Aniversarios

11/10/2017

25 años de una gesta obrera: la expulsión del grupo Albatros del Astillero Río Santiago

Cuando los trabajadores quebraron el intento de cierre y la avanzada represiva del gobierno de Menem.


Este 21 de septiembre se cumplieron 25 años de la expulsión del grupo Albatros, dependiente de Prefectura Naval, del Astillero Río Santiago (ARS), por parte de los trabajadores de la fábrica.


 


El 18 de septiembre de 1992, tres días antes, el gobierno menemista ordena al Ministerio de Defensa ocupar la planta por 45 días para garantizar el cierre de la misma. La invasión se realiza a las 18:30, ingresando por el río. Los trabajadores se encontraban en un acto en conmemoración del Día de la Industria Naval donde denunciaban el vaciamiento de la empresa por parte del gobierno nacional.


 


La Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados, verdadera conducción de los trabajadores ante el desbarranque de la Azul y Blanca vinculada al aparato pejotista, era un frente único de clase donde confluían los mejores activistas de la fábrica. Enterados de la ocupación de la empresa, convirtieron el acto en una tribuna de denuncia y convocaron a una asamblea al día siguiente en la plaza central de Ensenada: plaza Belgrano. En esa asamblea fijaron un pliego programático que era todo un llamamiento a enfrentar la política menemista:


 


1) retirada inmediata de la totalidad de las fuerzas represivas; 2) exigencia de una asamblea de ATE Provincia y ATE Nación y la convocatoria a un inmediato paro regional y nacional; 3) convocar a los delegados de Petroquímica Mosconi, Propulsora Siderúrgica, trabajadores del Estado y fuerzas contra el cierre del ARS; 4) convocar a todos los trabajadores con el fin de que junto a sus familias se presenten el día lunes a las 06:30hs en el ARS para ingresar; 5) un acampe frente a la entrada; 6) fondo de huelga.


 


La presión fue tan grande que de los 45 días de ocupación los Albatros sólo pudieron estar 60hs –el fin de semana.


 


El gobierno nacional fue obligado a negociar el no cierre del ARS. Aunque visto de lejos, la provincialización sumada a la instalación de la Zona Franca –que se devoró el 90% del territorio y operó como tabique a la producción naviera nacional– significó un problema para los trabajadores del Astillero, en el contexto de las masivas privatizaciones fue un triunfo. Así fue relatado por los medios de la época:Crónica, por ejemplo, tituló “Se impusieron los obreros” (22/9/1992).


 



 


Inmediatamente dentro de la fábrica, a las 9am del día 21 de septiembre, fecha en que la patronal tenía anunciado el cierre, los trabajadores resolvieron en asamblea convocar a un nuevo Ensenadazo en defensa del Astillero y el trabajo.


 


El Partido Obrero, parte de la Comisión Interna, jugó un papel fundamental en el proceso. Para esa enorme movilización, que congregó cerca de 5000 participantes, delegados, comisiones internas, estudiantes, fuerzas sociales, elaboró un material donde planteaba que “con la movilización, el reclamo del paro general, la convocatoria a la solidaridad activa (…) y extendiendo la pueblada de Ensenada, los trabajadores impusieron la reapertura del ARS y el reingreso de todos los compañeros al trabajo”. Pero no se quedó sólo en un análisis.


 


 



 


El Partido Obrero propuso “poner en pie una Asamblea Popular permanente en defensa del Astillero (…) para dar paso a la deliberación del Pueblo y para unir en una acción común a todas las Comisiones Internas, Cuerpos de Delegados, Organizaciones Obreras, Juveniles y Democráticas (…) por el Paro Regional y Nacional, contra la política antiobrera y antinacional del gobierno”.


 


La conclusión final: “Fuera Menem – Duhalde del Astillero y de todo el país”.


 



 


25 años después


 


El Astillero continúa con sus puertas abiertas, siendo estatal y los trabajadores dentro. En un escenario de feroz guerra hacia toda la clase obrera, la experiencia de esta gesta que derrotó la entrega nacional del menemismo permite sacar conclusiones para las nuevas tareas que se presentan. Las distintas burocracias sindicales del momento no convocaron a ningún paro nacional hasta que no hubieron pasado todas las privatizaciones fundamentales. Es lo mismo que sucede hoy cuando negocian la reforma laboral y jubilatoria con el macrismo.


 


Los trabajadores debemos recuperar nuestros organismos gremiales, incluyendo las centrales, y poner en pie una alternativa política propia. Solo de esa forma podremos expandir la experiencia de aquellos trabajadores al conjunto del movimiento obrero y derrotar, definitivamente, el ataque sistemático y permanente a las condiciones de vida y de trabajo. Estas fueron las conclusiones del Plenario Obrero que reunió a 3.000 delegados en apoyo al Frente de Izquierda.