Una nueva etapa en la lucha de la clase obrera

Discurso de Néstor Pitrola en el acto del 22 de mayo

-Exclusivo de internet

Compañeros y compañeras, público:

Este es un acto callejero, es un acto de difusión política, es un acto para discutir con el pueblo cuando la burguesía argentina y su gobierno nos convocan al festejo despolitizado del Bicentenario de la República Argentina. Nos preguntamos qué tiene para festejar este gobierno y esta clase capitalista que pusieron en pie esta nación hace 200 años. En 1910, al menos, había culminado en el primer Centenario la formación de una nación formalmente independiente. Se había conquistado la Patagonia, aun sobre la sangre de los pueblos aborígenes, nuestros hermanos de los pueblos originarios que hoy manifiestan acá atrás, en la Plaza de Mayo. Se colocó ante el mundo una nación agroexportadora que alcanzó, en aquel momento, un lugar entre las diez naciones o economías más poderosas del mundo, aún cuando se hubiera hecho con el latifundio, como semicolonia del imperialismo en general y del imperialismo británico en particular.

La clase de los estancieros, la burguesía comercial y una naciente burguesía industrial festejaban el Centenario, aun reprimiendo a la naciente clase obrera porque habían colocado a la Argentina en el concierto mundial. Pero, ¿qué tenemos para festejar hoy? ¿Cómo nos pueden convocar a un festejo cuando hoy ocupamos un enésimo lugar entre las naciones de mayor sometimiento nacional del mundo? Con una deuda externa, que bien mirada, está cerca de los 300 mil millones de dólares, entre la deuda nacional pública de las provincias y la deuda privada cuando el 40% de los trabajadores están en negro cuando el país entregado sus recursos estratégicos absolutamente a los monopolios privatizadores: su petróleo, su minería, sus comunicaciones cuando no tenemos ferrocarriles; cuando se ha entregado el país, por completo, al capital financiero. ¿Qué nos convocan a festejar, en estas horas, en este Bicentenario?

No es casual, entonces, que la clase obrera esté de espaldas a estos festejos patrióticos. Lo único que nos ofrecen hoy es el DNU del Bicentenario, con el patético número 2010 con el cual se pagan, aun con las reservas del Banco Central, esa deuda externa que significó el hambre, la postración y el sometimiento de los argentinos, que está significando el de todos los pueblos y los trabajadores del mundo. Después de saquear la Anses, después de saquear el Banco Nación, después de saquear el presupuesto público, tenemos el fondo del DNU del Bicentenario para pagar la deuda externa hasta con las reservas del Banco Central. No debemos extrañarnos, entonces, compañeros, de que los trabajadores estén de espaldas a estos festejos patrióticos del Bicentenario. Como en 1910, cuando los trabajadores también estuvieron, no ya de espaldas, sino luchando contra ese Estado que los reprimió fuertemente. Hoy nos están confiscando las conquistas que llevaron un siglo de luchas y que se consiguieron en las huelgas históricas y heroicas de los años del Centenario: en la huelga general de 1902, en la huelga de 1904 y 1905, en aquel 1º de Mayo y aquella la Semana roja de 1909, y aun en la huelga general del Centenario que, aunque ahogada en sangre y derrotada fue el dolor que parió conquistas históricas de la clase obrera argentina, que rescata integralmente el Partido Obrero en este acto, su acción directa, la constitución de los sindicatos de clase, incluso la formación del primer partido obrero en la Argentina, en 1896.

La burguesía no contó con júbilo patriótico en 1910 -y no lo cuenta hoy- cuando a 60 años de peronismo -el mayor movimiento nacionalista que pudo producir esta clase capitalista argentina- hoy encuentra a los trabajadores luchando contra el gobierno kirchnerista, contra la patronal y contra la propia burocracia sindical peronista. Esa es la realidad histórica en la que entramos en este Bicentenario.

