El próximo 20 de octubre se cumplen 13 años del asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, a manos de una patota comandada por la dirección Verde de la Unión Ferroviaria, al mando del entonces secretario general del gremio José Pedraza. A 13 años, sigue vigente el régimen de tercerización y precarización laboral en el ferrocarril, así como la misma lucha que libró Mariano, junto a los trabajadores, para terminar con los negocios a costa de la clase obrera.

El Partido Obrero realizará un acto este viernes 20, en Barracas (Luján y Perdriel) a las 12 horas, en el lugar donde los trabajadores y militantes fueron embestidos por la patota de Pedraza.

Mariano Ferreyra fue asesinado en el marco de una emboscada de la patota de la Unión Ferroviaria, quienes buscaban impedir por la fuerza la evolución de un conflicto de cientos de trabajadores precarizados y tercerizados, con cientos de despidos de por medio, que reclamaban por reincorporaciones y el pase a planta permanente en el ferrocarril.

Este crimen contra la clase obrera puso de relieve la profundidad de la tercerización laboral en el ferrocarril y en el conjunto de las relaciones laborales del país, con particular incidencia en la juventud, como resultado de la reconstrucción de los negocios de la burguesía nacional parasitaria, concesionaria de servicios, de la mano del kirchnerismo.

También dejó al descubierto el entramado de relaciones entre el poder político, el Estado, la burocracia sindical y las patronales, para la defensa de un negocio y una política que involucraban a todas estas partes, incluyendo a la propia Secretaría del Transporte que más tarde sería responsable de la Masacre de Once.

Una intensa campaña nacional y la lucha militante y popular lograron la condena de la cúpula de la Unión Ferroviaria, obteniendo la prisión de José Pedraza, exponente de la política criminal del “sindicalismo que construye” –como supo afirmar la entonces presidenta Cristina Kirchner-, quien murió con el beneficio de prisión domiciliaria.

El pedrazismo pudo sobrevivir a fuerza de reconvertirse con elementos de la propia burocracia verde, hoy presenta bajo la dirección de Sergio Sasia a la cabeza de la UF y la continuidad de la tercerización laboral y las patotas en el ferrocarril.

En el ferrocarril, como en gran parte de la industria, proliferan las empresas de servicios tercerizados, particularmente para el caso de la construcción y refacción, con trabajadores contemplados dentro del convenio precario de la Uocra; y/o el caso de los trabajadores de seguridad, donde son recurrentes los conflictos por el pase a planta permanente, encuadrados bajo el convenio de seguridad privada.

Así como sigue la tercerización laboral también siguen las patotas. El pasado 11 de octubre, la Verde de la UF atacó a candidatos opositores de la lista Marrón en las elecciones de delegados de Trenes Argentinos en el ferrocarril Belgrano Sur, en el marco de una política proscriptiva contra la izquierda y los luchadores.

Los desmanejos de los sucesivos gobiernos capitalistas en materia ferroviaria, y en particular los de aquellos que se proclaman “nacionales y populares”, son parte del balance negativo de un servicio ferroviario en manos de una política de vaciamiento y constante reconversión privada. Una orientación que allana el camino a las vertientes privatistas que buscan llevar a fondo lo que ahora se desenvuelve de forma parcial.

La lucha de Mariano, como la de tantos otros compañeros y compañeras, ilustra también la naturaleza social y de clase de estos conflictos, poniendo de relieve la responsabilidad de todo un régimen en el avance del vaciamiento y la precarización laboral.

En tiempos donde parte importante de la juventud, incluso trabajadora, ve en la figura del fascista Javier Milei atisbos de rebeldía contra el sistema, es importante volver a Mariano: la expresión más concreta de que la rebeldía es por izquierda.

 

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