A 40 años de la Noche de las Corbatas


 La dictadura militar secuestró al menos a 120 abogados que ponían su profesión al servicio de los trabajadores y luchadores populares, a aquellos abogados que firmaban habeas corpus y a los que militaban en distintas organizaciones políticas y de derechos humanos.


Norberto Centeno, Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alaiz, Tomás J. Fresneda, María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda -embarazada de cuatro meses-, Jorge Candeloro, Marta García, Néstor Enrique García Mantica, María Esther Vázquez de García, José Verde, Camilo Ricci y Carlos A. Bozzi son los nombres de los abogados y sus familiares que fueron secuestrados entre la madrugada del 6 y el 13 de julio de 1977, en la ciudad de Mar del Plata. Eran abogados laboralistas que durante la dictadura militar asumían la defensa de trabajadores y de presos políticos, con militancia en agrupaciones peronistas y de izquierda. La mayoría permanece desaparecida. Sólo cuatro de ellos -Camilo Rizzi, Carlos Bozzi, Jorge Verde y su esposa- sobrevivieron a esta cacería. Entre los desaparecidos, figuran Norberto Centeno, militante peronista, autor de la Ley de Contrato de Trabajo; Raúl Alais, militante del PCR, quien representaba a obreros de las minas y de las fábricas de pescado; junto a Tomás Fresneda, presentaban habeas corpus por los desaparecidos.


 


“La Cueva”.


 


Los compañeros fueron trasladados al centro clandestino conocido como “La Cueva”, un viejo radar que se encontraba en la Base Aérea Militar, a unos 15 km de Mar del Plata, que en esa época comandaba el coronel Alberto Pedro Barda, jefe de la Agrupación de Artillería de la Defensa Aérea 601. En 2008, Barda fue condenado a prisión perpetua por el homicidio del abogado Jorge Candeloro, reconocido militante de izquierda, entre otros casos. Para entonces, la esposa de Candeloro, Marta García, quien también estuvo secuestrada, había declarado 45 veces.


 


La dictadura militar secuestró al menos a 120 abogados que ponían su profesión al servicio de los trabajadores y luchadores populares, a aquellos abogados que firmaban habeas corpus y a los que militaban en distintas organizaciones políticas y de derechos humanos.


 


A estos colegas y compañeros de lucha, nuestro homenaje.