Ambiente

25/4/2023

Trigo transgénico: el cereal modificado llegó a las mesas argentinas

La Universidad Nacional de Rosario advirtió que el hecho es grave para la salud pública,

Trigo transgénico.

Lo que era la crónica de un final anunciado, se hizo realidad: sin saberlo, probablemente muchas familias trabajadoras de la Argentina ya estén consumiendo los productos de la canasta básica alimentaria derivados del trigo genéticamente modificado, como el pan, fideos, etc. Si bien la noticia era conocida desde hace casi dos meses, recientemente adquirió mayor relevancia a través de una carta pública por parte del Instituto de Salud Socioambiental (InSSA) de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). La entidad manifestó que “es un hecho de gravedad inusitada desde el punto de vista de la salud pública” (Página 12, 24/4).

La empresa Bioceres, había informado que unos 25 molinos harineros del país ya establecen la mezcla del trigo HB4 con el convencional. La república Argentina ostenta el nefasto récord de ser la primera en comer pan con trigo transgénico. El cultivo del mismo va junto al herbicida glufosinato de amonio, que es quince veces más nocivo que el glifosato. Además, fue denunciado por unos mil científicos, productores y  organizaciones socioambientales. Para peor, los estudios que señalarían su nulo daño, son en verdad elaborados por las mismas compañías agro biotecnológicas.

Volviendo a la UNR, en su texto los investigadores instan a las autoridades políticas a que atiendan las evidencias científicas que dan cuenta de los peligros de ese cultivo. También consideran urgente que las instituciones públicas responsables en la materia prohíban la comercialización e incorporación del trigo HB4 en las harinas para producción de productos comestibles y de la alimentación humana.

¿La provincia de Buenos Aires? Bien, gracias

En el territorio bonaerense, que es donde existe la mayor producción agraria y de transgénicos del país, rige todavía una cautelar judicial donde se prohíbe el cultivo y comercialización del trigo HB4, aunque el gobierno provincial de Kicillof la apeló, aún la medida está efectiva. Sin embargo, el visto bueno del Estado nacional para la liberación del trigo genéticamente modificado no obliga al etiquetado de sus productos derivados para llamar la atención de la población de que va a consumir ese tipo de alimentos. Por tanto, miles de bonaerenses estamos comiendo derivados del trigo GM, cuando en realidad debería estar vedado.

El gobierno nacional, a muerte con el agronegocio

La aplicación del trigo transgénico, avanzó a pasos agigantados durante el actual gobierno del Frente de Todos de Alberto y Cristina Fernández, ni siquiera su antecesor derechista, Mauricio Macri, había llegado tan lejos, incluso aunque se supone que Juntos por el Cambio tiene una ligación directa con el capital agrario. Primero, con la autorización para su cultivo, en principio separado del trigo convencional. Segundo, la habilitación para su comercialización interna, y tercero, la aprobación de los países en los que Argentina lo exporta cómo Brasil, Indonesia, entre otros. Por supuesto, con la cobertura de algunos científicos del Conicet, poniendo al organismo al servicio de los monopolios biotecnológicos.

Frente a este enésimo atentado a la salud y el ambiente por parte del agronegocio, urge fortalecer la organización junto a los pueblos fumigados para terminar de una vez por todas con esta calamidad.

https://prensaobrera.com/ambiente/renuncia-antonio-aracre-sigue-syngenta