Ambiente

6/8/2020

Incendios intencionales en la Reserva Natural de Ciudad Evita

En la última semana, en al menos cuatro días se registraron distintos focos de incendio en la Reserva Natural de Ciudad Evita y sus inmediaciones. Vecinos del lugar denunciaron estos hechos, que ponen en riesgo la preservación del espacio. Ya en los primeros días de julio, cuando el gobierno simulaba un vuelta a la fase 1 del aislamiento social, se había producido otro importante incendio dentro del predio, ocasión en la que se encontraron restos textiles asociados a la causa del mismo. Un día antes de ello se había registrado otro incendio en la Reserva Natural de Laferrere que, según los vecinos que viven y conocen el lugar, habría sido producido intencionalmente.

Estamos en presencia de una secuencia de incendios intencionales sobre diferentes espacios verdes que tenemos en La Matanza, generados como escenario previo a una sucesiva ocupación “productiva”. Estos sitios mantienen una enorme biodiversidad y constituyen una contribución fundamental en el desarrollo integral de la vida que queremos llevar los trabajadores del distrito.

El espacio de la reserva de Ciudad Evita viene siendo defendido por vecinos de la zona desde hace por lo menos diez años. Hablamos de un área de 400 hectáreas de pastizales, bosques y humedales ubicada dentro de la Cuenca Matanza-Riachuelo, entre el Río Matanza y la Ruta Provincial 21. Sólo una parte de esta extensión logró ser formalmente declarada como Reserva Natural y área protegida en 2015, por el Concejo Deliberante de La Matanza. Sin embargo, ello no ha impedido que las propias autoridades del distrito hayan actuado a contrapelo de la preservación de la reserva.

La Reserva Natural de Ciudad Evita contiene en su espacio una diversidad de elementos que contribuyen a una mejor calidad de vida de los trabajadores. El agua que absorben los pastizales y humedales de aquí, es agua que no va para otras localidades cercanas como por ejemplo Laferrere, mitigando con su efecto “esponja” las terribles inundaciones que padecemos con frecuencia en el distrito. Tenemos una falta de obras hídricas junto a un deterioro de los espacios que contienen el agua de las lluvias y los desbordes del Río Matanza-Riachuelo así como de sus afluentes. Los pastizales y bosques de la Reserva también le dan vida a una importante fauna en el lugar, así como aportan una oxigenación del aire en los conglomerados tan densamente poblados como ocurre en La Matanza.

Los vecinos que se organizan en la defensa de la reserva llevan adelante acciones de limpieza, plantación, riego y otras actividades de apropiación del lugar. Además han planteado ante las autoridades municipales diferentes proyectos de preservación, recreación y educación para poner en marcha en el espacio.

A la par, en los últimos años se ha agudizado el déficit de vivienda para las familias obreras. Según cifras del Indec, de un conjunto de casi 500.000 hogares que hay La Matanza, cerca de 100.000 presentan carencias. En el mismo sentido, según el informe del observatorio social de la Unlam, en el distrito hay un total de 122 asentamientos y villas en las que miles de personas viven en condiciones precarias. Para explotar estas necesidades, los especuladores inmobiliarios buscan ocupar parte del espacio de la reserva; los vecinos denuncian que se ofrecen lotes a la venta por redes sociales.

Desde el Partido Obrero en el FIT-U de La Matanza entendemos que la defensa de estos espacios verdes es una tarea fundamental para el desarrollo saludable y recreativo del conjunto de los trabajadores, más aun teniendo en cuenta que vivimos en un distrito donde la organización social impuesta por el PJ y las patronales atenta sistemáticamente contra la salud integral de la población que padece severos problemas de alimentación, vivienda, educación, entre otros. Así, también entendemos que la movilización social por estas reivindicaciones y la lucha que damos los trabajadores, requiere como condición indispensable desarrollarla con total independencia de los partidos patronales.

Nos oponemos a los desalojos violentos de cientos de familias trabajadoras. Asimismo, defendemos el espacio de la reserva como elemento fundamental para el desarrollo de una vida saludable de los trabajadores. La idea de contraponer la necesidad de la vivienda versus la necesidad de la reserva es una trampa. Al contrario, una necesidad confluye con la otra, y como consecuencia debería proyectarse una planificación integral del espacio con viviendas bajo control de los trabajadores y sus organizaciones.

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