Aniversarios
16/12/2020
A 200 años del precursor del materialismo histórico: Friedrich Engels
Engels nació el 28 de noviembre de 1820 en Barmen el reino de Prusia (en la Alemania actual), amigo y constructor teórico junto a Marx del socialismo científico.
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Hay quienes observan el análisis engelsiano desde una óptica por fuera de Marx y viceversa dando a entender de manera reduccionista ciertos fallos de uno u otro bajo sus premisas teóricas, lo que en realidad corresponde es leer y estudiar tanto a Engels en combinación junto a Marx. Este ejercicio dialéctico es imprescindible para comprender el desarrollo de sus grandes aportes teórico-prácticos que cobran vigencia en la actualidad.
Nació en una familia de industriales textiles, y en 1843 en Manchester empieza su viraje radical y su estudio en el socialismo de Owen1 y el movimiento cartista2, allí empieza a tener una gran incidencia en su pensamiento la economía y la estructura social de los trabajadores. En 1845 Engels escribe sobre La condición de la clase obrera en Inglaterra y empieza a formular sus primeras premisas sobre lo que sería el materialismo histórico:
“Estos inventos, que después fueron mejorados todos los años, decidieron la victoria del trabajo mecánico sobre el trabajo manual en los principales sectores de la industria inglesa, y toda la historia reciente de esta nos muestra cómo los trabajadores manuales han sido desplazados de sus posiciones por las máquinas. Las consecuencias de ello fueron, de una parte, una rápida caída de los precios de todos los productos manufacturados, el desarrollo del comercio y de la industria, la conquista de casi todos los mercados extranjeros no protegidos, el crecimiento acelerado de los capitales y de la riqueza nacional; y, de otra parte, el incremento aún más rápido del proletariado, destrucción de toda propiedad, de toda seguridad de sostén para la clase obrera, desmoralización, agitación política…”3
A partir de la descripción de las deplorables condiciones materiales y espirituales de la clase obrera que relataba Engels, Marx se empieza a interiorizar en el aspecto económico y político de cómo la burguesía explota el trabajo para sus propios beneficios. Cabe destacar que en 1844 en conjunto escriben La sagrada familia y en 1846 La ideología alemana. Edición que no fue publicada por la socialdemocracia alemana y se mantuvo inédita hasta 1932.
“El proletario está desprovisto de todo; no puede vivir un solo día para sí. La burguesía se ha arrogado el monopolio de todos los medios de existencia en el sentido más amplio del término. Lo que el proletario necesita solo lo puede obtener de esa burguesía cuyo monopolio es protegido por el poder del Estado. El proletario es, por tanto, de hecho como de derecho, el esclavo de la burguesía; ella puede disponer de su vida y de su muerte. Le ofrece los medios de vida pero solamente a cambio de un ‘equivalente’, a cambio de su trabajo; llega hasta concederle la ilusión de que obra por voluntad propia, que establece contrato con ella libremente, sin coacción, como persona mayor. Linda libertad, que no deja al trabajador otra elección que la de someterse a las condiciones que le impone la burguesía, o morir de hambre, de frío, de acostarse enteramente desnudo para dormir como las bestias del bosque. ¡Lindo ‘equivalente’…”(ídem).
La contribución práctica de Engels tuvo su salto cualitativo cuando a partir de la liga de los comunistas y las convulsiones que se venían dando en la Europa occidental por las revueltas sociales, junto a Marx y sus seguidores constituye el primer programa socialista con las diferenciaciones de clases sociales y los objetivos políticos para el proletariado y una salida obrera a las agitadas coyuntura de la época , con Marx escriben en 1848 El Manifiesto del Partido Comunista: “Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡Proletarios de todos los Países, uníos!…” 4
Engels fue muy prolífico a la hora de abordar diferentes problemáticas sociales de la época. En El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, da su visión en la evolución del patriarcado desde las tribus y las gens: “El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción…”5.
Continúa: “En un viejo manuscrito inédito, redactado por Marx y por mí, encuentro esta frase: La primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la procreación de hijos. Y hoy puedo añadir: el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con el sexo femenino por el masculino…” (ídem)
De esta manera mantuvo serias críticas sobre el urbanismo y ecología en donde hacía hincapié en la mercantilización de los recursos naturales por manos de la denominación y la explotación irracional de los capitalistas. Las cuales llevaba a aglomeración de trabajadoras y trabajadores en condiciones infrahumanas en los centros de la metrópoli, por el traslado del campo a la ciudad.
La importancia de la concepción engelsiana es que sentó las bases de la praxis socialista marxista en su escrito Del socialismo utópico al socialismo científico y cómo superar la visión de un reflejo impresionista de los principales teóricos del socialismo como Owen, Fourier y Saint-Simón, puso en el contexto histórico el desarrollo dialéctico de las fuerzas productivas y el antagonismo de clases y la lucha por el poder político del proletariado, dejando afuera todas las visiones aventureras y que no actuaron como representantes de los intereses del proletariado sino de manera voluntarista de todas sus experiencias. Las cuales las llevó a tener limitaciones insalvables y a abortar esos proyectos socialistas: “De este modo el socialismo no aparecía ya como el descubrimiento casual de tal o cual intelecto de genio, sino como el producto necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la burguesía. Su misión ya no era elaborar un sistema de lo más perfecto posible de la sociedad, sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar estas clases y sus conflictos…”6.
