Ambiente

21/2/2013|1257

El Riachuelo-Matanza tan contaminado como hace cinco años

Un festival de subsidios que sólo engrosa bolsillos de funcionarios y contratistas

Hace pocos días, Greenpeace dio a conocer un informe de Acumar sobre la Cuenca Riachuelo-Matanza, que revela que el río y sus afluentes están tan contaminados como hace cinco años. El informe no puede sorprender a quienes vivimos en los distritos de la Cuenca, pero sí cuando proviene del organismo encargado de su limpieza.


El informe


El informe ("Las aguas siguen bajando turbias" -resumen ejecutivo- www.greenpeace.org.ar) denuncia que mientras en estándares internacionales se consideran 5 mg de oxígeno por litro de agua como requerimiento para que haya vida, la Acumar lo ha fijado en 2 mg en esta etapa. Por eso concluye que "el Riachuelo es un río muerto".


Acumar maneja un presupuesto anual multimillonario. El juez de Quilmes, Armella, quien ordenaba acciones de saneamiento, fue apartado del cargo al descubrirse que su familia operaba empresas que obtuvieron obras y servicios en forma directa, a precios sobrefacturados. Flotas de vehículos, propiedad de Acumar, están bajo el uso personal de Mussi en Berazategui. La Acumar es una caja sin fondo para los funcionarios y punteros.


Sin embargo, el principal atractivo de las obras para sanear la cuenca es que permiten acceder, a funcionarios e intedentes, a créditos del BID y del Banco Mundial, plata fresca para ellos y los contratistas de obras. Existen los medios técnicos para sanear el Riachuelo-Matanza; lo demuestra la limpieza del río Sena en Francia.


Ocurre que, en nuestro caso, de "las 1.062 industrias de la cuenca consideradas agentes contaminantes que ya tiene aprobado su plan de reconversión industrial, hasta el 28 de diciembre, sólo 54 llevaron a cabo la adecuación" (Clarín, 3/2). Las "adecuaciones" realizadas tampoco son tales.


A la vez, no se ejecutan planes de urbanización para relocalizar a la población que vive en las zonas inundables de la cuenca y evitar nuevos asentamientos en los terrenos inundables, junto a todas las obras públicas necesarias para el correcto drenaje de lluvias, habitabilidad y transporte de la población. "Se estima que el 55% de las casi 5 millones de personas que viven en la cuenca no tienen cloacas" (ídem).


La defensa consecuente del ambiente es una necesidad y una tarea de la organización independiente de los trabajadores, y como tal, una bandera indeclinable de nosotros, la izquierda.