Hoy, los trabajadores están concentrados con ahínco en sus luchas sindicales ¡y lo bien que hacen! En un creciente cuestionamiento a la estatización de los sindicatos, que nos dejara como herencia fundamental el peronismo con su burocracia sindical. Hoy, los obreros de la Alimentación de Córdoba han conmovido al país, han revolucionado la paritaria de la Alimentación con su huelga general y han cambiado el escenario de todas las paritarias en la República Argentina, para el cual se prepararon largamente la Unión Industrial, la Asociación de Bancos, la Asociación de Empresarios Argentinos. Recuerdo como si fuera hoy cuando Cristina Kirchner convocó a los dirigentes empresarios a los almuerzos en la Casa Rosada -no faltó ninguno- y a las diferentes fracciones de la dirigencia sindical de la CGT para decirles que en este país nadie sacaría los pies del plato. Y hoy, la huelga general de la Alimentación ha producido lo que los diarios llaman una “corrida” en los convenios colectivos de trabajo de todo el país y de todo el movimiento obrero. Y se equivocan, porque no estamos en una corrida entre convenios colectivos, sino en una corrida de la clase trabajadora en lucha contra sus sindicatos, corriendo a sus direcciones, corriendo a la patronal y corriendo al gobierno que le quisieron imponer los topes salariales. (Aplausos)

Un escriba del diario de los Mitre ha dicho hoy que el 35,2 por ciento, así de exacto, es el número más mirado por la opinión pública de la República Argentina por estas horas, es el aumento que en abril del año que viene terminarán cobrando los obreros de la Alimentación. Y Moyano, en un pequeño y minoritario acto de ayer -que fue lo más que le dio como líder de la CGT para convocar en este Bicentenario- ha dicho que mientras en Europa se discute el ajuste, acá discutimos salarios. Sí, pero lo que no dice Moyano es que aquí se ha quebrado el ajuste de los convenios a la baja y de los topes que nos quisieron imponer el gobierno, los Moyano y los Yasky.

Ya habíamos tenido antecedentes para este proceso político de los compañeros de la Alimentación. No surgió de un repollo la huelga general de los obreros cordobeses de Arcor, de Georgalos, de Nestlé y de otras plantas que llevaron a paros sucesivos -cada vez más amplios, masivos y piqueteros- a los obreros de la Alimentación de todo el país. Ya habíamos tenido el antecedente cuando les empezó a explotar entre las manos a Caló, a Belén y al “Barba” Gutiérrez la paritaria de la UOM. La abortaron a tiempo -todavía veremos si es definitivamente a tiempo-, porque ya habían perdido plenarios enteros de delegados, como el de la seccional Quilmes, como el de La Matanza y otras seccionales, donde los obreros votaban luchar por un 40% de aumento, votaban por un plan de lucha, votaban contra la intervención de Tomada y del gobierno, votaban porque no se firme ningún aumento sin discusión en los plenarios congresales de los delegados de la UOM. Abortaron el proceso, firmaron contra la voluntad de los activistas de la UOM y aun así fue un convenio de crisis para la Unión Industrial porque, en definitiva, cuando querían imponer un 19% en cuotas, se les fue al 25-26 por ciento, sumadas las distintas cuotas del aumento. Claro que hoy ya se debate en todas las fábricas metalúrgicas, a la luz de la huelga de la Alimentación y de los nuevos convenios del movimiento obrero, que lo de la UOM -como lo de gráficos y lo de tantos gremios que firmaron unas semanas antes- es absolutamente inaceptable y se tienen que reabrir las paritarias. El Partido Obrero, desde esta tribuna, lanza una campaña política por la reapertura de todas las paritarias en los gremios que han firmado por menos del 35%.

