Ambiente

23/4/2021

Criptomonedas

Una multinacional construirá una granja gigante de Bitcoins en Argentina

En plena crisis energética, el gobierno le garantiza enormes cantidades de electricidad para producir criptomonedas.

La empresa canadiense Bitfarms construirá un gigantesco centro minero de criptomonedas en Argentina, que contará con 55.000 máquinas  y comenzaría a funcionar en 2022 en Tierra del Fuego. Las granjas de producción de Bitcoins utilizan grandes máquinas que funcionan día y noche consumiendo cantidades exorbitantes de energía. Cuando el país atraviesa una profunda crisis energética, se garantiza acceso preferencial a una multinacional del mercado especulativo.

La compañía explicitó que en Canadá el costo promedio de minar una moneda completa es de unos u$s7.500, pero aquí podría hacerlo por u$s4.125, un ahorro de 45%. La empresa “habría firmado un acuerdo energético de ocho años con una empresa privada local que le asegurará un bajo precio del kilovatio/hora durante los primeros cuatro años” (Ámbito Financiera, 22/4).

Informaron además que trasladarán una parte considerable de sus máquinas más antiguas al nuevo centro de Argentina, ya que aunque los equipos son menos eficientes que los de nueva generación “el bajo costo de la electricidad (…) prolongará su vida económica”. El objetivo de la producción en nuestro país sería de casi 12.000 bitcoins, lo que a precio actual representa el equivalente a 650 millones de dólares.

Esta producción es muy nociva para el ambiente, porque emite millones de toneladas de carbono. El desembarco de la minería de bitcoins, puramente especulativa y que crece como refugio de valorización ficticia del capital, no generará ningún beneficio para la economía nacional ni responde a ninguna necesidad real de la sociedad. La producción de criptomonedas implica un enorme consumo energético con altos costos ambientales para garantizar un negocio parasitario del capital financiero internacional.

Esto cuando el déficit energético del país sigue creciendo, por la ausencia de inversiones de los pulpos energéticos que embolsan subsidios millonarios. Se estima que un cuarto del consumo de gas del próximo invierno será cubierto con importaciones, lo que agravan la sequía de reservas internacionales. Mientras se firman acuerdos para garantizar energía barata a Bitfarms, entra en vigencia un esquema de tarifazos semestrales a los consumidores, en el marco del plan de ajuste fiscal que exige el Fondo Monetario Internacional.

Tanto para afrontar esta crisis como para emprender una transición hacia energías limpias y destinarla a las necesidades sociales reales, es imperiosa la nacionalización de toda la industria energética bajo control de los trabajadores, en el marco de una plan económico dirigido por la clase obrera.