Hace más de tres semanas que uno de los pulmones verdes más importantes de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires se encuentra cerrado.

Los vecinos suponemos que el gobierno de Jorge Macri tomó esta drástica e innecesaria medida después de la caída de un árbol en la fuerte tormenta que azotó la ciudad. El hecho demuestra la desidia del gobierno de CABA en el control y mantenimiento del patrimonio arbóreo y del espacio público.

Decimos “suponemos” porque, como es costumbre, ni la junta comunal ni el gobierno comunicaron por ningún medio los fundamentos de este cierre. Corren versiones de que se procederá a talar una importante cantidad de árboles; lo cierto es que hemos visto que ya se está procediendo a extraer algunos ejemplares sin el aviso previo de rigor.

Poda (a cargo de empresas tercerizadas) que da como resultado grandes pedazos de troncos, ramas y tierra vendida por la gestión municipal como materia prima para fabricación de muebles y compost a importantes cadenas comerciales.

Entendemos que si hay riesgo para las personas, se requiere la poda o incluso la tala. Pero de ninguna manera llevar a cabo alguno de estos procedimientos sin un diagnóstico certero, y de manera masiva. Además ¿Es necesario cerrar la totalidad del predio?

El Parque Patricios, integrante de la Comuna 4, con una extensión superior a los 90 mil metros cuadrados, es el espacio verde público más grande de la zona sur, que vecinos, trabajadores y estudiantes del barrio y zonas aledañas visitan de forma cotidiana para realizar actividades físicas y participar en eventos culturales gratuitos. Su cierre impide utilizar el predio como lugar de esparcimiento. Sin olvidar que hace años el parque fue enrejado, lo cual impide disfrutarlo por la noche.

Otro de los sectores afectados son los centenares de manteros que los sábados y domingos venden productos en los pasillos del parque, como forma de subsistir. En estos últimos fines de semana, varios de ellos fueron apretados por la Policía de la Ciudad para que no tiren los paños en la vereda, amenazándolos con quitarles las mercaderías. Exigimos al Ejecutivo municipal el fin de los amenazas por parte de la fuerza represiva y el libre desarrollo de las actividades de venta de los manteros.

Detrás del cierre del Parque Patricios, su enrejado, los aprietes a los manteros y la tala indiscriminada se esconde una fuerte política privatista de los espacios públicos, entregados en bandeja a los grandes pulpos especuladores. Como ha hecho pocos años atrás la anterior gestión Pro, de Horacio Rodríguez Larreta, que –haciendo oídos sordos al rechazo de los vecinos– instaló un bar, próximo al ingreso de avenida Caseros y Urquiza, que funcionó poco y mal apenas unos meses y que hoy es una edificación abandonada en una de las entradas del parque. O el “regalo” de una parte importante de la Plaza Uriburu, a pocas cuadras de Parque Patricios, donde la multinacional Techint, de Paolo Rocca, se ha instalado desde hace más de una década, justificando ser un “obrador” de la ampliación del subte H, construcciones abandonadas desde hace más de cuatro años.

Reclamamos a la Junta Comunal 4 y al gobierno de la ciudad de Buenos Aires la inmediata apertura del Parque Patricios, así como la inspección, el control y mantenimiento de los árboles y el espacio público. No hay trabajo de acondicionamiento arbóreo que requiera el cierre de todo un parque.

Que no nos quiten la libertad de esparcimiento.

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