La provincia de San Juan se vio sorprendida ante las declaraciones del gobernador riojano, Ricardo Quintela, reclamando la participación en los beneficios del proyecto minero Josemaría, a emplazar en la provincia de San Juan.

Quintela acusó a la provincia “de querer llevarse bajo el poncho los recursos de Josemaría, el futuro megaemprendimiento minero sanjuanino” y “renovó su planteo de que los riojanos también reciban una porción de beneficios de este yacimiento ubicado en Iglesia” (Tiempo de San Juan, 18/08/2021).

Uñac, gobernador de San Juan, replicó que “los sanjuaninos pueden tener la tranquilidad de que me han elegido para defender los intereses de San Juan” (Tiempo de San Juan, 18/08/21), aludiendo a las regalías mineras (3 % del mineral extraído a boca de pozo) y el desarrollo económico provincial.

El citado proyecto megaminero que extraerá cobre y oro se encuentra ubicado en la Reserva de Biósfera de San Guillermo y limita con la vecina provincia de La Rioja, en la que, a pocos Kilómetros, se encuentra la Reserva Provincial de Laguna Brava. La importancia de sus cuencas hídricas y la presencia de ambiente glaciar y periglaciar se ven amenazadas por la actividad minera metalífera.

El ambiente no conoce de límites políticos: la cuenca hidrográfica del Río Blanco de la provincia de San Juan se comunica con la de Laguna Brava en la Rioja, es decir que el deshielo de los glaciares y zona periglaciar que produzca el proyecto Josemaría, la disminución del agua para otros usos y la contaminación de los recursos hídricos superficiales y subterráneos impactarán en las dos reservas y por elevación en las poblaciones de las dos provincias.

Los gobernadores peronistas lo saben y quieren sacar beneficios propios antes de que se corra el velo del extractivismo, que se lleva los recursos naturales y las riquezas y deja los pasivos ambientales, la contaminación.

Como si esto fuera poco, la megaminería contaminante no va de la mano del desarrollo productivo y el empleo como tratan de hacernos creer. Como lo informa Margarita Moscheni, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en el año 2015 el rubro minas y canteras representó solo el 0,48 % del Producto Bruto Geográfico (PBG) local, es decir del total que produce la provincia de San Juan.

La estructura productiva con el comienzo de la megaminería no mejoró, San Juan tiene una fuerte vinculación al gasto estatal, de servicios y financiero, lo que a partir del emprendimiento megaminero Veladero se profundizó.

Además, el empleo vinculado a la rama de minas y canteras absorbió solamente el 3,8% del empleo local en el año 2016 (3.302 sanjuaninos), es decir, menos del 2 % de la población económicamente activa (PEA) local: “una cifra realmente pequeña para una actividad económica que se aparecía como la gran fuente generadora de empleo” concluye la investigadora.

De igual forma, no hay grandes obras públicas que mejoren la calidad de vida de los sanjuaninos y propendan al desarrollo económico. Los gobernadores del peronismo solo acuerdan con las multinacionales y el capital financiero el saqueo de las riquezas del país, destruyendo el medio ambiente, quitándonos y contaminando el agua, y apuntando a un falso desarrollo productivo.

Únicamente mediante la lucha en las organizaciones obreras y populares podremos defender el trabajo, para nosotros y las generaciones futuras. El desarrollo respetando el ambiente solo es posible en el sistema de producción socialista.

 

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