La huelga de Córdoba, compañeros… Disculpen si insisto y vuelvo a insistir, porque tenemos que sacar todas las conclusiones y todas las propuestas que se derivan de esas conclusiones, en un momento tan particular como el que atravesamos los trabajadores de Argentina y del mundo. Esa huelga golpeó a la Asociación de Empresarios Argentinos -porque su presidencia la ocupa Pagani, del grupo Arcor, que es justamente el que sufrió la huelga general en casi todas sus plantas-, golpeó a los grupos de la alimentación -a Kraft, a Molinos Río de La Plata, a Nestlé, a Unilever: a los grandes monopolios internacionales que controlan el mercado de la alimentación en la Argentina. En algún momento de esta paritaria, Moyano dijo: “La inflación tiene como motor a los alimentos”. Y tenía razón. Dijo: “Acá hay oligopolios, y los formadores de precios tienen responsabilidad en los precios de los alimentos”. Y también tenía razón. Pero Moyano se quedó en palabras porque no le abrió los libros ni a Kraft ni a Arcor, ni a Nestlé ni a Unilever, ni a ninguno de estos grupos, con el poder de la CGT y con los recursos del Estado, del gobierno -que prácticamente él integra como un ministro sin cartera. No le abrieron los libros a nadie. El único golpe a los monopolios de la alimentación se lo dieron los obreros en huelga general en Córdoba y en los paros y en los piquetes que desplegaron en todo el país. ¡Gran lección para Moyano!

La CGT estuvo pintada en esta huelga. Ha estado pintada cuando lo de la UOM. Está pintada en la huelga general de los docentes neuquinos, como está borrada y escondida la CTA en esa gran huelga de uno de los gremios de la CTA. La CGT ha estado pintada porque, a diferencia de años anteriores, donde Moyano fijaba el tope de los salarios y hacía firmar a todos los gremios en cascada, como una vaca madrina que lleva a cada sindicato al matadero, ahora no sabe qué va a hacer con el convenio de camioneros para adaptarlos a las tendencias que la lucha de la clase obrera le ha impuesto a todos los convenios colectivos de trabajo. El que antes fijaba los topes salariales de los sindicatos en la República Argentina, ahora tiene una crisis porque no sabe cómo va a hacer con su propio gremio para manejar la situación que depende, en muchos casos, de subsidios del Estado, porque los fondos del Presupuesto nacional y por la crisis capitalista, en la medida en que ese Presupuesto y esa crisis han llevado al gobierno cada vez más a las manos del capital financiero, no van a estar disponibles para los subsidios de los que disfrutan las patronales amigas de Moyano en el transporte. El que antes arrastraba al movimiento obrero, ahora es arrastrado por el movimiento obrero, con los obreros de la Alimentación de Córdoba y su huelga general a la cabeza.

El mismo escriba, compañeros -el que cité del 35,2 por ciento, notándose la preocupación de los sectores dirigenciales de la República Argentina-, dice que Moyano no ha podido intervenir en todo este proceso paritario que se ha revolucionado con la lucha de los trabajadores, porque también están los piquetes del gremio de Comercio, que le están moviendo el piso al más numeroso de los gremios, al más dictatorial de los gremios y en el que nadie pensó que pudiera estarse desenvolviendo el extraordinario proceso de juventud combativa y organizada y de recuperación de cuerpos de delegados, que es el sindicato de Comercio. Se le está revolucionando todo el cuadro de las paritarias. Cavalieri ha dicho que algunos dirigentes de su propio gremio se están disfrazando de combativos porque sus propias seccionales no sólo han entrado en la descomposición que se caracteriza por sus camarillas, por su corruptela, por sus negociados, por el fraccionamiento del propio PJ, que se refleja en los sindicatos. Ha dicho que esos sindicatos hoy se disfrazan de combativos en su propio gremio porque tienen que responder a la tendencias combativas de la juventud de los supermercados, de las grandes tiendas, que irrumpe como un sector del proletariado argentino, combativo y dispuesto a pasar por encima a estas direcciones. Sobre este problema que tiene Moyano, el escriba del que hablaba hace un rato dice que sería por su compromiso en las terribles causas judiciales que ya tienen preso a Zanola. ¡Y puede ser! No vamos a negar el compromiso de la burocracia de cincuenta obras sociales; donde lucharemos con todas nuestras fuerzas para que terminen varios de ellos en Marcos Paz -y no sólo Zanola dirigiendo el gremio desde la cárcel. Que terminen en la cárcel para que las juventudes y los trabajadores tomen en sus manos esos sindicatos. Puede ser que esté debilitado por todo esto, pero, en definitiva, esta corrupción -como la de los Jaime, como la de los Skanska y como lo de las valijas y como todas las corrupciones del régimen kirchnerista- está mostrando el debilitamiento general de un régimen al que le aparece una oposición por izquierda que es la que más temen y que es la oposición de la clase obrera en lucha, compañeros. ¡Ese es el problema!

