El pasado lunes 5 de junio se realizó una concentración frente al Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba, para presentar formalmente la propuesta de declarar el Parque de la Vida como Reserva Natural y Urbana. El planteo surgió de una iniciativa de las y los vecinos.

El Parque de la Vida constituye un extenso territorio ubicado en el sector sudoeste de la ciudad, colinda con Rosedal, Parque Capital, ATE y Matienzo, entre otros. Data de los años ‘90, cuando el exintendente Martí destinó 62 hectáreas para conformar un parque, encargando al arquitecto Roca el diseño de infraestructura y mobiliario urbano, que con el tiempo y la desidia municipal fueron deteriorándose y volviéndose más peligrosos.

El Parque ha sido motivo de controversias importantes. En 2017, la gestión municipal de Mestre anunció la construcción de un polideportivo con canchas y una pileta pública, el cual no concluyó. Esa iniciativa fue retomada por la gestión de Martín Llaryora, con una impronta empresarial, lejana a los intereses de los vecinos, que se organizaron para frenar este emprendimiento. El colectivo “Preservando el Parque de la Vida” delineó una propuesta de cuidado y conservación.

El predio constituye un enorme pulmón verde con gran variedad de especies arbóreas necesarias para la preservación de fauna y flora nativa. Su existencia disminuye los efectos de isla de calor que sufre la ciudad, gracias a la enorme mancha cementicia que la sustenta y colabora en la captación de CO2. Sus beneficios ambientales y sociales son altamente valorados; la iniciativa de los vecinos empalma con una necesidad vital.

Los vecinos reclaman que sea declarado Reserva Natural Urbana Abierta y Sustentable, abarcando no solo las iniciales 62 hectáreas sino también zonas aledañas no edificadas que comparten similares características bióticas, que totalizan 179 hectáreas. También plantean que el Plan de Manejo y las decisiones que sobre él se tomen respeten la normativa vigente y sean trabajadas de manera participativa junto a las y los vecinos interesados en el mismo. Indican como autoridad de aplicación a la Secretaría de Gestión Ambiental y Sostenibilidad.

Desde Tribuna Ambiental acompañamos la iniciativa y llamamos a participar de la convocatoria, al tiempo que advertimos que delegar en ámbitos municipales como la Secretaría de Ambiente el control de la Reserva es poner al lobo a cuidar el gallinero.

El carácter meramente consultivo, no vinculante y sin presupuesto de estos ámbitos de participación restringe el accionar ciudadano en una mera fachada que no garantiza el poder de veto ante un Estado que permanentemente incumple la normativa vigente. Es lo que ocurre en los Consejos de Ambiente de diferentes localidades del interior de la provincia.

Participamos en la jornada y llamamos a la población a abrazar esta causa. La lucha contra la orientación proinmobiliarias del gobierno y en defensa de los espacios verdes y barrios libres de contaminación solo puede desarrollarse a través de la organización independiente de las y los trabajadores.

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