Junto a Marx y Bakunin contribuyó en la construcción de la Primera Internacional en 1864 que conglomeró a las grandes ramas de pensamientos socialistas, anarquistas para organizar al proletariado europeo sobre las bases de sus objetivos a la hora de confrontar al capitalismo y su burguesía en donde se disputaban diferentes posiciones a seguir por parte del movimiento obrero.
En efecto luego de la muerte de Marx tuvo la titánica tarea de acumular todos los escritos inéditos del mismo para terminar con el tomo 2 y 3 de El Capital, que fueron publicados por Engels para seguir manteniendo el legado y el marco teórico en el cual Marx se asentó para criticar de manera erudita al modo de producción capitalista y su relación ante la sociedad.
“Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; solo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que, si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra…”7.
En este sentido continuando, Engels funda de manera directa la Segunda Internacional a partir de 1889, en este marco la socialdemocracia alemana es el gran partido que representa a los y las trabajadoras alemanas junto con sus millones de afiliados y lo catapulta hacia otros países europeos. En este momento es donde las ideas marxistas tienen un auge en la influencia del movimiento obrero y la socialdemocracia es quien más divulgación le va a dar a inicios del siglo XX.
Dos grandes tendencias se empiezan a formar en el seno de la socialdemocracia alemana la ortodoxa por parte de Kautsky y la revisionista (reformista) por parte de Bernstein, triunfa la ortodoxia marxista y se constituye el programa de Erfurt en 1891 la cual Engels responderá en su Contribución a la crítica del proyecto de programa socialdemócrata:
“Quieren convencerse a sí mismos y al partido de que ‘la sociedad actual se integra en el socialismo’, sin preguntarse si con ello no está obligada a rebasar el viejo orden social; si no debe hacer saltar esta vieja envoltura con la misma violencia con que un cangrejo rompe la suya…”8.
“Este olvido de las grandes consideraciones esenciales a cambio de intereses pasajeros del día, este afán de éxitos efímeros y la lucha en torno de ellos sin tener en cuenta las consecuencias ulteriores, este abandono del porvenir del movimiento, que se sacrifica en aras del presente, todo eso puede tener móviles ‘honestos’. Pero eso es y sigue siendo oportunismo, y el oportunismo ‘honesto’ es, quizá, más peligroso que todos los demás…” (sic).
La crítica citada anteriormente hacia el programa socialdemócrata se mantendrá por 10 años oculta pasando la misma, por la muerte de Engels en 1895 y será publicada posmortem. En este contexto podemos observar cómo la socialdemocracia tergiversó y mostró a un Engels democratizante a favor de la adaptación al parlamentarismo burgués en el Reichstag alemán.
“Está absolutamente fuera de duda que nuestro partido y la clase obrera solo pueden llegar a la dominación bajo la forma de la república democrática. Esta última es incluso la forma específica de la dictadura del proletariado, como lo ha mostrado ya la Gran Revolución francesa…” (sic).
El derrotero político socialdemócrata abandonará para siempre todo su bagaje marxista al votar en 1914 los créditos de guerra y así dar comienzo a la Primera Guerra Mundial donde millones de obreros fueron empujados a su muerte bajo una guerra imperialista.
Trotsky en Terrorismo y comunismo vuelve a Engels al citar su postura a favor de la dictadura del proletariado y contra las tergiversaciones de Kautsky y el SPD (sigla de la socialdemocracia alemana):
“En 1891, esto es, poco antes de su muerte, Engels defendía tenazmente –según acaba de decírsenos- la dictadura del proletariado como única forma para su poder gubernamental. Esta definición la ha repetido muchas veces Kautsky. Esto, entre paréntesis, toda la indignidad de sus actuales tentativas encaminadas a falsificar la dictadura del proletariado hasta el punto de hacer de ella una invención rusa…”9.
Por consiguiente, los aportes teóricos y prácticos de Engels a la concepción de la teoría marxista y al socialismo científico son fundamentales, volver a su obra abre una gran caja de herramientas a la hora de construir partidos revolucionarios de combate, en donde nos marca claramente la diferencia entre el oportunismo y la praxis revolucionaria de las masas y el proletariado para la toma del poder político, como su gran amigo Marx sostuvo la lucha de clases es el motor de la historia. A 200 años de su nacimiento el precursor del materialismo histórico cobra más vigencia que nunca. Viva Engels y el internacionalismo obrero.
· (1) Robert Owen era uno de los llamados socialistas utópicos de los siglos XVIII y XIX
· (2) El cartismo fue un movimiento propio de la primera etapa del movimiento obrero. El término procede de la “Carta del Pueblo”, documento enviado al Parlamento Británico en 1838, en el que se reivindicaba el sufragio universal masculino y la participación de los obreros en dicha institución.
Bibliografía
· (3) Engels, Friedrich. 1845. La situación de la clase obrera en Inglaterra. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/situacion.pdf
· (4) Heller, Pablo. Guerrero, Alejandro. Chiviló, Matías (Coordinadores). Programas del Movimiento Obrero y Socialista. Buenos Aires, Rumbos, 2017.
· (5) Engels, Friedrich. 1884. El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. La Plata, De la Campana, 2012.
· (6) Engels, Friedrich. 1880. Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico. Buenos Aires, Ediciones Luxemburg, 2012.
· (7) Engels, Friedrich. 1883. Discurso ante la tumba de Marx. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/83-tumba.htm
· (8) Heller, Pablo. Guerrero, Alejandro. Chiviló, Matías (Coordinadores). Programas del Movimiento Obrero y Socialista. Buenos Aires, Rumbos, 2017.
· (9) Trotsky, León. 1920. Terrorismo y Comunismo. España, Akal, 2016.