“¡Paren de fumigar! ¡Fuera Monsanto de Córdoba!”
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Con estas consignas más de 5.000 manifestantes marcharon por el centro de la ciudad de Córdoba el jueves 19. La movilización fue convocada por un grupo importante de organizaciones ambientalistas, de derechos humanos, por partidos de izquierda y por centros de estudiantes en apoyo a las llamadas "Madres de Ituzaingó", barrio con una fuerte incidencia de enfermos de cáncer -y fallecidos- como resultado de las fumigaciones con agrotóxicos.
El próximo 31 un tribunal provincial dictará sentencia en un juicio contra dos productores agropecuarios y contra el dueño de un empresa de fumigaciones por ser responsables de la violación a la ley provincial de uso de agroquímicos y fumigar sobre campos pegados a ese barrio.
El juicio y la sentencia suscitan una gran expectativa, debido al fenomenal crecimiento en el país y en Latinoamérica del número de enfermos de cáncer, de abortos espontáneos y de nacimientos con malformaciones como resultado de la exposición a agrotóxicos, fundamentalmente glifosato -pero no el único. El crecimiento exponencial de esta situación responde a la brutal expansión del cultivo de la soja.
Los hoy sentados en el banquillo de los acusados son el eslabón más débil de la red de contaminadores, cuya principal responsabilidad estriba en la política agropecuaria dictada por los pooles sojeros y los fabricantes de semillas, de fetilizantes y de agroquímicos. La punta del ovillo está en la bolsa de Nueva York.
A la par que desde los gobiernos nacional y provincial se propugnaba la condena a los productores responsables del envenenamiento en barrio Ituzaingó, primero la Presidenta de la Nación -en Nueva York- y luego De la Sota -en Córdoba- anunciaban con bombos y platillos el desembarco de Monsanto en Córdoba, para instalar tres plantas: una en el conurbano de la ciudad de Córdoba -municipio de Malvinas Argentinas- y otras dos en Río Cuarto.
Entre otras cosas, Monsanto -una empresa yanqui- es el creador del glifosato y el principal productor de semillas, de agrotóxicos y de fertilizantes. En asociación con los grupos financieros -pooles-, Monsanto tiene el control y dominio de la producción agrícola en Argentina (para más datos ver trabajo del presidente de la Funam, el biólogo Raúl Montenegro, en www.po-cordoba.blogspot.com).
¿Por qué Córdoba?
La decisión no es casual. 1) Tiene a nivel nacional la mayor superficie cultivada con soja transgénica y pese a que sólo conserva menos del 5% de bosque nativo su superficie cultivada sigue creciendo. 2) Desde 1996 los sucesivos gobiernos nacionales y provinciales vienen apoyando esta redituable simplificación de la biodiversidad productiva para acrecentar la exportación. 3) Las universidades públicas y privadas producen cada vez más especialistas en ingeniería genética.
Aunque Monsanto no lo explicite, estar cerca de los grandes consumidores de semillas transgénicas le permitirá fiscalizar y reducir el creciente uso irregular de 'sus' semillas patentadas", así lo explica Montenegro en el trabajo citado. Las peleas entre CFK y De la Sota terminan donde los intereses de Monsanto empiezan.
La movilización del jueves fue un fuerte impulso para la condena a los contaminadores juzgados y también para la lucha contra las fumigaciones y contra la expansión del negocio envenenado de los Monsanto.