Aniversarios

14/3/1996|485

El Ptp reivindica su apoyo al régimen de la triple A

Ante la proximidad del vigésimo aniversario del golpe militar del 76, la dirección del Ptp ha salido a reivindicar “con orgullo” su “línea antigolpista” de 1974-76.


En ese período, el Ptp (entonces Pcr) fue un defensor incondicional del gobierno antiobrero, terrorista y proimperialista de Isabel Perón-López Rega. Esto lo llevó a justificar los ataques del gobierno isabeliano contra las grandes luchas del movimiento obrero,  como una resistencia de Isabelita y López Rega a un complot golpista. La brutalidad de estas posiciones antiobreras le valió una crisis interna. Llegó a reclamar sólo por la “libertad de los presos antigolpistas”, es decir los suyos, dejando en cana a los compañeros de las otras organizaciones de izquierda y foquistas, a los que consideraba comprometidos con el ala golpista “pro-rusa”.


La teoría del cerco


Para el Pcr, el gobierno peronista era la expresión de un amplio frente burgués antiyanqui al que había que apoyar sin importarle  su carácter antiobrero. En una autocrítica posterior, afirmó haber cometido el error de no diferenciar en este frente antiyanqui a un sector “pro-ruso”, y que luego de la muerte de Perón pretendió “cercar” a Isabelita. El Pcr se propuso, combatir a “los sectores prosoviéticos (que) se trazaron la línea de rodear y aprisionar a Isabel, golpeando para ello, principalmente a López Rega...” (Hoy, 6/3/96).


El Pcr justificó, por ejemplo, el apoyo diplomático (y no sólo diplomático) del gobierno peronista al golpe pinochetista, saludando a Isabelita por “impedir el agravamiento de las relaciones con Chile —como querían los prosoviéticos— en momentos en que la situación regional en América Latina era muy difícil para el país” (Hoy, 6/3).


El Pcr tenía —dice que tenía— una línea antigolpista en Argentina, pero no en Chile, donde le importaba un bledo la diferencia entre dictadura o democracia, incluso cuando la primera era pinochetista.


La teoría del golpe


Las “vacilaciones” e “inconsecuencias” que se adjudica la dirección del Pcr fueron “corregidas” por “el Comité Central de noviembre de 1974 (que) ajustó la línea partidaria... y trazó, como eje fundamental de nuestra táctica, la lucha contra el golpe de Estado... y la defensa, frente a este golpe, del gobierno de Isabel Perón” (Hoy, 6/3/96). A pesar de que subraya que la defensa del lopezreguismo  se limitaba a la amenaza de un golpe, el Pcr apoyó políticamente al régimen terrorista antiobrero en todos sus ataques contra los trabajadores.


Este desbarranque era completamente lógico, esto porque el ataque del gobierno de las tres A contra los trabajadores era moneda corriente, mientras que el golpe era una eventualidad. La línea estratégica debía ser enfrentar al gobierno antiobrero, mientras que un planteo antigolpista debía tener un carácter táctico. Hasta la caída de López Rega, en julio de 1975, la única amenaza golpista  venía del propio gobierno, que controlaba la jefatura del ejército (general Numa Laplane). Cuando en abril-mayo de ese año, el gobierno, la burocracia sindical y el ejército decretan a la zona Zárate-Villa Constitución área de lucha contra la subversión, esto para acabar con la huelga de la UOM de Villa, se llega al punto más alto de este intento, que le servirá al gobierno para lanzar en junio el ‘rodrigazo’ y la anulación de las paritarias obrero patronales.


Es en este período, cuando toda la burguesía apoyaba los intentos represivos del gobierno peronista para derrotar la resistencia activa de los trabajadores, que el Pcr caracterizó a las luchas de las masas como “golpistas”, apoyando las medidas antiobreras del isabelismo y apartandose de “las riberas de la corriente de ´ultraizquierda´ que de una u otra manera instrumentaban las fuerzas burguesas y terratenientes prosoviéticas” (ídem). Así denominaban los ‘comunistas revolucionarios’ del Ptp a las luchas independientes de los trabajadores contra el gobierno peronista en defensa de sus conquistas y condiciones de vida. El Pcr se jactó, por ejemplo, de la carta que le hizo distribuir a Salamanca (secretario del Smata Córdoba) a fines del 74, defendiendo al gobierno de Isabelita... en momentos en que este gobierno había intervenido el sindicato, encarcelado a dirigentes y activistas e incluso existía un pedido de captura contra el propio Salamanca. O cuando afirma que “en ese período los obreros metalúrgicos de la empresa Santa Rosa, en La Matanza, realizaron un paro de 35 días que trató de ser instrumentado por los golpistas. Nuestro Partido planteó allí la línea antigolpista” (Hoy, 6/3/96). Frente a la huelga de Villa Constitución, Nueva Hora dedicaba sus tapas a la supuesta resistencia antiyanqui de Isabelita y no a la gran huelga. Los sectores que apoyaban la huelga eran acusados de utilizar la lucha obrera para deteriorar a Isabel. Frente a la brutal represión terrorista contra Villa Constitución, el Pcr declarará: “no nos harán confundir acerca de quiénes son los enemigos...” y seguira bregando “en defensa del gobierno de Isabel”.


Mártires y política


Ante el aniversario del golpe vemos a muchas direcciones pasar una esponja sobre sus responsabilidades políticas, hablando de los mártires de su movimiento. La dirección del Pcr está en primera línea. Frente a los atentados terroristas de las triple A lopezreguistas contra militantes obreros y de la izquierda, el Pcr hablaba de que eran ataques para ‘desestabilizar’ al gobierno de Isabel. Con relación al asesinato de los militantes del Pcr, Winer y Rusconi, a fines del 74 (paralelo al de nuestros compañeros Fisher y Bufano, dirigentes de la fábrica Miluz, y a tantos otros), la dirección del Pcr sigue diciendo al día de hoy “que al igual que otros asesinatos de ese período” fueron “asesinados por bandas instrumentadas por los golpistas prosoviéticos, con el fin... de desestabilizar al gobierno de Isabel”. El hablar de la “heroica conducta” de “nuestros martires” no exime a la dirección del Pcr de su responsabilidad política, del encubrimiento del accionar terrorista asesino antiobrero del gobierno de Isabel.