Ambiente

20/5/2010|1129

Gualeguaychú mantiene el corte

Lo dijimos en Prensa Obrera: “Que la última marcha de Gualeguaychú haya sido la más grande después del ‘inapelable’ fallo de la Corte de La Haya es un significativo dato político y también un mandato”.

Un mes después, y con más de mil concurrentes, la Asamblea de Gualeguaychú hizo honor a ese mandato y tomó una decisión que tiene una enorme trascendencia política: ratificó el bloqueo del puente San Martín por tiempo indeterminado.

“Insomnio argentino”

Del lado argentino, hace mucho tiempo que las decisiones de la asamblea de Gualeguaychú se han transformado en un dolor de cabeza para los gobernantes. Después de la gran marcha, se trazó un operativo de vaciamiento de la asamblea, alentado desde la intendencia de Gualeguaychú y desde la misma gobernación, en favor del levantamiento del corte.

En el mes que pasó desde la gran movilización del puente, los luchadores de Gualeguaychú asistieron a esas maniobras contra ellos, así como al acuerdo entre Mujica y Kirchner por la presidencia de la Unasur, en el marco de un compromiso de los “K” para “trabajar” por el levantamiento de la lucha entrerriana. Un levantamiento del corte hubiera constituido un triunfo de los depredadores con la complicidad de ambos gobiernos.

La asamblea se hizo cuando las cartas estaban echadas respecto del ánimo popular. Los dos grupos pro-levantamiento sabían que perdían y decidieron, sin éxito, vaciarla para quedar como una supuesta mayoría “silenciosa” anti-corte.

La decisión de la asamblea coloca a los dos Kirchner ante una crisis política. A Cristina, por la decisión de dejar correr el corte ante los pedidos de que “actúe” por la fuerza, con la expectativa de que el fallo de La Haya bastaría para imponer una desmoralización de los asambleístas. A Kirchner, le reabre la crisis con el gobierno uruguayo, el que, a su turno, guarda una carta marcada en relación con la Unasur: su parlamento aún no refrendó la integración a ese bloque regional.

“Insomnio uruguayo”

El presidente Mujica tiene ahora un motivo importante para su ya famoso “insomnio político”.

La decisión de Gualeguaychú de mantener el corte le ha producido la primera crisis política seria desde su asunción. El ex presidente Sanguinetti salió a atacar a Mujica por su política frente a la Argentina. Bordaberry (la derecha del partido colorado) le reprocha a Mujica el “error” del voto por Kirchner en la Unasur. El senador blanco Larrañaga no se quedó atrás, dijo que “como uruguayo y nacionalista” no le va a gustar “ver como secretario de la Unasur a quien contribuyó a cortar los puentes” (ídem). Mujica, de todos modos, se defenderá de estos ataques en función de otros acuerdos con los K relacionados con las pasteras; por ejemplo, la colaboración del gobierno argentino en el dragado de los canales de Martín García para el transporte de la pasta celulósica.

Es necesario defender las decisiones de la asamblea, apoyar la caravana programada y ampliar en las dos orillas la lucha ambiental. No han cesado las intenciones de seguir con las pasteras en Uruguay, ni tampoco los intentos de los capitalistas argentinos de abrirle el mercado a Botnia. La decisión de la asamblea hace llegar a Buenos Aires y a todo el país el aire fresco de una lucha contra la depredación laboral y ambiental en ambas márgenes del Plata y del Uruguay.