Cuando la huelga tomaba cuerpo y empezaba a tomar confianza en la conciencia y en la organización de los compañeros de las plantas, surgió el rumor, la amenaza -que el Partido Obrero pudo constatar- de que venían despidos masivos contra la huelga en la fábrica Arcor. Los obreros -y no me lo puedo olvidar porque, ese día, el Comité de Redacción de Prensa Obrera decide llevar a tapa la noticia- decidieron ocupar la planta cordobesa de Arcor si tocaban un compañero en cualquiera de ellas. Nunca se produjeron los despidos. Es decir que una huelga salarial llevó a incorporar la ocupación de fábrica para defender el colectivo de la organización obrera. No habíamos visto algo así desde hace un par de años, en la huelga y ocupación de la gráfica Interpack de La Matanza, que en esa expresión de lucha llevó puesto 25 años de clasismo en el gremio de los gráficos, pero acá ha ocurrido entre jóvenes y flamantes obreros de la Alimentación, sin ninguna tradición previa y sin agrupaciones que condujeran ese derrotero político, lo cual habla de la profundidad del proceso político en la vanguardia obrera en la Alimentación, como parte de un proceso político de la clase obrera en todo el país.

Esa decisión de ocupar pudo llevar al triunfo la lucha de Kraft del año pasado. De manera que todo esto formará parte hoy no sólo del debate de los trabajadores de la Alimentación cordobesa de cómo seguir este proceso y de todo el proletariado cordobés, sino que será motivo de debate en las plantas de Buenos Aires, que estuvieron totalmente atrás de las expectativas y tienen que discutir un balance para superar esa situación y explotar a fondo, en todo el país, el capital que ha dejado esta lucha de la Alimentación para luchar por una dirección en el gremio, cuando se descompone por completo su burocracia sindical.

Compañeros, ya apurándome un poquito, en el día de hoy ha conmovido a los analistas porteños, también, la conquista del 42% en el Ingenio El Tabacal, en la remota localidad de Orán, por parte sus obreros azucareros. Lo queremos mencionar porque si el 42% merece un aplauso, aunque son cifras, lo mismo que el convenio de Alimentación, que fue rechazado en la fábrica Lía, porque con un 35% en abril, finalmente, nadie sale de pobre; es una conquista que importa como punto de apoyo para futuras luchas, de la ruptura de la política de la patronal, y lo del ingenio Tabacal es el resultado de la ocupación de ese ingenio, que echó a patadas a la burocracia, que ahora ha formado una intersindical con el ingenio San Isidro y otros de Salta y que, recuperando la tradición de los años ’70, se ha unido a la Fotia azucarera de Tucumán, que conquistara, hace una semana, el 37% para imponer ahora esta conquista.

Todo un proceso político entre los trabajadores, entre sus direcciones, que aunque no estén momentáneamente a su frente en muchos casos, direcciones de pensamiento revolucionario o siquiera definitivamente clasistas; sin embargo, por el papel que les toca jugar, por la perspectiva de la crisis capitalista y con la contribución del Partido Obrero se abre un gran proceso político en la toda la clase trabajadora argentina.

