Ernest Mandel (1923-1995)

Reconocimiento de una trayectoria

El 20 de julio murió en Bélgica, a los 73 años, Ernest Mandel. Fue un activista del movimiento revolucionario desde su juventud; desde entonces hasta su muerte mantuvo una lucha inclaudicable contra el sistema imperante. Adhirió al trotskismo desde muy joven, siendo luego miembro del secretariado de la IVª Internacional.


Si bien se destacó tempranamente en el plano de la teoría económica, ejerció la docencia en la Universidad Libre de Bruselas y se reveló como un economista de relieve internacional, nunca fue un marxista académico. Sus principales contribuciones al pensamiento económico marxista se alternaron con obras de divulgación que contribuyeron a la educación política de generaciones de militantes. Destacado polemista, debatió con figuras como Bettelheim, Galbraith, Carrillo, Althusser y Sartre. La medida de que no era un “alma bella” puede darla la reacción que mereció entre las democracias liberales contemporáneas: desde los años 60 tenía prohibida la entrada en EE.UU., Francia, Alemania, Suiza y Australia.


Fue militante de un marxismo crítico, abierto a lo mejor del pensamiento contemporáneo. En la práctica y en el pensamiento combatió, a veces en sus propias filas, contra toda idea del marxismo como una concepción cerrada y acabada del mundo. Entendió al sistema capitalista como un régimen sujeto a contradicciones e históricamente transitorio. Supo ser, en su propio tiempo, un crítico implacable del stalinismo y de los socialismos reales.


Luchó por desenvolver y fortalecer las organizaciones que se reclaman del marxismo, pero jamás depositó en ellas la solución de las contradicciones de la sociedad. Reivindicó que el protagonista son las masas y las organizaciones sólo su instrumento. No entendió el curso de la historia como lucha de aparatos, la reivindicó como lucha de clases, donde sin renunciar al clasismo dio relevancia a los movimientos sociales autónomos. Entendió la lucha por el socialismo como la lucha contra toda forma de discriminación y opresión.


Ante el ligero tratamiento que hiciera un cronista de Página/12 el 21/7/95, sostenemos que cualquier balance crítico exige el reconocimiento del rigor de una obra y la consecuencia de una trayectoria. De ningún modo puede evaluárselo, como parecen ser los presupuestos de esa nota, desde los parámetros de éxito, fama y poder contra los que él mismo, como socialista, combatió. Quienes estamos en deuda con su obra y tuvimos, con acuerdos y desacuerdos, oportunidad de compartir con él proyectos y debates, queremos dejar testimonio de que con su muerte desparece una de las últimas grandes figuras de los marxistas clásicos, de aquellos que supieron reunir en su persona el compromiso intelectual con la pasión militante por transformar esta sociedad cada día más injusta y cruel.


 


Blas de Santos, Alejandro Grimson, Abraham Sachman, Carlos Schonfeld, Horacio Tarcus, Alberto Guilis, Eduardo Gruner, Angel Fanjul, Dora Coledesky, Ricardo Zambrano, Alicia Caccopardo, M. Arroyo, Jorge Muller, Rolando Astarita, Adolfo Gilly, Guillermo Almeyra, Daniel Pereyra, Alberto J. Plá, José Lungarzo, Fernando Carnevali, Aurelio Narvaja, Carlos Suárez, Rubén Lozano, Jorge Muracciole, Daniel Ximenez, Oscar Martínez, Diana Rossi, Pedro Brieger, Emilio Cafassi, Carlos A. Brocatto, Pastora Campos, Cristina Martín, Esther Mouzo, Alberto Bonnet, Maggi Bellotti, Eduardo Lucita, Norberto Menéndez, Cristina Vieno, Roque Moyano.