Aniversarios

25/8/2017

A 55 años de la desaparición de Felipe Vallese

La complicidad de la burocracia sindical


Un 23 de agosto de 1962, hace 55 años, bajo el gobierno títere de las fuerzas armadas encabezado por José María Guido, se produjo la desaparición de Felipe Vallese. No fue el primer secuestrado desaparecido de la Argentina – como algunos medios, en muchos casos ligados al nacionalismo, quieren hacer creer (1) – aunque sí el primer peronista en sufrir esa suerte.


 


A mediados de 1958, Felipe Vallese, con 18 años, era estudiante en una secundaria nocturna y se ganaba la vida como operario en la fábrica metalúrgica TEA (Caballito), donde fue elegido delegado. Era un activista peronista desde bastante antes y miembro de  uno de los tantos grupos referenciados en la Resistencia Peronista. Bajo este nombre se encubre una tergiversación histórica: la dirección del movimiento justicialista, en manos del General y sus sucesivos “comandos”, jugó un papel de desorganización y desvío de la lucha de la clase obrera. Después de su rendición y huida ignominiosa en el 55 –sin lucha y con fuerzas militares leales superiores a las amotinadas-  la línea de Perón fue el guiño a un cuartelazo militar, mientras entre bambalinas se empeñaba en la “institucionalización” de la dictadura, un remedo de democracia con el movimiento nacionalista proscripto y la tutela de las fuerzas armadas. Cuando el golpe militar fracasó y culminó en el fusilamiento de obreros y militares, Perón tramó el pacto con Frondizi y llamó a votarlo en 1958. Con el ascenso del presidente “desarrollista” se inició el período de entregas al capital financiero que aún no ha concluido.


 


En forma paralela a estas maniobras y a una serie de atentados que constituían su telón de fondo, se desenvolvió un agudo y creciente proceso de huelgas, retiros de colaboración, trabajos a desgano en fábricas y lugares de trabajo a partir del advenimiento de una vanguardia obrera que comenzó una tarea de organización con métodos, en muchos casos, forzosamente clandestinos. La burocracia de la CGT había sido un cuerpo muerto a la hora de enfrentar la “Libertadora” en 1955 y un elenco dispuesto para la cooptación de la dictadura militar de entonces. El vacío dejado por la burocracia sindical del 55 fue ocupado por un movimiento obrero que enfrentó y puso un límite a la ofensiva patronal dictatorial en las plantas. Felipe Vallese formó parte de esta generación de lucha. Las huelgas producidas en 1956 y 1957 llegaron a niveles jamás alcanzados en la década anterior. Huelgas por el salario, contra la pérdida de conquistas laborales y, en definitiva, por el dominio de los lugares de trabajo que las patronales pretendían ganar apoyándose en la Libertadora. Este ascenso obrero produjo un hecho notable: a fines de 1957 y, como resultado de los aumentos de 1956, el salario real promedio fue un 8.5% superior al del período 1950-1955.


 


Toda una franja de esta vanguardia obrera va a intentar una delimitación. Ante la orden de votar a Frondizi un vasto sector del activismo peronista repudió al candidato por “gorila” y llamó al voto en blanco (2), que en esas elecciones superó los 800.000 votos, un 10% del electorado. Felipe Vallese formó parte de ese activismo. “En febrero del año 1958 desobedece, como varios otros compañeros, la orden de Perón de elegir a Arturo Frondizi para presidente y vota en blanco. Ese año participa de las movilizaciones estudiantiles en favor de la enseñanza laica y termina expulsado del colegio. También ese año va preso a la cárcel de Caseros, por organizar un paro” (3).


 


La nueva burocracia sindical


 


En 1958, ya en el poder, Frondizi promulgó la ley de Asociaciones Profesionales, lo que significó retomar el proceso de estatización del movimiento obrero y de regimentación de las luchas obreras. Fue el caldo de cultivo de una nueva burocracia sindical, cuyo nombre emblemático sería el de Augusto Timoteo Vandor, dirigente máximo de la UOM hasta su asesinato. Felipe Vallese volvió a ser arrestado en enero de 1959, esta vez por respaldar la huelga general en apoyo a la ocupación del Frigorífico Lisandro de la Torre contra la privatización resuelta por el gobierno de Frondizi. La dirección peronista (62 Organizaciones) que se reconocía en el liderazgo de Perón expuso entonces y después sus limitaciones. Una huelga general indefinida impuesta desde la base el 19 de enero de 1959 y empeñada en una lucha de barricadas contra las fuerzas armadas, en el barrio de Mataderos, fue levantada en una traición memorable. Aceptaría más tarde, sin lucha, el desconocimiento de la victoria del peronismo en la provincia de Buenos Aires, en 1962.


 


El papelito que se perdió


 


Frente a la desaparición de Felipe Vallese, la UOM no hizo absolutamente nada. En palabras de la naciente (nueva) burocracia sindical metalúrgica: “al tomarse conocimiento de la insólita detención, se interpuso un recurso de hábeas corpus” (4).


 


José Leopoldo Barraza, el hombre que investigó la vida del activista agregó un dato revelador: “Felipe le manda un mensaje al dirigente gremial Augusto Vandor, secretario general de la UOM, donde le dice dónde está y que movilice al gremio para sacarlo. Un SOS a la vida. Este mensaje fue entregado en propias manos por el compañero de cárcel de Felipe. Pero el papelito, muy chico, se perdió por algún resquicio del traje: el que usaba el señor Augusto Vandor en ese momento” (5).


 


En el minuto postrero y decisivo, la burocracia sindical no reconoció a Vallese como uno de los suyos.


 


 


 


1. Antes que él fue fusilado y desaparecido bajo el golpe de Uriburu Joaquín Penina, militante anarquista (1930), desaparecieron – quizás asesinados y tirados al Río de la Plata – Roscigna, Vázquez Paredes, Malvicini, también militantes anarquistas, bajo el gobierno de Agustín P. Justo. En 1955, fue secuestrado y desaparecido Juan Ingalinella, militante comunista, bajo el segundo gobierno de Perón.


 


2. En oposición a este voto de independencia obrera, el PC y Palabra Obrera (antecedente del PST y el MAS) llamaron a votar a Frondizi,  para “no dividir el voto obrero peronista”, ambos en la vereda opuesta a una política de independencia política de la clase obrera.  


 


3. Diario El Mundo, 25.8.62


 


4. Rodolfo Ortega Peña…Felipe Vallese. Proceso de un crimen impune, Punto Crítico, Buenos Aires, 2002.


 


5. José Leopoldo Barraza, Revistas 18 de Marzo y Compañero, 1963.


 


 


 


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