Ambiente

24/11/2022

Gravísimos incendios forestales en Lujan

El municipio declara la emergencia hídrica pero no destina los recursos para enfrentarla.

Incendio forestal.

Luján probablemente esté padeciendo los peores incendios forestales de su historia. Si bien todavía hay que determinar si fueron o no intencionales, los mismos se derivan de la intensa sequía y altas temperaturas que padece gran parte de la República Argentina y en especial la provincia de Buenos Aires, cuyo origen se debe al fenómeno cíclico de “La Niña” (menor humedad y precipitaciones en la región), alterado por el cambio climático que lo hace más frecuente.

Un frente de más de 5 km, cuyo foco igneo se inició en un sector de plantaciones y bosques de la estancia Santa Elena (localidad de Pueblo Nuevo), rápidamente se expandió hacia los campos e inmediaciones urbanas de las localidades de Jauregui, Cortinez, Olivera y la Ruta Nacional 5. Por momentos, el fuego casi se sale de control. De hecho, las llamas afectaron parte del tendido eléctrico y dejo sin luz por varias horas a algunas zonas. Afortunadamente y gracias a la pericia de los brigadistas, el incendio fue mitigado, aunque todavía no fue totalmente erradicado.

Las responsabilidades del Estado municipal

La crisis hídrica está haciendo estragos en nuestro distrito. Numerosos barrios elevan las quejas de la falta o poca presión de agua (Villa del Parque, etc.) muchos vecinos deben encarar obras propias para profundizar sus pozos debido a que la napas están prácticamente secas (El Quinto). Las bombas o estaciones de bombeo prometidas por la actual administración del intendente Leonardo Boto (Frente de Todos) han quedado en la nada o, las pocas que se colocaron, se rompieron y no fueron reparadas. En la localidad de Open Door no hay agua corriente y los lugareños deben comprar motores (carísimos) para abastecerse. Todas estas cuestiones desde hace años se denuncian y reclaman, con movilizaciones incluidas, sin embargo el municipio hace caso omiso.

Ya incluso con el antecedente del verano pasado, donde hubo algunos incendios, los riesgos se elevan a la enésima potencia. Desde hace meses se viene adviertiendo la necesidad que se tomen medidas de contingencia por los pronósticos de olas de calor y escasas lluvias que tendremos al menos hasta marzo del 2023. El intendente Boto, al contrario, solo privilegió a la Sociedad Rural con exenciones impositivas, poniendo un signo igual entre los pequeños productores y las grandes explotaciones agropecuarias, estos últimos con muchas más espaldas para aguantar la ruina de las cosechas porque han tenido ganancias siderales estos años.

Por otro lado, tolera al capital inmobiliario que han hecho crecer como hongos los complejos edilicios de lujo en el centro de Luján y que insumen enormes cantidades de agua. Ni hablar de los countries que con absoluta impunidad gastan agua para llenar y climatizar sus piletas o la irrigación de sus jardines. Cómo contracara, les exige a la mayoría de la población trabajadora a qué racionen el uso del agua, ¡Cuando en la mayoría de las veces les sale apenas gotas de sus canillas!

Tampoco se instrumentan medidas de control en lugares críticos como el basural u otros predios sensibles que están a merced de futuros incendios, ya que los pronósticos para las próximas semanas no son alentadores.

Organicemos los reclamos

Es fundamental, en la emergencia, organizar las reivindicaciones para los vecinos que eventualmente estén afectados por estos incendios. Pero por sobre todo exigir el presupuesto necesario para encarar la crisis hídrica, condicionado por el ajuste del gobierno nacional a cuenta del FMI. Por asistencia de bidones, cisternas y bombas en los barrios, mientras se desarrollen las obras de fondo y dotando de los recursos materiales necesarios para las dotaciones de Bomberos.