Ambiente

17/7/2020

“En Rosario no se puede respirar”: el humo de Perotti y Cabandié

Salgamos a luchar y digamos Basta de quemas.

Desde marzo se produjeron 2 mil focos de incendio en las islas del Delta Paraná que lindan entre las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, resultado de quemas intencionales de un ambiente natural como es este humedal, dejando a Rosario y numerosas ciudades del cordón del Paraná santafecino debajo de un denso humo tóxico. Olor nauseabundo, dolor de cabeza y dificultades para respirar son las denuncias sanitarias de una población “harta”, como bien describió el intendente rosarino Pablo Javkin, quien sin embargo marca el paso en el lugar desde hace meses. Esto mientras se agrava una pandemia mundial que afecta las vías respiratorias.

Según Defensa Civil municipal ya se quemaron entre 50 mil y 60 mil hectáreas de pastizales, “dentro de la zona de islas, en lugares donde es más difícil llegar y que en mi opinión tuvieron una acción humana intencional para iniciarlo” (La Capital, 17/7). La actividad ganadera gana terreno en base a los incendios, ya que los explotadores sojeros, ganaderos y frigoríficos desplazan el ganado del continente a los terrenos isleños por el mayor rendimiento de los pastos de esa zona, para fabricar carne cuyo destino final es el mercado de exportación.

En medio de la crisis, Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, vino a Rosario a desplegar una acción estrictamente demagógica, concertada con el gobernador Omar Perotti, que se convirtió en “trending toppic” por lanzar una campaña en tuiter contra los incendios que solo echaron leña al fuego de la bronca popular. “Toda espera ha terminado. Mientras el tiempo transcurre, los santafecinos y santafecinas observamos (sic) cómo el fuego avanza por el Delta del Paraná. Es necesaria una acción concreta de la justicia”, sentenció Perotti, como estuviese por fuera de esta catástrofe ambiental el gobernador de la provincia más afectada por el humo. Por su parte, Cabandié salió a mostrarse enojado con declaraciones de que “en Rosario no se puede respirar”.

La estrategia de los gobiernos de Rosario, Santa Fe, Entre Ríos y nacional ha sido dejar hacer, mientras cargan las tintas en el poder judicial de Paraná para que penalicen a los propietarios de terrenos donde se producen las quemas. Pero las oficinas judiciales están semicerradas y pueden ir al cierre total debido al rebrote de Covid-19 en Paraná. Apuntan a una sanción penal contra ¡5 propietarios! radicados en Rosario y Ciudad de Buenos Aires – excluyendo a los ganaderos entrerriamos- a los que amablemente la justicia irá a visitar a sus domicilios para avanzar en el proceso de indagatoria.

Está claro que si se siguen los tiempos re contra lentos de la justicia, ralentizados por la cuarentena y por la presión enorme del poder sojero y ganaderil, no quedarán humedales para defender. Los grupos en defensa del ambiente hablan de un “ecocidio”, ya que en seis meses se quemó el equivalente en tamaño a tres ciudades de Rosario.

Mientras tanto el gobierno de Entre Ríos, encabezado por Gustavo Bordet, lanzó desde su Secretaría de Ambiente una campaña en torno al “Plan del Manejo del Fuego”, dando a conocer que en esa provincia “están prohibidas las quemas no autorizadas” y por ello piden a la población que llamen a la policía o a bomberos “al divisar fuego o columnas de humo”. El ministro Cabandié parece desconocer esto y recomendó en los medios con mucha prudencia: “Yo sé que este es un país federal y por ello considero oportuno decir que las provincias tendrían que prohibir las quemas como se hizo hace años en Santa Fe” (ídem). Parece que el requisito para ser ministros de ambiente de Argentina es no tener sentido del ridículo.

La salida es luchar en defensa del ambiente

Por estas horas recorre los grupos del activismo militante de Rosario una convocatoria sin firma para cortar el Puente Rosario-Victoria el miércoles 22 por la tarde. Los cañones apuntan contra Entre Ríos, que tiene formalmente la propiedad de los terrenos de las islas, mayormente en manos fiscales según la información periodística. La información catastral precisa está bajo siete llaves.

Esta convocatoria de lucha puede ser un puntapié pata dar una lucha de conjunto, porque es evidente que existe una complicidad de todos los gobiernos con el saqueo ambiental, en un país arrasado por el desmonte y dominado por un modelo de explotación agropecuario contaminante y explotador, dominado por pulpos agroexportadores de la semilla al puerto privado. La lucha contra la quema de las islas es la punta de un ovillo de una pelea por reconvertir todo el modelo agroexportador sobre nuevas bases, en beneficio de las mayorías trabajadoras.

La fiscalización obrera y de las organizaciones militantes ocupadas en la defensa ambiental es la única medida efectiva que garantiza la preservación de los recursos naturales. Es preciso poner en pie comisiones obreras de seguridad e higiene en el complejo agroexportador, con poder de veto para parar la producción cuando la misma represente un riesgo para la vida y la salud de las personas y de su extensión natural que es el ambiente.

Desde el Partido Obrero apoyamos todas las medidas de lucha que denuncien a los gobiernos y nos pronunciamos por la creación de un Parque Nacional en las islas del Delta del Paraná, que funcione como una reserva ecológica con fines de cuidado del ambiente y de ocio para la población sin restricciones, en oposición al usufructo privatizado que rige hoy en día y que ha loteado ese espacio en beneficio de ganaderos y matarifes, clubes náuticos y casa de fin de semana de la burguesía.