Ambiente

26/11/2020

Depredación ambiental

El secretario de Minería de Fernández, contra la Ley de Humedales

Hensel y el lobby de las mineras contra las leyes ambientales.

Alberto Fernández con Alberto Hensel recorriendo un yacimiento.

Alberto Hensel, secretario de Minería de la Nación, fue a la primera reunión de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados a defender la agenda de las mineras. En la reunión se despachó con un ataque al proyecto de Ley de Humedales que tiene dictamen de comisión unificando los 15 proyectos presentados sobre el tema. El tratamiento de la Ley de Humedales es un resultado de la movilización nacional contra las quemas, que ganó nuevamente las calles con un acampe en el Puente Rosario-Victoria.

Hensel sostuvo que el proyecto no tiene en cuenta las diversidades ambientales en el territorio nacional, algo que es falso porque el mismo establece un inventario de humedales y habilita diferentes tipos de utilización. La preocupación del secretario está colocada en que pueda trabar proyectos mineros en humedales cordilleranos, vegas o salares. También atacó a la Ley de Glaciares, a pesar de que la Corte Suprema dictaminó que su validez constitucional es compatible con la continuidad de la explotación de Veladero, asentado en zonas glaciares y periglaciares en San Juan -donde el funcionario fue ministro de Minería.

Este ataque contra la legislación ambiental muestra el carácter depredador de la política económica del gobierno. Mientras en la Cámara se discuten proyectos y se hace demagogia, los lobbies mineros y del capital agrario, de los pulpos contaminadores, pueblan los despachos oficiales al más alto nivel. Por eso los proyectos se traban y solamente avanzan cuando una movilización extraordinaria de las asambleas y movimientos de defensa del ambiente lo pone en la agenda.

Los dichos de Hensel deben ser tomados muy en serio por el movimiento ambiental, para arribar a la conclusión de que para defender el ambiente de la depredación capitalista es imprescindible la independencia respecto del gobierno de los contaminadores, que promueve estas actividades con el vil objetivo de recaudar dólares para cumplir con el repago de la deuda al FMI y el capital financiero internacional, dejando solo pasivos ambientales en el país.