Ambiente

22/2/2007|981

Marcos Paz: Por la clausura del incinerador tóxico


El 9 de enero tuvo lugar un encuentro con el jefe de la contaminación del distrito, Marcos Martini, dueño del incinerador tóxico. A esa reunión, realizada en el santuario, bajo la “mediación" del padre Fabián, no faltó nadie.


 


La reunión se realizó en medio de las vacaciones. El intendente y los concejales han actuado como verdaderos conspiradores.


 


¿Por qué tanto sigilo? El 8 de enero vencía la habilitación trucha. En lugar de cerrar el incinerador (lo que está dentro de las atribuciones que posee el Concejo Deliberante y es un clamor popular), se ha urdido una suerte de pacto que permite que el contaminador siga operando bajo la forma de un "programa escalonado" para su relocalización.


 


El 'escalonamiento' no tiene plazos ni compromete a la empresa. Martini se limitó a escuchar. Pretenden embaucar al pueblo de Marcos Paz con una exhibición de que se está avanzando.


 


Salzman y Sbruzzi, concejales del oficialismo, y la oposición se han llamado a silencio. Han hecho causa común con el envenenador N° 1 de Marcos Paz. Los separa la caja, pero los unen los Martini.


 


El medio ambiente, la vida y la salud del pueblo los tiene sin cuidado. Privilegian los intereses de los capitalistas. No nos debe extrañar que hayan aprobado el presupuesto, es decir, la ordenanza madre de las madres, por unanimidad.


 


El Partido Obrero de Marcos Paz ha iniciado una campaña pública. Hemos distribuido miles de volantes en la localidad. Liliana Diaz, dirigente del Partido Obrero del distrito, ha estado presente en las dos principales radios y en el principal canal de televisión para exponer nuestro punto de vista.


 


Denunciamos este pacto mafioso y llamamos al pueblo de Marcos Paz a seguir el camino de los vecinos de Gualeguaychú, La Matanza, Brandsen, Ensenada, para cerrar el incinerador tóxico. Una victoria en este plano será un paso fundamental para poner fin a la contaminación que asola a todo el distrito: los basureros a cielo abierto, los arroyos pestilentes (Nuestra Señora de la Paz), las empresas que tiran sus desechos sin procesar a los desagües y al arroyo.


 


Contra los envenenadores y sus cómplices llamamos a poner en pie una alternativa obrera y socialista.