En los últimos días, el problema de la deforestación ha ocupado parte de la agenda de los medios, luego de que las organizaciones Somos Montes de Chaco y Greenpeace salieran a denunciar el avance de los desmontes en la región y particularmente en Formosa.

El director de Greenpeace alertó, en una reciente declaración radial, sobre la tala de 4 mil hectáreas en la provincia solo durante la cuarentena -en la cual, además, continuaron estas actividades pese a no ser consideradas entre las esenciales. Por su parte, Somos Monte advierte que se habría preparado una zona aún mayor -unas 7 mil hectáreas en total, pertenecientes a la estancia La Fidelidad- para ser desmontada.

La estancia La Fidelidad cuenta con unas 100 mil hectáreas y hace años que es reclamada para que sea convertida en una Reserva Nacional, tanto en Formosa como en Chaco, donde también ocupa una gran extensión, de cientos de miles de hectáreas. Esto serviría para la preservación de árboles y animales de la zona, varios de ellos en peligro de extinción. En el caso de Chaco, se logró conformar la Reserva por la insistencia y luchas de las organizaciones ambientalistas y sociales.

La región chaqueña es centro de la deforestación

Esta realidad no es nueva. Históricamente, Formosa, junto con Santiago del Estero, Chaco y Salta, han encabezado la lista de las provincias con la deforestación más alta. En los últimos treinta años (1990-2020), la deforestación en la región chaqueña abarcó a un total de 4 millones de hectáreas, lo que representa el 80% de la deforestación del país y el 4,3% de la que tuvo lugar a nivel global.

Según el Informe anual de deforestación de Greenpeace en el Norte Argentino, en el año 2019 Formosa registró un total de 23.521 hectáreas deforestadas. Datos que revelan la orientación y mirada del gobierno provincial ante el medio ambiente.

Formosa, el “imperio del verde”

La Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos existente tiene tantos matices, que en vez de proteger al ecosistema, lo destruye sobre el escritorio.

Entre 1998 y 2019, Formosa perdió 466.021 hectáreas de bosques nativos, de las cuales un porcentaje de ellas -acorde a la denuncia de ONG’s como Greenpeace- fueron en zonas de categoría roja, donde está prohibida la deforestación. Sin embargo, la mayoría se realizaron en áreas verdes, autorizadas para deforestar. ¿Esto significa que desde el gobierno piensan en la biodiversidad de la provincia y actúan bajo marco legal por respeto a la misma? La verdad es que el título del “Imperio del Verde” calza perfecto, no por ser partidarios de construir una sociedad sustentable y ambientalista, sino por categorizar a casi el 80% del territorio formoseño como zona verde, es decir, el completo paso libre para la destrucción de los bosques nativos, hábitat de una inmensa diversidad de flora y fauna, tierra de comunidades originarios y campesinos criollos.

Impulsemos la Ley por la inmediata suspensión de los desmontes

La constante negación del gobierno frente a estas denuncias públicas no hace más que seguir evidenciando sus lineamientos de la destrucción ambiental y el favoritismo a los grandes capitales.

Es necesario más que nunca el accionar en conjunto de todos aquellos quienes están en la lucha por el medio ambiente. Por ello, seguimos avanzando con la campaña que ya lleva más de 5 mil firmas por el urgente tratamiento y aprobación del proyecto de ley de suspensión de los desmontes presentado en el Congreso por la diputada nacional por el Partido Obrero en el Frente de Izquierda, Romina del Plá. Contra la depredación de los gobiernos capitalistas hacia nuestro ecosistema, vamos por la organización social y popular en defensa de los bosques y las tierras.

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