Ambiente

11/8/2022

Tuvalu, el país que puede desaparecer por el aumento del nivel del mar

Los efectos del calentamiento global y la responsabilidad del imperialismo.

El régimen capitalista no puede solucionar la crisis climática

Hoy en día vislumbramos una escalada en la crisis climática y ambiental que no tiene comparación. La guerra en Europa y la consiguiente crisis de los combustibles han venido a agravar esta situación, con un mayor uso de energías poco renovables como el carbón que aceleran el calentamiento global en medidas alarmantes.

El aumento de las temperaturas provoca, entre otras múltiples catástrofes, el derretimiento de las grandes masas de hielo, que llevan a su vez a un alza en el nivel del mar que alarma a muchas ciudades costeras e incluso países enteros (principalmente insulares). Oceanía engloba a varios territorios en vías de desaparición por las inundaciones, como por ejemplo las Islas Salomón, que en el 2016 ya habían visto hundirse más de cinco de sus numerosas islas, donde sus aproximadamente 600 habitantes se vieron obligados a migrar a otras islas cercanas a toda velocidad. Pero todo esto es moneda corriente ya en Micronesia, Vanuatu, Samoa, Palaos y en el país que nos vamos a centrar en esta nota, Tuvalu.

“Nos estamos hundiendo”, dijo Simon Kofe, ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu en la última COP26 (cumbre climática). Y es que hablamos de un país conformado por sólo nueve islotes de aproximadamente 26 kilómetros cuadrados totales, que en su máxima altura alcanza apenas los cuatro metros sobre el nivel del mar. El agua oceánica se está filtrando bajo el suelo y está dejando a los habitantes sin reservorios de agua dulce.

El régimen político de Tuvalu es una monarquía constitucional que responde a los intereses del Reino Unido, quien, junto a Estados Unidos, utilizó sus islas como centro de operación durante la segunda guerra mundial para desenvolver sus prácticas de bombardeos y lanzamiento de misiles. Frente a la inminente desaparición del país, los tuvalenses no ven futuro en su territorio, migrando hacia territorios cercanos. Es así como Nueva Zelanda ha aceptado recibir un contingente anual de 75 evacuados.

El régimen capitalista no pudo ni puede brindar soluciones a la crisis climática, tal como lo demuestran los múltiples pactos incumplidos, desde el protocolo de Kyoto y el acuerdo de París, hasta la última COP 26 de Glasgow. Incluso cuando en varias de estas ocasiones los países afectados han marcado la necesidad de un plan de carbono 0 de emergencia, las acciones de los principales potencias fueron nulas, e incluso contrarias a lo pactado.

Se estima que en 30 años desaparecería Tuvalu si no se revierte la situación, así como muchos otros territorios del mundo podrían correr la misma suerte debido a la misma problemática. Por tal motivo, el país ha buscado alternativas de reubicación en distintos Estados cercanos como Australia, que hasta ahora rechazó las peticiones de forma sistemática.

La situación de muchos países de Oceanía y el resto del mundo es acuciante; en las próximas décadas se definirá su misma existencia. En la medida en que los países imperialistas y las grandes corporaciones empresarias sigan desarrollando sus actividades contaminantes y extractivistas, la balanza seguirá inclinada claramente hacía las migraciones masivas como única respuesta posible a las inundaciones.

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