El jueves 8 de octubre la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó, con 35 votos afirmativos y 22 votos negativos, la rezonificación de las tierras de Costa Salguero y Punta Carrasco. Allí, está planificada la construcción de megatorres como parte del proyecto “Distrito Joven”, votado en diciembre de 2017 con los votos del macrismo y el peronismo.

Los dos tercios requeridos para la aprobación del proyecto, en su momento, fueron logrados gracias al pacto político que hizo Larreta con los mismos que hoy viraron y denuncian el negociado inmobiliario en estas tierras, argumentando una “traición” del gobierno porteño. Esto se debería a que los emprendimientos gastronómicos, beneficiarios del proyecto en 2017, se han cambiado por la construcción de torres. En cualquier caso, la privatización de la Costanera Norte de la Ciudad y del Río de la Plata representa una entrega al capital privado de tierras públicas, que podrían ser usadas para otros fines como la creación de zonas de esparcimiento. La responsabilidad política de haber abierto esta puerta es tanto del oficialismo como de la oposición patronal.

En su intervención, el legislador Gabriel Solano, del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, denunció que “esta política de especulación inmobiliaria viene a agravar todos los problemas que tiene la ciudad. Profundiza la crisis habitacional que ya afecta a 400.000 personas, el 10% de la población, que viven en villas miseria. Mientras que la población está estancada desde 1950, los asentamientos urbanos han crecido exponencialmente. Esto se debe a una valorización especulativa de la tierra urbana, que hace imposible el acceso a la población trabajadora porque los terrenos están dolarizados y los salarios están en pesos. Estas torres que se piensan construir tendrían un precio de 9.000 dólares el metro cuadrado. Son cifras a las que ningún trabajador de la ciudad puede acceder”.

A su vez, enfatizó que “las consecuencias van a ser muy negativas. Perder el acceso al Río de la Plata en momentos donde la crisis ambiental, producto del calentamiento climático, es brutal. Aumenta el peligro de inundaciones. Esto pone de manera impostergable el desafío de defender los espacios verdes en la Ciudad de Buenos Aires. Si hubiese tierra disponible donde se pueda construir, tendría que estar destinada a vivienda social. La ciudad necesita imperiosamente terminar con las villas miseria. Tanto se había dicho sobre su urbanización, pero cuando llegó la pandemia quedó demostrado que era todo mentira. La gente no tiene acceso ni siquiera a agua potable. En lugar de usar la tierra para vivienda y espacios verdes, se entrega la tierra a un grupo especulador”.

Hace años que la Legislatura viene votando la entrega de tierras públicas. Van más de 200 hectáreas que fueron otorgadas a emprendimientos del capital inmobiliario en los últimos 10 años. Llamamos a luchar en defensa de la Costanera Norte, para frenar la ejecución de este negociado. Por el libre acceso a los espacios verdes de la Ciudad.