Estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), La Plata (UNLP), San Martín (Unsam), General Sarmiento (UNGS), Tres de Febrero (Untref), de Artes (UNA), y secundarios y terciarios, realizamos este fin de semana largo nuestras pasantías interdisciplinarias del primer cuatrimestre en Zárate y Campana.

Comenzamos el viaje con una convicción común: la Universidad tiene que estar junto a las luchas socioambientales del país. Las pasantías que organizamos tienen como principal objetivo colocar nuestra formación al servicio de la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores y del ambiente que habitan.

Por eso nos involucramos en el reclamo de la Asamblea del Paraná, junto a otras organizaciones ambientales, que hace años luchan contra la contaminación del Río Paraná y la expulsión de las comunidades isleñas. Los 15 millones de habitantes sufren incendios intencionales, envenenamiento del agua con glifosato, destrucción de humedales, contaminación por parte de las mineras areneras, pérdidas radioactivas de las centrales Atucha I y II, la mortandad masiva de peces y la crisis del acceso al agua potable.

Esta orientación, que debería ser elemental en el armado de nuestros planes de estudio y los proyectos de investigación, no es mayoritaria en las instituciones educativas. En distintas Universidades del país, e incluso en colegios secundarios, las autoridades firman convenios privados con empresas como Bayer-Monsanto, el grupo Techint, mineras multinacionales, Shell, entre otras. Estas mismas empresas luego influyen en los contenidos de estudio, en el resultado de las investigaciones científicas, y en formar profesionales que defiendan los emprendimientos contaminantes que llevan adelante.

La juventud que está donde tiene que estar

Durante estos cuatro días combinamos actividades de investigación, debate colectivo y recorridas por el territorio. Realizamos relevamientos socioambientales para conocer con mayor profundidad la situación laboral, educativa, habitacional, ambiental y de la salud de los vecinos de la zona.

En Zárate, la población isleña está protagonizando una lucha fundamental contra los intentos del Club Náutico Zárate de apropiarse de los territorios comunitarios isleños. El objetivo es poner en marcha un negociado inmobiliario, que cuenta con el aval del Estado municipal, el gobierno de Kicillof y la Prefectura Naval Argentina, al punto tal de permitir que incendien viviendas de isleños para despojarlos de sus tierras.

Para denunciar y visibilizar esta situación crítica realizamos una jornada cultural frente a la costanera, que culminó con una marcha de antorchas, junto a la Asamblea del Paraná y el Partido Obrero de Zárate, donde rodeamos la Prefectura Naval y cerramos con una radio abierta en las puertas del Club Náutico, impulsor de los emprendimientos inmobiliarios en las islas.

En Campana recorrimos el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, el Tajiber y el Túmulo, zona de humedales y áreas protegidas nacionalmente, pulmones verdes de miles de hectáreas, donde habita una enorme biodiversidad. El Parque Nacional sufrió un incendio que quemó el 80% de su territorio, los brigadistas denuncian la falta de recursos para combatir el fuego y las pésimas condiciones laborales en las que se encuentran. En el Tajiber y el Túmulo están impulsando distintos emprendimientos contaminantes, petroleros, agrarios y ganaderos.

Por último recorrimos el Arroyo de la Cruz, donde la empresa industrial de Siderca-Techint, se apropió del arroyo y sus orillas para transformarlas en un gigantesco depósito de chatarra y residuos industriales, llegando al extremo de desviar el curso del Arroyo de la Cruz, importante vía navegable que desemboca en el Paraná, contaminando sus aguas.

El gobierno nacional del Frente de Todos habilita estos emprendimientos a nivel nacional, que dejan un pasivo ambiental enorme y condenan a las comunidades a enfermedades, falta de acceso al agua, pérdidas de sus sustentos de vida como la pesca, con el objetivo de recaudar dólares para el pago al FMI. Esta misma orientación defienden los gobiernos provinciales y municipales peronistas, radicales y macristas.

Mientras un sector, como Jóvenes por el Clima, defiende en nombre de un supuesto “desarrollo nacional” los emprendimientos mineros y petroleros, los trabajadores, además de sufrir el hambre y la pobreza, también sufren las consecuencias de la crisis climática y ambiental que vivimos. No se puede estar en el campo de la defensa del ambiente y al mismo tiempo apoyar al gobierno que avanza en la entrega y saqueo de nuestros recursos naturales.

No queremos una juventud de funcionarios que defienda al Estado responsable de la depredación capitalista del ambiente. Peleamos por una juventud organizada de manera independiente de los gobiernos, que unifique los reclamos ambientales junto a los del conjunto de los trabajadores ocupados y desocupados. Solo de esta manera podemos combatir la integración al Estado de todo un sector del movimiento. Las pasantías buscan aportar a esa perspectiva.

La izquierda que se planta en defensa del ambiente

Los políticos capitalistas defienden sin grieta la destrucción del ambiente al servicio de los intereses de las principales empresas nacionales y multinacionales. Todos gobiernan para Monsanto, las mineras y petroleras que contaminan nuestros alimentos, tierra y agua. Milei no representa una salida positiva a la bronca de los trabajadores contra las principales fuerzas del régimen, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, es un negador del cambio climático al que califica como “un invento de los comunistas”.

En la charla que realizamos con Néstor Pitrola, precandidato a Diputado Nacional del FIT-U, y Raúl Quirino, referente de la Asamblea del Paraná, sobre cómo impulsamos la lucha ambiental en todo el país, debatimos sobre la necesidad de unificar los reclamos particulares a la necesidad de reforzar una alternativa política propia contra todos los que nos gobernaron. En ese sentido vamos a participar del Plenario de la Izquierda, convocado por el Partido Obrero y el MST, el 17 de junio en Plaza de Mayo.

También tuvimos un conversatorio con Gabriel Solano, pre candidato a Presidente, sobre marxismo y ambiente. La principal conclusión que nos llevamos es que la cuestión ambiental está íntimamente asociada a la etapa de declinación del régimen social de producción capitalista. La tendencia a la guerra, como ocurre en Ucrania entre la Otan y Rusia, es un factor que está agravando la crisis social y ambiental en todo el mundo.

Esta es la explicación de por qué fracasan los acuerdos internacionales firmados por los Estados capitalistas para revertir el calentamiento global. Los Estados defienden los intereses de sus propios monopolios y empresas, no pueden ponerse de acuerdo en un cuadro de guerra comercial y bélica entre las principales potencias mundiales. Los discursos sobre un capitalismo verde son una cortina de humo.

Culminamos este intenso y enriquecedor viaje con la puesta en común de una nueva convicción: si el capitalismo destruye el planeta, destruyamos el capitalismo. Vamos por eso.

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