Cómo no rescatar también en estas palabras la huelga general neuquina que le ha puesto una bomba, si le faltaba alguna más, a la CTA, porque Yasky está escondido de esa huelga; había preparado un acto con Moyano en Neuquén, pero lo suspendió por tiempo indeterminado. Y como los maestros, con los padres, con los estudiantes y con el todo el pueblo de Neuquén llevan la semana número doce de huelga general, Yasky sigue escondido en Buenos Aires haciendo actos con Moyano. Se abre en la CTA, compañeros, uno de los procesos más ricos del movimiento obrero argentino, si puede haber todavía un proceso más rico que entre los gremios de la CGT. Hoy mismo, están parando 26 sindicatos de base de la Conadu Histórica y de las seccionales combativas de la otra Conadu, junto a la Fuba, junto a las federaciones combativas del movimiento estudiantil, luchando por la educación pública y contra el ajuste que está sufriendo todo el Estado y toda la educación. Y esos también son gremios de la CTA.

En la CTA, compañeros, se está procesando una división histórica que no tiene solamente que ver con el copamiento kirchnerista de la Central, por intermedio de Yasky, y el fracaso ostensible en conseguir la personería y en ser una ruta de las grandes luchas del período. Tiene que ver con 18 años de sometimiento de todas sus alas dirigentes a la centroizquierda, antes con De la Rúa, ahora con Kirchner. ¿Y por qué pensar que colocando la CTA en la perspectiva de una alianza política de Solanas con el sojero Binner, del puerto de Rosario, con el representante de las automotrices cordobesas y también sojero Luis Juez, va a haber por esa ruta política un camino de autonomía de la Central? El camino de la autonomía de la Central será reunir a todos los luchadores para una perspectiva de independencia política de la clase obrera. Todo luchador de la CTA tendrá, en las elecciones de la Ctera y en las elecciones de la CTA, en el Partido Obrero y en sus agrupaciones a un socio para luchar por una nueva dirección de la CTA…

Compañeros, para finalizar, ahora, como en 1810, nos toca una etapa de crisis histórica de un régimen. En aquel momento el agotamiento del régimen feudal y del sistema colonial; ahora, la completa decadencia del régimen capitalista que, sin lugar a dudas, abre una etapa de giro en la conciencia popular, de giro en la conciencia de todas las clases sociales y, especialmente, en la de los explotados, que es la que a nosotros nos interesa. Se abre una etapa de crisis políticas obligadas, que ya están en curso en toda Europa. Se abre una etapa de levantamientos populares, se abre una etapa de transformación social y nosotros estamos poniendo este acto al servicio de una salida estratégica y revolucionaria a las posibilidades de la etapa que nos toca vivir en el Bicentenario. Algunos o muchos, o casi todas las viejas direcciones izquierdistas del planeta -la vieja socialdemocracia, los partidos stalinistas, pasados al orden capitalista- son derrotistas y creen que en el marco de la crisis no podemos luchar por las reivindicaciones inmediatas. Creo que acá, el movimiento piquetero en los ’90 -en los peores años-, los obreros de la Alimentación, los obreros que ocuparon Massuh y tantos otros están dando una lección de que en lo peor de la crisis se puede luchar por las reivindicaciones inmediatas, y que corresponde a los partidos y a los que nos reivindicamos obreros y socialistas dar una salida anticapitalista a la crisis, marcar el rumbo de emancipación de la humanidad, que con toda seguridad va a ser romper con este régimen.

Entonces, compañeros, estamos aquí los que creemos en la clase obrera, en la evolución política en la presente crisis y no en crisis futuras, y los que nos planteamos que la única estación terminal de esta crisis y de la perspectiva de los trabajadores serán los Estados Unidos Socialistas de América Latina y del mundo.

Muchas gracias, compañeros.