“Cuando fui secuestrado por la dictadura, los compañeros de la fábrica me salvaron la vida al ocupar la planta y organizar comisiones de búsqueda”, relata Roberto Gellert, dirigente clasista de la Editorial Abril en los ‘70.

El testimonio audiovisual que subimos con este artículo permite apreciar muchos temas fundamentales para la comprensión de la última dictadura militar. A partir del relato de nuestro compañero, nos aproximamos a un desafío que él mismo plantea: “desterrar el mito de que el pueblo y la clase obrera recibieron con beneplácito la llegada de los militares al poder”.

En ese punto, Gellert destaca que hubo una respuesta obrera en tiempo real a una ofensiva represiva que buscaba barrer a sangre y fuego con el ascenso previo. Su vívido testimonio personal es ejemplo, como señalamos en el extracto con que se inicia esta nota: la acción directa de sus compañeros de fábrica salvó su vida. Esas acciones, cuenta Roberto en la entrevista, no fueron resultado de un impulso o improvisación, sino que solo pueden explicarse como consecuencia de años de organización de la clase.

Gellert ingresó en Abril -una fábrica gráfica que llegó a tener 800 obreros- durante 1970. En 1972 la lista Naranja conquistó la comisión interna y un año después él sería electo secretario general. Es de sumo interés la reseña de este proceso, que incluye la consolidación de métodos históricos que el clasismo de los ‘70 recuperó -y que hoy reivindicamos en los procesos de la actualidad. “Nuestro método fue la asamblea de sección y la asamblea general”.

Los paros contra la represión del período previo, formalmente “democrático” pero con la Triple A peronista actuando a pleno, son dignos de estudio. “Paramos cuando intervinieron el sindicato, cuando mataron al hijo de Raimundo Ongaro, y cuando asesinaron a Ortega Peña”, recuerda Roberto.

Aún breve, la entrevista genera gran interés al evocar los procesos de las coordinadoras interfabriles, la histórica movilización en la Panamericana (“Isabel, Isabel, ¿cuánto gana un obrero? ¿Cuánto gana un coronel?”) y las ocupaciones de planta que imponían reivindicaciones en el acto.

Recoger este pasado y continuar la lucha es un legado ineludible. Que la disfruten.

https://prensaobrera.com/a-45-anos-del-golpe-de-estado-del-24-de-marzo-de-1976/