Cuando la mayoría de los ediles (entre ambos bloques del Frente de Todos y Juntos por el Cambio) del Concejo Deliberante de Luján se aprestaba a votar favorablemente para habilitar a la central termoeléctrica, los vecinos coparon el centro del salón legislativo y obligaron al presidente del cuerpo a suspender la sesión del 21 de junio. Una jornada en defensa de la salud y el ambiente que sin lugar a dudas quedará en la historia del pueblo bonaerense de Luján.

Los sucesos comenzaron a media tarde, una masiva movilización de unos 500 vecinos de la Asamblea de Jauregui (que luchó durante años contra la curtiembre Curtarsa), organizaciones políticas, sindicales, sociales y de la Universidad de Luján y, desde luego, el Polo Obrero, Partido Obrero y Tribuna Ambiental, se convocó en la Plaza Colón y una parte importante subió luego al primer piso donde funciona el Concejo Deliberante.

La sesión

En el inicio de la sesión, se adelantó el temario del punto de la termoeléctrica para tratarlo en primer lugar. Posteriormente, intervinieron una decena de vecinos afectados donde relataron crudamente las diferentes experiencias de lucha contra la contaminación y las profundas irregularidades y responsabilidades políticas que tuvo el proceso para intentar aprobar la central termoeléctrica. También, los fuertes negociados que están en juego entre la gestión municipal de Leonardo Boto (Frente de Todos) y los directivos de la empresa Araucaria Energy.

Finalmente, al momento de ver que hablaban los concejales para fundamentar su voto, los vecinos enardecidos exigieron que se pase a un cuarto intermedio por un tiempo prudencial hasta tener una reunión con el intendente antes que se trate y vote la ordenanza en cuestión. Para peor, los ánimos se caldearon cuando intentaron pasar directamente a la votación para no tener que decirle en la cara a los vecinos movilizados su postura y que incluso muchos votos eran por la abstención, lo que favorecía la aprobación de la termoeléctrica. En cuestión de segundos, muchos de los presentes, con cánticos y sentadas, se abalanzaron al medio de la sala y Agustín Musso (presidente del Concejo) intentó en vano “poner orden”. La masividad y presión popular lo obligó a levantar de inmediato la sesión, aunque con la expectativa de volver a sesionar en la misma fecha.

Los vecinos, de todos modos, permanecieron en guardia en el edificio del Concejo, a sabiendas que los concejales (atrincherados en sus despachos con custodia policial) intentarían sesionar una vez que la gente se fuera yendo de a poco o surgía el rumor que se conectarían virtualmente. En asamblea, decidieron quedarse hasta las 0 horas de ser necesario, ya que pasando esa hora no podrían sesionar de madrugada al caerse la fecha legal de sesión. Al rato, los concejales se volvieron a reunir para terminar de votar que llamaban a un cuarto intermedio hasta el jueves 23 de junio a las 17 horas.

La termoeléctrica no debe pasar

Los vecinos obtuvieron un triunfo momentáneo y están con la moral muy alta luego de semejante patriada contra el régimen político de los contaminadores. Redoblar los esfuerzos será la gran tarea para continuar con esta enorme lucha y movilización en defensa del ambiente y la salud de la población.

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