su profunda preocupación frente a la grave constatación de que la planta UPM-Botnia está utilizando el método de la dilución en el sistema de tratamiento de efluentes’ y, de igual forma, formuló su preocupación por la intención expresada por UPM-Botnia de tratar en forma conjunta sus efluentes industriales con los efluentes cloacales de Fray Bentos. En la nota, la Argentina solicitó que cesen de inmediato las actividades de dilución y que se deje sin efecto todo proyecto destinado a tratar efluentes industriales en su conjunto con los efluentes cloacales” (Ambito Financiero, 10/1).
UPM-Botnia tiene de parte del gobierno uruguayo el campo libre, como lo tendrá Stora Enzo. La dilución en el río es el viejo sistema utilizado históricamente por las papeleras argentinas, conocido como “todo al río”.
El pasaje, en cuatro años, a una producción de 2 millones y medio de toneladas anuales inevitablemente provocará un colapso ambiental por saturación. La única voz que se ha levantado solitaria, en medio de una jauría reaccionaria de funcionarios del Frente Amplio, en contra de Stora, ha sido la de los ambientalistas uruguayos. Las violentas críticas que recibieron Guazubirá, Unamu, que impugnan la instalación de la nueva planta, apuntan a un desconocimiento de la “tecnología de punta de la Stora y al ‘tremendismo’ sobre las consecuencias de la producción”.
La instalación de la nueva pastera enfrentará, seguramente, un proceso de resistencia, no sólo contra la depredación indiscriminada que se avecina, sino también contra un gobierno que se ha transformado en un peón de las multinacionales.