Ambiente

2/8/2019

La Rioja: Nonogasta, un paso adelante contra la contaminación

En el marco de las pasantías interdisciplinarias de la UJS

El 31 de julio, por primera vez en treinta años y como respuesta ante la presión del corte de ruta frente a Curtume CBR, se realizó una reunión entre la empresa que explota la curtiembre, los compañeros de la asamblea El Retamo y estudiantes que participan de las pasantías interdisciplinarias de la UJS.


En el corte de ruta que realizamos frente a la empresa exigimos el cese de la contaminación, la remediación del pasivo ambiental, el fin de la persecución y despidos a trabajadores, y la creación de una comisión de salud e higiene conformada por vecinos, trabajadores y organizaciones populares. En la reunión posterior, logramos un compromiso para conocer el plan de remediación de la empresa –hasta ahora oculto-, la posibilidad de tomar muestra de efluente con un laboratorio para constatar el grado de contaminación, y una próxima reunión para continuar discutiendo una salida a  la crisis sanitaria atendiendo a los reclamos del conjunto de la población afectada.


Es un paso importante, que muestra cómo el camino para avanzar es la organización y la lucha, más aun teniendo en cuenta la vía muerta que resultó ser la justicia encubridora bajo la tutela gobierno de Silvia Gaitán y Sergio Casas, del PJ kirchnerista. Con esa conclusión, impulsamos la organización de la juventud estudiantil, de los trabajadores y vecinos de Nonogasta y Chilecito, para que se sumen a esta pelea.



La historia de la curtiembre


Nonogasta tiene una larga historia de lucha contra la curtiembre que data de hace 30 años, cuando inauguraron la planta los Yoma -familia del ex presidente Carlos Menem. En los noventa, luego de facturar millones, a raíz de causas de corrupción y contaminación deciden declararla en quiebra. La empresa es comprada por capitales brasileros, que la rebautizaron, aunque es un secreto a voces que los Yoma son testaferros y accionistas. En este proceso de cambio de manos, se redujo casi la mitad de los puestos de trabajo y se le quitó la responsabilidad a la empresa de construir la planta de tratamiento de los deshechos. Esta responsabilidad pasó a manos del Estado, pero los fondos que debían ser destinados a ellos fueron malversados.


El proceso de tratamiento de cueros utiliza una enorme cantidad de agua (8 mil millones de litros diarios), y el mayor problema es el alto nivel de contaminantes que se genera si no se realizan los procedimientos necesarios, tanto en los residuos líquidos como los gaseosos generados por la combustión. Hasta el 2018, fue demostrado que la curtiembre liberó efluentes con cromo y materia orgánica por fuera de cualquier legislación ambiental. La cantidad de cromo en sedimento de piletones era de cincuenta veces el límite permitido para desechos industriales (800 mg de Cr/Kg de suelo vs 40.000 mg de Cr/kg suelo), y el efluente contenía 41,45 mg/litro, tirados directamente a la tierra sin tratamiento alguno.


El producto de esta desidia es un impacto monstruoso en las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores de Nonogasta, donde se registra una tasa de cáncer que triplica la del resto del país, abortos espontáneos, niños que nacen con malformaciones (como la falta de extremidades, ano contranatura, o incluso bebés que nacen sin cara, condenados lamentablemente a días de vida).


Los datos ambientales fueron elaborados y difundidos por la UJS a través de los muestreos e investigaciones realizados por estudiantes y docentes en las pasantías Interdisciplinarias. Es un contraste muy marcado con el accionar estatal, el cual garantiza que la curtiembre pueda operar con total impunidad.


La complicidad estatal


El Estado no realiza sondeos de salud, y además hostiga sistemáticamente a los activistas y persigue al personal clínico que denuncia esta situación hasta renuncian o piden el traslado. Todas las víctimas de este atropello son derivadas a hospitales en otras provincias por el vaciamiento del sistema de salud, lo que redunda en un ocultamiento de esta brutal realidad. Son los vecinos, los médicos independientes y los estudiantes quienes han realizado estudios epidemiológicos que reflejan el severo impacto en la salud.


Con el objetivo de dividir al pueblo trabajador, el gobierno y la empresa alegan que la intención de quienes luchamos contra esta depredación es cerrar la curtiembre, que hoy emplea a 950 trabajadores y es una de las principales fuentes de trabajo de la zona. Nada más falso. La burocracia sindical del curtido -un gremio que forma parte de la Corriente Federal K- también alienta esa mentira, mientras mantiene su tregua con el gobierno de Macri y sigue avalando las desastrosas condiciones laborales de la curtiembre, ¡que solo este año se llevaron la vida de once trabajadores! Nuestro recamo más elemental es el tratamiento de los residuos, que sin ir más lejos fue prometido por todos los gobiernos de los últimos 20 años. No es casual que ningún partido patronal plantee ahora una salida al problema.


Considerando el panorama de conjunto, valorizamos lo conseguido con el método de la movilización y la asamblea entre los compañeros de El Retamo y los estudiantes que participan de esta lucha. Yendo auto por auto, subiendo a los colectivos, leyendo la medida cautelar al conjunto de los trabajadores de la planta, realizamos toda una campaña para acercar a los estudiantes, los trabajadores y los vecinos de la localidad.


Más allá de la desconfianza en Curtume CBR, tenemos confianza en la organización independiente del pueblo de Nonogasta y Chilecito. ¡Sigamos ese camino hasta la victoria de esta lucha!