Ambiente

27/1/2022

Incendios

Misiones: los trabajadores se organizan para luchar contra el fuego

El verano misionero, al igual que el del conjunto del país se ha presentado muy caluroso y con una fuerte sequía. Desde mediados de diciembre se han iniciado, en algunos casos intencionalmente y en otros por el mismo calor, focos de incendio a lo largo de toda la provincia de Misiones.

Esto viene ocurriendo en los últimos años, producto del ajuste de los Estados nacional y provincial y el avance de la frontera agraria sobre el monte nativo al servicio de las grandes empresas agroindustriales. A la par de los incendios hay cientos de barrios obreros de todas las ciudades sin acceso al agua potable, en medio de un avance de los contagios de coronavirus. Si las consecuencias de un mes de incendios y faltante de agua no son mayores es gracias a la acción organizada de los trabajadores de la provincia.

No es la sequía, son los intereses empresariales

Si bien es cierto que las altas temperaturas y la falta de lluvias genera condiciones donde el fuego puede propagarse con mayor facilidad, la causa originaria de los incendios está en el avance del capital y la frontera agraria sobre el monte nativo. Los desmontes para plantar pino y eucaliptus, yerba o tabaco, y así garantizar materia prima barata a las grandes empresas agroindustriales secan arroyos y vertientes, erosionan el suelo y nos condenan a veranos cada vez más secos y calurosos. Las quemas para habilitar nuevas tierras productoras son el origen de los incendios que después golpean al conjunto de la población.

Estos incendios han consumido una parte importante del monte nativos de la provincia, pero también de las pequeñas chacras donde obreros rurales y pequeños colonos producen para sobrevivir en el sector agrario provincial. De esta manera, los incendios golpean directamente a los colonos o pequeña burguesía agraria y a los obreros rurales que viven del trabajo en el campo y en sus propias chacras. Es por ello que son estos mismos sectores los que, ante la inacción del Estado, se han organizado para combatir al fuego y evitar una mayor propagación del mismo.

El Estado, socio de la destrucción ambiental

El Estado misionero es socio de estos empresarios en su destrucción del monte misionero, ya sea haciendo la vista gorda cuando empresarios madereros ingresan en zonas protegidas y forestan el bosque nativo o promocionando el uso de semillas transgénicas o la economía agroforestal. Además es cómplice de los incendios, ya que el ajuste constante golpea directamente a quienes deben enfrentar los incendios, como guarda parques o los bomberos voluntarios.

Tanto el gobernador como el equipo de lucha contra el fuego aparecieron en las zonas de incendio 15 días después de que inició, cuando ya se había perdido miles de hectáreas de monte y chacras. Para colmo, el accionar de los bomberos voluntarios se vio limitado por cuestiones “jurisdiccionales”, lo que dificultó su intervención en las luchas contra los incendios.

La salida es con los trabajadores

Si el fuego no ha causado más destrozos es gracias al accionar de trabajadores y pequeños propietarios que ante la inacción del Estado se agruparon y organizaron para enfrentar los incendios. Miles de personas han donado dinero, alimentos y medicamentos para sostener a quienes en la primera línea hacen frente al fuego con mochilas de riego, tanques y mangueras. Asimismo, otros cientos ocupan la segunda línea, acercando agua potable, alimentos y medicinas, trasladando equipos anti-incendio, entre otras tareas.

El capital y sus personeros nos llevan a la barbarie para asegurar sus ganancias, pero esta lucha contra el fuego muestra también la enorme potencialidad que tenemos los trabajadores cuando nos organizamos. Debemos seguir por esta senda también para enfrentar el ajuste sobre la salud, la educación y la obra pública, pero sobre todo para pensar en gobernar nosotros según nuestros intereses y desarrollar un régimen social que ponga la vida ante que la ganancia de unos pocos.