Ambiente

8/11/2022

Paolo Rocca en el ranking de capitalistas más contaminantes del mundo

El líder del Grupo Techint se destaca entre los 125 millonarios responsables de las principales emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

Paolo Rocca.

Un informe elaborado por la organización internacional Oxfam coloca al millonario Paolo Rocca entre las 125 personas más ricas del mundo que más contaminan el medio ambiente. Los Rocca son responsables de la emisión de casi 9 millones de toneladas de C02eq (dióxido de carbono equivalente), tres veces el promedio de “los multimillonarios”, con eje en sus negocios e inversiones corporativas.

El total de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GAI) de las 125 personas más ricas del mundo ascienden a los 393 millones de toneladas de CO2eq, y representan un 50% más que el impacto total de la Argentina sobre el calentamiento global, según el informe.

La responsabilidad de Paolo Rocca es estimada en función de su participación accionaria en las empresas pertenecientes al Grupo Techint y su incidencia en el medio ambiente. Entre ellas se encuentran Tecpetrol, Tenaris y Ternium.

Las 9 millones de toneladas de CO2eq que produce Paolo Rocca no tienen ninguna comparación con las 2,76 toneladas anuales que emite el 90% más pobre de la humanidad.

Entre el 50 y el 70% de la huella de carbono de los multimillonarios responde al tipo de inversiones altamente contaminantes que realizan (combustibles fósiles y cemento entre las principales) y no tanto por el tipo de vida suntuoso que pueden darse.

Los grandes capitalistas, como el Grupo Techint, ostentan campañas de descarbonización de sus operaciones, con inversiones en parques eólicos y títulos de toda naturaleza, como el de “Campeones de Sustentabilidad” de la Asociación Mundial del Acero (Worldsteel) “obtenido” por el Grupo Techint. Sin embargo, se trata de una lavada de cara “sustentable” ante la continuidad de los negocios más lucrativos, con altos índices de contaminación.

Tecpetrol concentra gran parte de sus inversiones en la explotación de Vaca Muerta, con el empleo de métodos como el fracking en el yacimiento Fortín de Piedra, con sus consecuencias sobre el medio ambiente y la generación de sismos, y es parte fundamental del negocio de la exportación petrolera. A su vez, el Grupo Techint es beneficiario de la provisión de caños de acero sin costura para la construcción el gasoducto Néstor Kirchner.

Otro informe preexistente de Oxfam junto al Stockholm Environment Institute (SEI) revela que el 1% más rico del mundo (63 millones de personas) es responsable del 15% de la emisiones acumuladas de GAI, emitiendo 35 veces más que los niveles de CO2eq compatibles con las metas del Acuerdo de París 2030.

Los gobiernos capitalistas que impulsan discursos y agendas “verdes” están detrás de la promoción de estos negocios contaminantes e incumplen todos los compromisos internacionales en la materia. El gobierno nacional, por ejemplo, para garantizar las exportaciones y el ingreso de divisas para el pago al FMI, además de velar por los intereses de las grandes multinacionales. En otras regiones, como en Europa, amparándose en la crisis energética –guerra de Rusia y Ucrania mediante- para avalar el regreso a los métodos de generación de energía más contaminantes, como el uso de carbón.

El cumplimiento del pacto con el FMI opera en contra de la preservación del medioambiente, como ha quedado claro en el impulso del gobierno a la explotación petrolera en la plataforma marítima argentina, la promoción de la megaminería, el bloqueo a la Ley de Humedales y un largo etcétera: un loteo en favor de los capitalistas para pagarle al capital financiero.

La clase capitalista más acaudalada es a su vez la que más destruye el planeta. Disminuir el impacto ambiental implicaría profundas reformas productivas haciendo más costoso el proceso y disminuyendo las ganancias capitalistas en términos individuales, aunque en términos generales sería más eficiente abordar esta transición que cubrir los gastos que implican los efectos de la contaminación actual. El capital solo se guía por la búsqueda de ganancia, y no en función de las necesidades del conjunto de la población.