Ambiente

16/7/2019

En Exactas, #LaIzquierdaDebate sobre cultivos transgénicos y agrotóxicos

Foto: Ojo Obrero Fotografía

El pasado jueves 11/7 desde En Acción -estudiantes- y El Transformador -graduadxs- (PO+Indep) realizamos una nueva charla del ciclo #LaIzquierdaDebate en Exactas de la UBA, esta vez con temática sobre cultivos transgénicos y agrotóxicos. Con la presencia de nuestro legislador de PBA Guillermo Kane, y de referentes del tema como el profesor Guillermo Folguera, la investigadora del Conicet Florencia Arancibia y de Miriam Coronel Armas, integrante de la Red Federal de Docentes por la Vida, se discutió acerca de cuáles están siendo las consecuencias de un modelo productivo centrado en estos cultivos.


Durante el mes pasado la muerte por cáncer de Ana Zabaloy, docente afectada por las fumigaciones, generó conmoción en toda la sociedad. La comprensión social del fracaso del modelo productivo es cada día más fuerte, como así también la resistencia e impunidad de quienes lo defienden. De hecho, en abril, durante su visita a Entre Ríos el presidente Macri dijo que le parecía “absurdo y sin rigor científico” el planteo de aumentar el radio de fumigación cerca de escuelas.


Una obra de ingeniería estatal para instalar el modelo


Los transgénicos se aprobaron durante el menemismo, de la mano de Felipe Solá. Sin embargo, este modelo productivo no fue posible solo por la aprobación de la utilización de químicos para modificar genéticamente los objetos (plantas, semillas, animales, etc) sino que, como destacó el profesor Folguera, requirió de una obra de ingeniería estatal para allanar el terreno. Argentina fue una pieza clave para que el modelo luego se instale en toda América Latina, con puntos notables en Paraguay, Bolivia y Brasil durante la presidencia de Lula.


En palabras de Folguera, “los progresismos abrazaron fuertemente, y siguen abrazando, a las innovaciones tecnológicas que generan estos impactos” a todo costo. Es decir, no estuvimos solo ante la presencia de los Monsanto sino que el propio Estado fue el que puso a su servicio distintos factores que ayudaron a generar que el modelo se automatice. Por ejemplo, las facultades de Exactas y de Agronomía de la UBA, como la Universidad de Quilmes o especialistas como Esteban Hopp del Inta, fueron defensores acérrimos, aportando credibilidad científica a una matriz productiva que hoy nos demostró no solo que no era sustentable, sino también que es una bomba de tiempo.


Más aún, en la propia sociedad se dio un proceso de legitimación de los transgénicos. A nivel mundial se utilizó como propaganda política el fomento de estos cultivos para aumentar la capacidad de producción y así poder alimentar a los pueblos que tienen hambre. Esto es totalmente falso, la supresión del hambre es un problema social y político que exige un cambio en las relaciones sociales. Hoy se estima que el mundo entero genera 8 veces el alimento necesario para alimentar a toda su población, y sin embargo siguen existiendo personas que se mueren de hambre.


Con sus diferencias, todxs lxs oradorxs coincidieron en que el modelo fue armado para que los capitales del agronegocio puedan sacar mayores ganancias en menos tiempo. ¿A costa de qué?


Por un lado este modelo generó un agotamiento y un desgaste del suelo que llevará décadas reparar. La explotación de la tierra se dio con la llegada de inversores que pudieron especular con las legislaciones municipales referidas a las limitaciones sobre la fumigación de los campos, que se dieron de manera fluctuante. Es decir, como explicó Guillermo Kane, en pos de lograr mayores ingresos, las distintas autoridades locales entraron en una suerte de subasta donde compiten por ver quién les ofrece mayores comodidades a las grandes empresas productoras y a las cámaras de empresarios agrícolas para que puedan desarrollar su negocio.


Pero también este lucro se dio a expensas de la salud de lxs habitantes de zonas rurales y, sobre todo, de niñxs y trabajadores rurales. En este sentido es que desde la banca del PO en la legislatura, Guillermo Kane presentó un proyecto propio de Ley sobre la regulación de la utilización de productos químicos y plaguicidas, que establece que alrededor de las escuelas rurales debe existir una zona de exclusión de mínimo 4.800 metros, contra los 10 metros que rigen en muchos municipios.



La organización de las comunidades rurales y docentes


En 2001 comenzaron a salir a la luz las primeras denuncias sobre el aumento de patologías como el cáncer, malformaciones y abortos espontáneos en distintas comunidades, con “las madres de Ituzaingó (Córdoba)” como pioneras. Florencia Arancibia habló sobre el desarrollo de las organizaciones de lucha y el rol que jugó la ciencia para poder demostrar la relación entre estas patologías cada vez más frecuentes y el uso de pesticidas y herbicidas, en particular el glifosato.


En 2009 Andrés Carrasco, investigador de la Facultad de Medicina de la UBA publica un artículo en Página 12 que muestra que el uso de este herbicida y las malformaciones en embriones tienen un lazo común. El entonces ministro de Ciencia, el kirchnerista -hoy macrista- Lino Barañao salió a decir en los medios que esa publicación “no tiene nada que ver con el Conicet, el glifosato es seguro… es como agua con sal”.


Casi al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud reclasificó a este producto como “potencialmente cancerígeno para el humano”. Esto generó un revuelo mundial. En Argentina se organizó la campaña “sí a la vida, no al glifosato”.


En su intervención, Miriam Coronel Armas, integrante de la misma red que Ana, contó cómo la escuela de su hijo se ve afectada por el paso del “mosquito” (avión fumigador), al punto de que incluso existen autoridades que se niegan a cumplir el protocolo existente para impedir la exposición de los niños a los contaminantes. Por otra parte, Guillermo Kane marcó el rol de la burocracia sindical de trabajadores rurales y docentes, que genera un abroquelamiento cuyo únicos propósitos son defender los intereses del agronegocio y contener la organización de padres, madres, docentes y trabajadores que luchan por la salud de sus hijxs y la suya propia.


Conclusiones


Como también ocurrió en la charla anterior que habíamos realizado (“Cambio climático y medio ambiente”, lo que se puso de relieve es la necesidad de realizar una transformación social de fondo para así poder lograr cambios significativos en materia ambiental. Esto no es otra cosa que luchar por el socialismo.


Los socialistas reivindicamos el desarrollo de las fuerzas productivas que hoy están en contradicción con el sistema capitalista y serán la base misma para la transformación social. Es decir, como dijo Guillermo Kane en la charla, “no se trata de volver atrás, sino de que ese desarrollo sea controlado por lxs trabajadorxs en pos de defender nuestras condiciones de vida”.


Durante mucho tiempo la defensa del medio ambiente y temas relacionados fue asociada al “jipismo” y a una serie de reivindicaciones pequeñoburguesas, por estar encarada con un programa individualista y utópico. Hoy en día, la situación es grave y tanto la ciencia como las organizaciones especializadas prenden el semáforo en rojo, marcando que es tiempo de actuar. Es por eso que desde Exactas llamamos a los activistas y trabajadores a involucrarse en la elaboración de un programa político para hacerle frente a estas problemáticas impostergables.


En función de esta perspectiva, impulsamos y desarrollamos nuestra organización Tribuna Ambiental. Se hace necesario un gran plenario que sirva para acercar a la campaña del Partido Obrero – FIT Unidad a lxs activistas más involucradxs en estas cuestiones, para que, finalmente, luchen por el socialismo a la par nuestra.


La charla completa se puede ver en