Ambiente

12/2/2022

Córdoba

Los riesgos de la planta de tratamiento y trasferencia de residuos sólidos urbanos en Río Ceballos

Se impulsa la obra de espaldas a los vecinos. 

Imagen ilustrativa, extraída de El Milenio.

El proyecto de planta de trasferencia de residuos sólidos urbanos de la localidad cordobesa de Río Ceballos también será una planta de tratamiento. A las instalaciones llegaría la basura (RSU) del sector norte de las Sierras Chicas, y de 9 municipios, y se realizará el proceso de separación y selección.

Se calcula un ingreso de 60 toneladas diarias de basura, algo que en el futuro podría alcanzar la cifra de 180 toneladas por día. El impacto ambiental de este tipo de plantas es totalmente negativo: como ya denunciamos en Prensa Obrera, el gobierno municipal de Río Ceballos sigue adelante con el proyecto de planta de tratamiento y trasferencia (para ponerle el nombre apropiado) sin contemplar las consecuencias que puede tener para la salud y el ambiente de la ciudad.

¿Por qué decimos esto? Porque hasta el momento de escribir esta nota no se conoce un estudio que analice el impacto ambiental que tendría dicha planta. Pero sin dudas el tratamiento de los residuos en estas plantas producirá emanaciones de fluidos tóxicos lixiviados (líquido que se filtra de los residuos) que contiene materiales disueltos y suspendidos de gran carga contaminante. A esto se suma la proliferación de plagas y el consiguiente riesgo a la salud de la población.

Otro aspecto a tener en cuenta son los volúmenes de basura. En promedio la densidad de los residuos sólidos urbanos es de 100 kilos por metro cúbico cuando salen a la calle. El camión compactador aumenta la densidad hasta llevarla a 300 kilos. Con estos datos podemos concluir que por día se acopiaría una cantidad de basura equivalente a 400 metros cuadrados por una altura de cinco metros. Si el mismo residuo se pasa por la planta y se los clasifica y separa vuelve a 100 kilos el metro cúbico; esto significa que se aumenta tres veces el volumen del residuo a transportar desde la planta, lo que provocará el constante tránsito de camiones con su consecuente contaminación sonora y del aire.

Este proyecto forma parte del programa Gestión Integral de Residuos y Sólidos Urbanos (Girsu) llevado adelante por el gobierno nacional y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que dirige Juan Cabandié. Así, el gobierno de Alberto Fernández tomará deuda pública por millones de dólares para financiar estos proyectos; para los usureros internacionales y las empresas que tome la construcción de la planta será un gran negocio, teniendo en cuenta los sobreprecios que pagan los gobiernos por la obra pública.

Otros beneficiados serán las empresas que reciban insumos o materias primas a valor de remate o de manera gratuita luego del procesamiento de la basura. Aquí se anota la cementera Holcim, denunciada en Córdoba, España y México por liberar dioxinas cancerígenas al aire. La reutilización de los residuos sólidos para la generación de energía, presentada como una actividad positiva, puede terminar en contaminación en otra zona.

Entendemos que el problema de los residuos sólidos urbanos es algo que se debe tratar de manera pública. Pero no es lo que esta ocurriendo en nuestra ciudad, los vecinos tuvimos que esperar meses para obtener información

La matriz productiva del capitalismo es generadora constante de residuos sólidos urbanos a través de los envoltorios, empaques y envases plásticos descartables que usan para comercializar la mayoría de sus productos como una forma de abaratar sus costos.

Los envases y empaquetados descartables provocaron la eliminación de miles de puestos de trabajo de líneas completas de producción de recupero y lavado de envases, así como la pérdida de puestos de trabajo en la comercialización a granel y por peso, aumentando enormemente las ganancias de los productores.

Los consumidores no tenemos alternativas: si se quiere comprar alimentos, bebidas, productos de higiene, somos forzados a adquirir también el envase. El resultado es que a posteriori somos los propios consumidores los que nos hacemos cargo de costear el traslado, tratamiento y destino final de la basura con nuestros impuestos, mientras los que generaron la misma se desentienden ni bien traspasa la puerta de su fábrica.
El criterio que se aplica para los residuos peligrosos, es decir la responsabilidad del productor en su destino final asumiendo los costos de los mismos, se debe aplicar también para los residuos sólidos urbanos que terminan siendo por su volumen tan peligrosos y dañinos a la salud y al ambiente como los anteriores.

En el caso que nos ocupa, la planta de tratamiento y trasferencia de Río Ceballos, exigimos de mínima que se cumpla con lo que establece la ley provincial de ambiente y las leyes nacionales y tratados internacionales a los que Argentina adhiere: las evaluaciones de impacto ambiental, la licencia social y la participación de los vecinos garantizando mecanismos en los procesos de toma de decisiones, revisiones, reexaminaciones o actualizaciones relativos al proyectos.

Por lo expuesto rechazamos cualquier proyecto que no tenga a los vecinos y trabajadores como órgano de control del funcionamiento de la planta. Un municipio que lleva una década sin poder dar una solución al problema de las moscas, que es incapaz de garantizar el estado de las calles o el alumbrado público, no tiene ninguna condición para garantizar el correcto funcionamiento, las condiciones de trabajo y el cuidado del ambiente y la salud de la población.

No permitamos que se ponga la salud y el ambiente de nuestra ciudad en riesgo. Basta de zonas de sacrificio para garantizar negociados.